Desinformar como estrategia.

De Escila a Caribdis

Entre Escila y Caribdis y las sirenas mediáticas.

La atmósfera preelectoral en México está densa.
La estrategia de la “oposición”, que no existe como tal, sino una amalgama de afectados quejumbrosos sin planes o propuestas, es una receta recurrente no solo en México, sino en varios países. Lo que se ha dado en llamar Golpe Blando” en contraposición a “Golpe de estado”
Desafortunadamente está bajo guion de desestabilizadores profesionales.
Parece que lo que voy a decir es conspiranoico, así que quien lo lea, intente pensar cómo se han dado las cosas desde que quienes manejaban los hilos del entramado de corruptelas, reparto de prebendas y negocios, compadrazgo, toma de decisiones no democráticas y de franco desfalco de la nación están quedando sin su coto de poder.
Actualmente el guion (la receta, de manual) se aplica en España, con colores locales, y es la misma receta que en México, y así lo fue en Argentina, en Perú, en Colombia (con resultados desastrosos de momento) Bolivia , Brasil y Venezuela (con Guaidó). En varios de esos países, ese guion buscaba no solo desestabilizar al gobierno en turno, sino, de ser posible, quitarlo del gobierno.
El guion pasa por diferentes etapas (no necesariamente ordenadas, sino más bien sincrónicas), que son ejecutadas por organizaciones financiadas por grupos de poder económico (que entre otras cosas son dueños de medios) y por intereses extranjeros injerencistas y cada tema/clave tiene sus ejecutores.
Las claves/meta son

  • Crear en la población (específicamente en grupos que hayan sido afectados por alguna de las modificaciones de la administración en gobierno*) la idea de que todo está mal, y que empeora por culpa del gobierno.
  •  Denostar al supuesto líder (en el caso mexicano, AMLO) para que pierda credibilidad. Todo se vale. Es un naco, un ignorante, un desharrapado, un mentiroso, un déspota, un autoritario, un corrupto, no tiene clase, nos representa mal internacionalmente. Hasta llegar al insulto protervo. Todo con la intención de cosificar al personaje. Una cosa sin valía. Algo fácil de odiar.
  • Propagación de distorsiones, montajes, exageraciones, datos inexactos o sesgados, o directamente falsos. “Mancha, algo queda”
  • Maniobrar con supuestas ONG para darle un carácter de protesta civil o de “vigilancia” de la actuación del gobierno, pero que en realidad actúan como entes políticos y de presión partidaria (o simplemente desestabilizadora).
    Buena parte de esas ONGs son financiadas por capitales extranjeros.
  • Utilizar medios internacionales a través de articulistas pagados, para hacer creer que internacionalmente nos ven de tal o cual manera, citando al diario como si fuese la opinión del diario y no al articulista, con opinión independiente del diario que lo publica.
  • Cacería sin tregua de cualquier error de dicción, de ambigüedad en una oración, de lapsus mentis, de frase que pueda tomarse con diferente sentido. Sin dejar de lado los errores normales de cualquier humano.
  • Enardecimiento basado en la sensibilidad de la ciudadanía a temas de protección a la niñez o la salud. o sea, dirigidos a la respuesta visceral, no a la racional.
  • Culpar por las secuelas de vicios anteriores (y ocultos) de otras administraciones aduciendo que es tiempo suficiente para que se notaran cambios
  • Utilización de la ignorancia promedio para instaurar el miedo a un peligro nacional en forma de comunismo-socialismo bolivariano, proclive a regalar nuestros impuestos a gente que no trabaja y hasta incautar o expropiar propiedad privada “como Chávez”. En este mismo rubro, la propagación de la idea de que se está ante autoritarismo, uso faccioso del poder, gobierno dictatorial, y persecución política. En el caso mexicano, se lanzan bulos contradictorios como “el presidente maneja el INE”, “El presidente quiere desbaratar al INE”, o “el presidente maneja al poder judicial”, “el presidente ataca al poder judicial”, o se lanzan otros con carácter difamatorio “el presidente está contra las instituciones y la constitución”, “el presidente mete las manos en el proceso electoral” Esta última distorsionando una frase en la que, al alertar y acusar de delitos electorales a candidatos a gobernador, dijo que sí se metía, como lo puede hacer cualquier ciudadano, para denunciar un ilícito. En realidad, y en total contraste con lo que hacían gobiernos de quienes lanzan esas acusaciones, el actual gobierno no ha hecho uso de sus estructuras en beneficio de su partido para adulterar la voluntad de los ciudadanos.
  • Instaurar la idea de que el gobierno está en contra de los empresarios, generalizando y sin matices o separación entre grupos que están en contra de sus ideas.
  • Jamás (jamás) hablar en medios convencionales de ningún tipo de logro ya sea económico, de transparencia en la ejecución, de corte de corruptelas, de no endeudarse más de lo inevitable, de creación de infraestructura, de soporte a la población necesitada, de desmilitarización programada, de efectividad en la recaudación, de mejor manejo del presupuesto, de mejora en la impartición de salud y educación sin importar condición social, de la consigna de actuar conforme a derecho.
  • Creación sin tregua de mantras, memes, clips, caricaturas, con frases slogan para soltarse ante cualquier argumentación que refute la nota distorsionada, la noticia falsa o los datos cherry-picking. De tal manera que se utiliza una cascada de slogans y supuestos errores cometidos por el gobierno a desestabilizar sin que venga al caso en el tema que se está tratando. La técnica, que se usa también en debates es atacar, al que argumenta en contra, con una andanada de temas que por el tipo de medio en el que son soltados (en su mayor parte en twiter o en whatsapp, no se pueden contestar ni en tiempo ni espacio, dejando la sensación de que cómo no se refutan son ciertos. Los mantras son frases hechas desde “las medicinas de los niños con cáncer”, “el anillo al dedo”, “el video de Pío”, “los millones de la prima”, “el avión en rifa”, “los detentes contra el Covid”, “es que Bartlet”…Todos temas que han sido refutados hasta el cansancio, pero que se repiten como llevar un crucifijo a una batalla entre zombies.
    En este sentido, el meme o el chiste facilón, casi siempre ofensivo es un poderoso corrosivo porque es propagado con una supuesta intención jocosa, pero lleva el aguijón de la mentira, la descalificación o el intento de cosificar a un personaje. Siempre valiéndose de la falacia del “hombre de paja”.
  •  Desinformación profesional a través de granjas de bots para esparcir miles de veces en redes sociales miedo, la descalificación, la nota falsa, el video editado, las estadísticas trucadas, la percepción de que el país se hunde.
  •  Pago a grupos de choque, que van desde pseudo-anarquistas, feminazis, agitadores infiltrados en marchas pacíficas etc. Esta clave es ganar sí o sí. Si el gobierno actúa: “represores”, si no actúa “ineptos”.
  • Estridencia en declaraciones y puestas en escena “denunciando” teatralmente ante autoridades supuestos delitos.
  •  La minimización de los errores del pasado, aduciendo errores millonarios de la actual administración y el mantra de “robó más el pri” como si con esa frase se demostrara que el gobierno pone pretextos para no resolver problemas y de que ha habido suficiente tiempo para cambiar las cosas, esto es, poco más de dos años (también omitiendo que a quienes quieren regresar el poder son aquellos que prometieron que cambiarían las cosas e hicieron menos, durante sexenios completos). La clave es reducir la problemática a cuestiones hiper-simplificadas que supuestamente se pudieron haber compuesto en lapso corto de tiempo.
  • Denostación, denigración e insultos a quienes abiertamente profesan una simpatía con el gobierno, mezclando el clasismo más discriminatorio, la intolerancia más tóxica y la etiquetación de culpables por haber puesto al “peor gobierno de la historia” evidenciando una memoria selectiva que raya en la ceguera, y llamándoles imbéciles, iletrados, necios, nacos, zombies. No importa que con ello transparenten, al hacerlo, su profunda bajeza moral e intelectual, creyéndose superiores y confundiendo preparación escolar con inteligencia y sabiduría, y en última instancia, derecho de pensar diferente.

