Música junto con el arte visual, parte de mi cerebro no racional.

Existe un paralelismo claro para mi entre el arte visual, la música, las matemáticas, el ajedrez  y la poesía. Cada vez que dedico tiempo a cualquiera de esas áreas de consciencia, las demás se ven influenciadas, hinchadas, interconectadas, expandidas. Sin palabras, las “ideas” que surgen en cualquiera de las otras áreas cuando dejo de pensar en una de ellas que me haya atrapado un buen rato, se comportan más dúctilmente. Por ejemplo, después de escuchar música, en una partida de ajedrez se me pueden presentar motivos, ritmos, andamiajes mentales, estructuras de variantes que, sin que lo pueda verbalizar, enriquecen los planes o las combinaciones. Es una especie de atmósfera que simbólica e inadvertidamente me genera una escenografía invisible, hecha de sensaciones, que me emocionan (tranquilamente) y me posibilitan crear ideas con cierto sabor similar al de la música que acabo de escuchar… Cuando diseño es algo similar, y no sucede de forma esporádica, me pasa constantemente.

Tengo cerca de 90 gigabytes de música en uno de mis discos duros. Son una especie de personalidad (incompleta) de mi sensibilidad acústica. Les comparto la lista de álbumes y sus contenidos en un “pdf” de 85 páginas. Una especie de biblioteca musical. Me gustaría que quien me conoce escuchara algo de lo que me emociona…

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Biblioteca musical JSB por álbum

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