El problema con ese guion desestabilizador es que en sus etapas tardías logra imponer un estado de insatisfacción, desánimo y enardecimiento que anima a la violencia.
El tono de estridencia se puede notar en países como España (o la época de campaña de Trump y su política de desinformación durante su gobierno), en donde partidos de ultraderecha, como VOX, a base de enunciados abiertamente fascistas han logrado jalar a unos inconformes derechistas del PP que ahora se percibe como de centro (!), comparado con la ultra extrema posición de VOX. Tono que ya cobra sus efectos en el desgarre del tejido social.
Baste leer estas líneas de una tuitera española esta semana:

Hace algunos años hubo un juez en Córdoba que también era médico y filósofo y retrató en palabras lo que nos está sucediendo.
“La ignorancia conduce al miedo,
El miedo conduce al odio.
El odio conduce a la violencia.
Esta es la ecuación”
Averroes supo en el siglo XII definir el ciclo que hoy, vitaminado por los algoritmos y las redes sociales, está dinamitando desde dentro las democracias del mundo y la convivencia de sus sociedades. Lo que hemos vivido esta semana es una muestra más de nuestra mayor amenaza.
Esta situación está provocando una nueva división social entre aquellos que han interiorizado el odio como una forma de comunicación legítima y deseable y quienes nos horrorizamos al ver el estropicio que esto causa.
Y en el fondo de todo, la felicidad de las personas. Gente buena, radicalizada por las mentiras que han fabricado ante sus ojos una realidad deformada. Gente expuesta a las formas más festivas y mortíferas de inocular odio: los memes, los montajes humillantes directos al whatsapp
Odiar es, en determinados grupos, una conducta de integración social. Si no participas en el festival, eres un blando o no eres de los nuestros. Cuantos más memes y mensajes políticos recibas y compartas, más integrado estás.
Esto se va a llevar por delante mucho de lo que somos hoy: gente que ama la vida, deja vivir y siempre tiene una mano fuera del bolsillo por si alguien la necesita.
Tenemos ante nosotros la lucha o la derrota más decisiva en mucho tiempo.

La guerra de desinformación.

En el caso mexicano, estas claves se propagan más efectivamente entre ciertos grupos cautivos debido a que los medios tradicionales, radio, tv y prensa (RTP), son herramienta en manos de los grupos afectados por los cambios de paradigma. Por primera vez en la historia de México, el gobierno en turno tiene a los medios convencionales en contra. Varios motivos llevaron a esa desafortunada distorsión del papel del periodismo. Entre ellos, puedo mencionar algunos, como la utilización por regímenes anteriores de los “líderes de opinión”, bajo sueldos prebendas y privilegios, que denostaron durante años a la oposición y con información sesgada (y falsa en muchos casos) desinformaban a la ciudadanía. Ante este panorama, el actual gobierno decidió no utilizar a esos medios y recortar de forma sustantiva los patrocinios que tenían televisoras, periódicos y revistas y difusoras de radio, así como pagos individuales a comentaristas y líderes de opinión.
En su gran mayoría, los medios RTP actúan con diferentes estrategias para recuperar o para desestabilizar abiertamente al gobierno, aceptando capital de empresarios que se oponen a la actual administración, en unos casos, y en otros ejerciendo cierto nivel de chantaje para recuperar contratos o escribir y opinar “a modo”.
Ante esta situación tan novedosa, el gobierno instaura un canal de comunicación directo para dar a conocer avances de los que no se habla, o se habla sesgadamente en los medios tradicionales, en obra pública, mejoras sociales, lucha contra la corrupción, avances en recaudación y contra la evasión, cambios estructurales en manejo del presupuesto (por ej. en eliminación de fideicomisos), modificación de programas sociales, eliminación de figuras fiscales, como el modelo de outsourcing. Sin embargo, últimamente una buena parte de los comunicados por ese medio gubernamental, la llamada Conferencia Matutina, se utiliza para refutar distorsiones, bulos, fake news y en muchos casos como medio para ejercer un “derecho de réplica” que no tiene en RTP.
Un cambio fundamental en el actual modelo de comunicación, es el desarrollo de las redes sociales a través del internet. Estos nuevos canales de información han democratizado la opinión, llevando al ciudadano común un tipo de información que en tiempos no muy remotos se le escatimaba, se le ocultaba o se le disfrazaba según las necesidades del gobierno en funciones.
Esa forma de recibir noticias, a través de editoriales, columnas de opinión, noticiarios con comentaristas y “mesas de debate” generaron un tipo de receptor no participativo, cautivo, moldeable, con pocas posibilidades de reflexión debido a la pobreza y parcialidad de los datos que recibía, pero sobre todo, acostumbrado a creer a pie y juntillas en el comentarista favorito, en el politólogo con más carisma o en el periódico que por costumbre recibía, a través de generaciones, y que reforzaba su status clasemediero. Mismo público cautivo, preparado a nivel medio superior, pero profundamente bombardeado por la desinformación a través de los medios que estaba acostumbrado a rumiar y sobre los que nunca tuvo como opinar, si no era para encajar en el grupo social escalador que no tenía idea (o no le interesaba) de lo mal que estaba el México bronco.  (Para mayor detalle, escribí sobre eso aquí) Aquellos socio-económicamente menos favorecidos no tenían voz ni voto, ni había medios informativos dirigidos a ellos. Las noticias “para los que sabían”, siempre estaban patrocinadas por los autos que no se podrían comprar, los bancos en donde nunca colocarían su dinero, los productos que no estaban a su alcance.
Los politólogos se turnaban con los expertos en inversiones y las noticias de la bolsa se daban como si a todos los mexicanos les fuera de vida o muerte saber como estaba el Dow Jones o como había cerrado el índice Nikei.
Con este nuevo modelo de comunicación entre ciudadanos, los medios RTP no han sabido cómo acotar la información a la interpretación que les interesa, y son rebasados por las noticias que salen antes en redes que en medios informativos. Por ello la compra de bots y la desinformación vía redes es prioritaria para que el nuevo modelo de transmisión de noticias no sea efectivo. No parece que hayan podido contener esta andanada de comunicadores y periodistas independientes más capaces, por generación, de adaptar sus contenidos a las redes que los anquilosados medios RTP tratando de volverse digitales. Aún con la incipiente red de internet, que no llega a todos lados, la telefonía celular es una enorme vía para llegar hasta con los menos favorecidos socio-económicamente. Hay más obreros, albañiles, jornaleros, estudiantes, trabajadores con un celular que escuchas de programas que antes eran la única forma de medio enterarse de lo que ocurría en el país. Sin embargo, estos se enfrentan a un poder mediático con muchos más recursos económicos para compra de espacios en youtube, twiter, whatsapp  (es muy probable que los concesionarios de Tweter y FaceBook en México inclinen la balanza a grupos con intereses similares) y tienen mayor poder de producción profesional de contenidos en cápsulas, videos, o memes que los informadores independientes. Hasta el momento, el gobierno ha depositado una buena cantidad de su información en esos medios no profesionales, que gozan, en gran parte de la ciudadanía de mayor credibilidad ante desgastadas figuras comunicadoras o “politólogas” que han apoyado mercenariamente (y sabido como secreto a voces) a gobiernos corruptos.

¿Todo lo ha hecho bien la 4aT?
Es innegable que, como cualquier gobierno, el de la llamada transformación ha cometido errores. Enumeraré solo algunos que creo que en términos de lastre político no suman a la mejora del país y han comprometido el alcance de logros en la creación de un nuevo paradigma de la visión de país.
No trataré de comparar los errores que se cometieron en otros sexenios, simplemente hay que notar que, en su gran mayoría, esos errores del pasado eran ocultados o en el mejor de los casos presentados con parcialidad o con flagrantes e inescrupulosas faltas a la verdad. La percepción de caos actual (percepción de un segmento muy específico) cultivada con el guion que mencioné anteriormente, define en gran medida lo imposible que es hacer un comparativo. La comparación, si algún día se hace, será pasado un tiempo suficiente de valoración, si es que antes no desemboca en un deseado (por muchos suicidas) descarrilamiento.
Me referiré no a las pifias, errores humanos, malas decisiones o detalles puntuales, que son cometidos por cualquiera y de cualquier partido en el poder, sino a los que considero son estrategias, perspectivas o políticas que han afectado la confianza en el gobierno y que hubieran sido pulidas, estudiadas cuidadas y hasta evitadas. Esos errores son los que comentaré. No estoy hablando de visión ideológica, que para eso se tiene democracia y si se le da la oportunidad a una visión diferente de lo que se había votado o digamos, aceptado como elegido por las mayorías (o sea que también dejaré de lado las bizantinas polémicas con el tema de los fraudes electorales), pues hay que aceptar que durante seis años hay que actuar democráticamente y permitir que se desarrolle esa visión.

  • Comenzaré por lo que considero una estrategia que, si bien explica la intención de un cambio (una transformación), ensució innecesariamente la atmósfera y  se ha convertido en un impedimento para la negociación o la tolerancia. Me refiero a la narrativa de “conservadores contra liberales”, que escaló a la desafortunada frase “fifís contra chairos”.  Es un lastre para una transformación en la que todos serán afectados. Había otras narrativas para explicarlo, pero en el afán de que el concepto de neoliberalismo lo entendieran las clases más desamparadas, (no solo económicamente, sino culturalmente) se hiper-simplificó a nivel de libro de primaria de los 50s, y en la simplificación dañó a tirios y troyanos. Aún cuando el discurso es un teatro super-estructural, y que en la práctica el gobierno acepta y promueva la iniciativa privada, la libertad de expresión, la libre empresa y la aceptación y necesidad de inversionistas, en el discurso no ha dejado de ejemplificar el cambio con esa narrativa cuasimaniquea de buenos contra malos.
  • Otra estrategia más incómoda que errónea y pésimamente explicada han sido los recortes a rajatabla en presupuesto, programas sociales, fideicomisos y reglamentos fiscales. En este punto, el error es una total falta de capacidad de comunicación. Esto, aunado al mencionado guion desestabilizador no hace sino que la desinformación sea de dos vías: una criticando por fas y por nefas y otra sin explicar los beneficio que tendrían esos cambios por sus canales oficiales y por medio de campañas en redes. Ha faltado imaginación y oficio a la hora de comunicar decisiones.
  • Una  estrategia equivocada más es la concerniente al papel que juega la ciencia en la 4aT. Una estrategia que solo me explico por su cercanía con una izquierda pachamama, inocentona, pseudo-humanista y nacionalista (en un mundo global, donde lo nacionalista no debe ser tomado como  “una defensa a ultranza de la soberanía nacional amenazada por el imperio”  sino como una mística grupal, con cultura tradiciones y costumbres que conforman “lo mexicano” y que sirva de unión y hermandad entre Estados, a veces muy diferentes en culturas e idiosincrasia). Esa estrategia sobre el modo de entender a la ciencia como actividad encausada a resolver problemas socioeconómicos mexicanos, dándole un cariz ideológico,  es perniciosa, nociva y ajena a la verdadera razón de la existencia de la ciencia, que debe ser investigación pura.
    Una cosa es que, dados los conocimientos que se generan con la ciencia, la tecnología pueda encauzar proyectos que ayuden a la problemática nacional, pero nunca al revés. La ciencia no tiene ideología, y la cancelación de investigación de temas de ciencia pura, calificándolos de “ciencia neoliberal” es una tremenda barrabasada.
    Peor aún es que se consideren al mismo nivel que el método científico los llamados “saberes ancestrales”, que se actúe, por ejemplo, sin apego al consenso científico sobre transgénicos y organismos modificados genéticamente, aduciendo peligrosidad para el medio ambiente o que herbicidas probadamente eficaces y perfectamente seguros (bajo protocolos e instrucciones correctas, como cualquier herbicida) sean prohibidos “porque las trasnacionales quieren vendernos productos cancerígenos”, reduciendo con esa prohibición la capacidad de producción de los agricultores.
    O que se acepten como de igual valía las “medicinas tradicionales” y la herbolaria indígena que la medicina científica. Un paso atrás en el progreso del conocimiento y en el estancamiento de los grupos indígenas, a quienes hay que acercar al mundo moderno, respetando sus costumbres, pero brindándoles la oportunidad de gozar de las ventajas del conocimiento científico.
  • En paralelo a la cuestión científica tenemos a la cuestión cultural. Es un error favorecer  solo aquella cultura que sea “nacionalista” o que tenga claras raíces tradicionalistas o regionales. La batalla por salir de la “cortina de nopal” ya había sido ganada por los artistas plásticos de los 60s, quienes abrieron las vías de la cultura internacional a aquel mundo reducido a lo local que era la visión cultural de lo revolucionario nacionalista , que tuvo su razón de ser, pero que ya nos alejaba del concierto global. José Luis Cuevas lo explicaba así “Quiero en el arte de mi país anchas carreteras que nos lleven al resto del mundo, no pequeños caminos vecinales que conectan sólo aldeas”.  El arte es solo una de las aristas culturales, salir de la cortina del nopal permitió un México más contemporáneo y no uno que solo se viera el ombligo, Es un error asirse a una visión regionalista para basar en ello una transformación del país. Una transformación que no se puede quedar en lo político y que para ello tenga que sacrificar libertades culturales. Si bien no están coartadas o en peligro, esas libertades no gozan de igual soporte gubernamental y, al igual que los proyectos científicos de ciencia pura, son poco o nada apoyados.
    Bien haría la 4aT en remediar esa visión miope de lo cultural. De lo mucho que puede mejorar una verdadera utopía de transformación realizable.
  • Otro error de fondo, este no del todo imputable a la 4aT, pero sí a su dejadez en el tema, es el constante recurrir del partido MORENA a políticos que ante buena parte de la ciudadanía dieron mucho de qué hablar en el pasado y colocarlos sin tomar en cuenta a las bases.
    Debo decir que en este punto no hay partido que se salve. De hecho, son los que menos basura tienen en sus filas, si nos detenemos a ver en sus filas a nuevas generaciones de jóvenes comprometidos. Hay que decir que Morena es un Frankenstein ni mejor ni peor que los otros partidos, sin embargo hay mucha juventud con ideales que no se acerca ya a los partidos del pasado y han visto en MORENA una posibilidad. La sangre joven aún carece de experiencia, si bien esta menos maleada que los golden boys de los demás partidos, que en su mayoría son hijos de dinosaurios caciques y politicastros. Este tema es crucial para entender/aceptar que la política mexicana está pasando por un resquebrajamiento estructural de un modelo que ya reventó. Se nota un despertar de ciudadanía joven que se dedica a hacer periodismo, podcast, cine, negocios, empresas y actividad profesional con una nueva y vivificante mística. Por el momento esta nueva generación no tiene cabida en el agonizante mundo político de partidos e instituciones electorales incrustadas en el pasado. Desafortunadamente por ello no se acercan a la vida política, pero su visión es muy lozana y parece que encontrarán modos de surgir políticamente como opción verdaderamente ciudadana.
  • Me inclino a mencionar una estrategia más que puede ser tomada como equivocada, pero que tiene su lado correcto. Se trata de la Conferencia Matutina.
    Dos argumentos se sobreponen. Por un lado, la innegable capacidad de convocatoria que tiene AMLO con las clases desprotegidas históricamente y que conforman una buena parte de su capital, sumado a la necesidad factual de tener un canal nacional de réplica ante ataques claros de los medios RTTP y sus comentaristas más escuchados, además de marcar la agenda diaria en cuanto a temas.
    Por el otro lado, la presencia diaria (que no lo ha desgastado, como muchos esperaban) de un personaje que no es muy claro al comunicar, que usa frases desafortunadas, que carece del don de la elocuencia. Para el segmento ciudadano que ha sido inoculado con el odio al personaje, la aparición continua es insufrible a grados patológicos. Por supuesto ese segmento que no parece importarle a AMLO es el que nunca verá una mañanera completa y que piensa que todo lo que se informa o se comenta ahí es mentiras o autobombo. Sin embargo, se enterarán del tema tratado por medio de los medios RTP que sí o sí distorsionan, editan, interpretan y mutilan lo que ahí se le pregunta. Basta una revisión serena y comparativa de lo que se dice en la mañanera y lo que interpretan que dijo en los medios.
    Considero que es un error seguir alimentando a los instigadores (que por cierto son los que más preguntas hacen, bajo la línea editorial de cada medio), por más que exista un beneficio de transparencia y acercamiento con su auditorio meta y de dejar hacer, a tono con la libertad de prensa.
    A mi juicio, debería seguir la conferencia matutina con un vocero profesional que, sin disfrazar o mentir, esto es, actuando como se supone que lo hace AMLO, que fuese un profesional de la comunicación, ayudado por especialistas en el grupo de tomadores de decisiones de presidencia. Sin embargo esto acercaría a la crítica a decir que no da la cara o que actúa como los anteriores regímenes, saliendo solo a leer comunicados pre-escritos por profesionales. Hasta el momento, con todo y lo equivocado que me parece ha salido avante y ha obtenido aprobación mayoritaria.

Por el momento, la urgencia impuesta por las cercanísimas elecciones y la desesperación inocultable ante las encuestas que favorecen a Morena (aún en diarios abiertamente contrarios a la 4aT), han hecho que ese guion para Golpe Blando se recrudezca a niveles grotescos. Esos grupos antagonistas son tan osados que las mismas elecciones están pendiendo de un hilo, según declaraciones del Consejero Presidente del INE, Lorenzo Córdova, quien puso sobre la mesa la posibilidad de anulación de las elecciones por injerencia de la Presidencia de la República. Un aviso que preocupa en esta elección en donde la incipiente “oposición” -una burda alianza entre partidos que son supuestos enemigos acérrimos, no solo en  visión sino estatutariamente- se juega el control del presupuesto, abiertamente aceptado como “plan de campaña”.
Por el bien de todos, no caigamos en manipulaciones de ningún bando. Revisemos escépticamente lo que se quiere hacer pasar como estrategia para detener el “autoritarismo” y reflexionemos si no estaríamos ayudando a que el cambio de paradigma (por doloroso e incómodo que sea), se interrumpa y volvamos a las miserias políticas del pasado, regresando al poder a impresentables que, una vez recolocados, no actuarán en tu beneficio, sino en el de las corruptelas y reparto de privilegios de 80 años de pasado ignominioso.
¿Quieren que funcione el actual gobierno? No actúen como reventadores sino como proponedores. Busquen modos de influir que sean democráticos y con planes de mejora. No apuesten más al “tiremos a este payaso, cualquier cosa es mejor que eso”. Compórtense como el prójimo proactivo que necesitamos. Voten por quien les dé su regalada gana, pero no vayan a ciegas o manipulados.

Y sobre todo, no ayuden al reventamiento bajo guion profesional de desestabilización.
El país ya no lo aguanta.

Decidir entre lo malo y lo peor

La ensalada de opciones de candidatos a la gubernatura de Nuevo León es un ejemplo perfecto del estado de pudrición del sistema político mexicano. El hecho de que se esté escogiendo la fruta que se vea menos podrida, en lugar de tener una esperanza de mejora es lo mismo que pasa en toda  la República en términos de opciones políticas que se ofrecen a los ciudadanos. Mientras los partidos estén representados por los mismos personajes impresentables, o sus testaferros títeres, las cosas no van a cambiar en cuanto a protección de intereses económicos, de influyentismo empresarial de grupos o de una ayuna representatividad ciudadana. Cambiar esa mentalidad lleva tiempo y solo se soluciona si el ciudadano deja de entrar en el juego de la manipulación y la especulación como si fuera una pelea de gallos o una liguilla futbolera sin fijarse en lo fundamental. Los inexistentes “cómos” del cambio prometido. Todo es un gatopardismo de libro. Simular que todo cambia para que nada cambie.
De la caballada presentada en NL ninguno se salva. Es increíble que ningún partido pueda escoger a un candidato con inteligencia, con principios, con visión de estadista y con sensibilidad para cualquier estrato ciudadano y que la gente lo mire con confianza y le deposite su apoyo. Todos los candidatos deben favores, patrocinios, mañas anteriores, y se cuidan las espaldas entre ellos, fingiendo hacer guerra sucia para que al final sus grupos de apoyo los sostengan. La tamaleada está más evidente que en el box o la lucha libre. No importa cual quede, todo tiende a seguir igual, con los desgarrones normales entre grupos de poder, pero negociando una vez pasadas las elecciones.
Ni una luz en el camino.

Percepciones
En cuanto al golden boy del partido Movimiento Ciudadano, tristemente es un producto de branding digital, enfocado a nuevos votantes (que son muchos) y a un sector que está en contra absoluta de AMLO.
Clasista, mirrey, chabacano, pijo (no se trata de que sea mala persona o prepotente, sino con una visión moldeada por una idiosincracia de cuna y educación de clase) ‒jamás va a entender a la clase media para abajo, y no gobernaría para todos‒ falta de experiencia, visión simple de la realidad. Como todos, hace promesas de lo que el neoleonés quiere escuchar, dudosa preparación escolar (no es importante que tuviera o no títulos, sino mentir sobre ellos u obtenerlos de forma sucia). Su principal modo de ganar votos es estar en contra de AMLO y además le ayuda el que los demás candidatos contendientes son unos impresentables. Basándome en su participación en el senado, en donde más de uno se lo chamaqueó respondiendo a sus intervenciones (que en realidad solo eran para fotos de campaña), se deduce que está sumamente verde como para aguantar al coyotaje profesional de su oposición, incluida, pero no solamente la 4aT. Quienes piensan que será “contrapeso” a las ideas del actual gobierno federal, olvidan que no se trata de estar en contra de todo lo que represente a MORENA, sino que el arte de la política es la negociación. No el encontronazo estéril entre trenes, sino la criba de lo que es viable, lo que abona en mejoras y lo que es perfectible. Dada su bisoñez seguramente gobernaría, como Medina, manejado a control remoto. No especularé sobre sus patrocinios de carteles non gratos… solo me preocupa bastante quién será quien termine con el control de mando de ese dron inexperto.

En cuanto a la candidata por MORENA, más de lo mismo, solo que ahora con bandera de un partido que no ha tenido una base importante de militantes o de meros votantes en el Estado de Nuevo León. El cóctel podría funcionar para el partido que apoyó a AMLO. Parece ser una buena táctica salir a abrazar las estrategias del actual gobierno federal y obtener votos de esos simpatizantes ya que una buena cantidad de votantes están a favor de la 4aT, pero no lo pueden expresar en las redes o en el día a día, dada la atmósfera de linchamiento que se tiene en el estado, ‒baste mencionar que “chairo” o “pejezombie”, son los adjetivos más decentes para referirse a ellos, pasando por insultos o por acusaciones de ser unos pendejos que no saben nada o que “tienen la culpa de que un dictador esté gobernando”‒ por lo que será una buena toma de muestras sobre el verdadero potencial que tiene la 4aT en el estado. Clara Luz es a todas luces (pun intended) otro dron. No tiene una opinión propia, sino un script dictado por el partido y por su marido. A diferencia de Samuel, con ella podemos estar seguros de quién maneja el control. Seguramente no llegará a la gubernatura, pero será interesante ver hasta donde llega la molestia (o hasta donde se permite que se exprese esa molestia) de la ciudadanía de cualquier estrato social con los partidos PRI ,PAN Y PRD y que no ve con malos ojos lo logrado por la 4aT.

Con respecto a los candidatos del PAN y del PRI, la percepción que generan ambos ha sido la proverbial falta de confianza, el consabido tejemaneje de cochupos, influyentismo, abuso de poder y falta absoluta de preocupación por la ciudadanía, a la que ven como mero capital político, comprada o cooptada por sindicatos, por voto corporativo o por promesas que gobierno tras gobierno se hacen a comunidades pobres con populismo y despensas. Su principal déficit de confianza proviene de las veces que han estado en el poder sus partidos sin resolver lo que ahora vuelven a prometer. Ya la andanada de guerra sucia con la que unos y otros se enlodan y de la que salen a relucir secretos a voces solo sirve como listado de los temas en donde han tropezado. Tanto Adrián de la Garza como Fernando Larrazábal tienen el defectito de pertenecer a las cloacas políticas. Tratar de hacer un candidato creíble basado en bravuconerías y un machismo alfa de quinta no ayuda a formar el golem que gobernaría con mano dura y con visión de estadista a un Nuevo León moderno que requiere que la ciudadanía confíe en sus administradores y que se avance en términos sociales y económicos. Ambos candidatos de los partidos hegemónicos del pasado están infectados de pasado político y de favores a deber, espaldas que cubrir y negocios que favorecer.
Es triste ver cómo una vez más las pláticas de cantina (ahora en pandemia son en whatsapp) tratan de pronosticar quién será el que gane la contienda, como aquellos tiempos donde en la presidencial se opinaba quién sería “el tapado”. De planes sociales, económicos o de modos de proceder… nada.
De gente capaz o capacitada, no para la maña, sino para la administración pública… nada.

Algún modo habrá para hacer ver a los partidos esta sensación ciudadana de insatisfacción, de incertidumbre (en muchos casos de certidumbre de que la cosa va mal), esta frustrante desesperanza que surge de no ser tomados en cuenta. De ser utilizados, manipulados por redes y medios, por opinólogos pagados, por pseudo-gurús politólogos que lo que hacen son artículos de opinión donde todo son chismes y especulaciones, caricaturas, chistoretes o poemuchos. Pero nunca de como puede hacer la ciudadanía para cambiar la rutina malévola, como educar en derechos, en procedimientos de queja ciudadana, en como formar plataformas de información basadas en derecho, en reglamentación en como ejercitar ciudadanía. En parte, el INE debería estar dando cursos sobre todo eso. no solo como aval o supuesto árbitro “neutral” sino como educador de normas y derechos ciudadanos. De como evitar caer en el engaño, no solo poniendo multas sino explicando a la ciudadanía de qué mañas se valen partidos y candidatos para que la gente entre en ese circo de barrio de quinta que son las elecciones de cualquier representante ciudadano.
Todo está puesto para la escenografía, nada es claro, prístino y transparente, todo está pensado para la interpretación torcida del reglamento, para la desinformación dolosa sin castigo, para la falta de educación del ciudadano a la que el INE está comprometido en sus estatutos. No basta dejar que los partidos informen o convenzan, sino que existan instancias gubernamentales de educación ciudadana para saber exigir a los partidos y tener voz y voto en las decisiones de candidaturas. Que la militancia tenga métodos para incidir en esas decisiones, hoy por hoy tomadas cupularmente. Ya se vio que las candidaturas independientes son pobres contendientes si les falta poder de convocatoria, presupuesto y modo de asegurarse una masa crítica de votantes.
Y la ciudadanía durmiendo el sueño de los justos, en la cómoda apatía o enardecida y cooptada por medios y la sarta de desinformadores profesionales.

Títeres sin cabeza

Un intento honesto de analizar a los grupos partidarios que quieren ganar la presidencia de la república.
Utilizando lenguaje llano, sin politiquería ni terminajos.

Las campañas electorales presentan al ciudadano una colección de frases con promesas de mejora en diversos aspectos de la vida de los votantes y una cara de un candidato con mayor o menor nivel de reconocimiento público. Este será su intento de convencer al público que un personaje será capaz de “manejar” el timón del país.

El problema es que el ciudadano medio no siempre tiene claro el tipo de país que cada partido promete. Lo que es peor, al momento de escoger, no pone en la mesa como es que cada partido ha actuado en el pasado, o como se espera que actúe en el futuro. Solo espera que el siguiente reyezuelo cumpla lo que prometen en radio, redes sociales o periódicos.

Uno de los mayores problemas actuales es que, una vez que el ciudadano se decide por un partido (más bien por un candidato del partido, como si se escogiera a un héroe todopoderoso) es que, para defender su juicio, cree estar obligado a defender todo lo que ese candidato opine, favorezca, decida, invente, malinforme…

Como madre ofendida, defenderá hasta la muerte “el  honor” del candidato y de paso su visión de país.

Aunque esté equivocado

Lo que defiende comúnmente el ciudadano medio es su ego, disfrazado esta ocasión de preferencia electoral. Para defender su elección, que es la representación opinada de su inteligencia, es capaz de cegarse a ver los “pies de barro” del santo que adora. Cae casi sin darse cuenta, en un sesgo cognitivo llamado “Sesgo de Confirmación“. Buscará todos los argumentos que confirmen su idea, y evitará todos aquellos que hablen mal, muestren contradicciones o demuestren equívocos de su preferido.

Esto lo lleva a acercarse a las llamadas “cámaras de eco”, que no son otra cosa que grupos de gente que opinan lo mismo, que se sienten ofendidas por lo mismo y que colocan solo opiniones favorables a su candidato. La gente que apoya a un candidato, nunca lee lo que se escribe en las cámaras de eco de los candidatos contrarios. La estrategia de la guerra sucia, ( “sacar los trapitos al sol” de los candidatos contrarios ) tiene por ello el efecto contrario al que se busca, y actúa como un aglutinante, más que como un disolvente. Cuando los “estrategas” advierten su error, comienzan la estrategia del miedo, y la idea es que, en sus propias filas, crezca la animadversión hacia candidatos que “llevarán al ciudadano a perder sus privilegios debido a sus ideas “antipatrióticas”, “llenas de ignorancia”, “idioticas” “vende-patrias” “corruptas”, extranjerizantes” y demás calificativos en contra de este o aquel candidato . Los insultos y las des-calificaciones comienzan a crecer, y los argumentos a desaparecer.

Aunque afianza el apego al candidato ya escogido, esta estrategia tiene el efecto indeseable de crear una polarización social que afecta al tejido social y pone en contra a tirios y troyanos.

Los invito a tomar la decisión valiente de quitarnos el velo de la cara y  analizar sin tapujos las ideologías, modos de comportamiento, e intereses que cada partido posee, comenzando por aceptar que nuestro preferido electoral tiene muchas contradicciones, no lo resolverá todo y… es humano,rodeado de asesores humanos que no pueden saberlo todo. Solo así podremos escoger con la cara en alto en base al juicio crítico, no como manipulados con triquiñuelas psicológicas. Más adelante analizo, a mi entender y con planteamientos sin retórica o sin demagogia típica de discursos politiqueros, como percibe el ciudadano, si bien de manera poco estructurada, el actuar y proponer de los partidos, sus intereses y sus pifias.

Veamos pros y contras de cada partido con posibilidades de ganar la contienda. Seguramente quedarán muchísimas cosas en el tintero, pero estoy seguro que las que planteo en estos listados son cuestiones que no debemos pasar por alto.

Comencemos por el

Partido en el poder:

Contras:

  • Hartazgo popular
  • Líder de cartón
  • Sin proyecto de futuro
  • Corrupción
  • Impunidad
  • Sin transparencia
  • Decaimiento de la educación, la ciencia, la cultura, la salud
  • Sin ideas para el mercado interno
  • Sin salir de la economía del petróleo
  • Inseguridad en muchos estados de la república
  • Sus políticas no han detenido el encarecimiento de la vida, la subida de la gasolina o del costo de la vida, y el desempleo formal
  • La confianza de los inversionistas es inestable
  • Poco avance demostrado en cualquier cartera
  • Cero crecimiento de país en términos prácticos en cuanto a la necesidad real según su número de habitantes
  • Creadores de un ambiente depresivo debido a la poca movilidad del mercado interno
  • Falta de gobernabilidad en vastos espacios del mapa.

Pros:

  • Mantenimiento incipiente del status quo
  • Trucos ya conocidos y tolerados “mientras no me toquen a mi o a mis cercanos”
  • Permiten seguir con el modelo “hoy por mi mañana por ti”
  • Si se tiene un conocido en el aparato, facilita negocios, puestos de trabajo, adjudicación de licitaciones.
  • Ha creado lo que se esperaba de infraestructura según lo prometido y obligado

Veamos ahora qué sucede con el

PAN:

Contras:

  • Poca o nula sensibilidad social
  • Trata la administración pública como una empresa
  • Su ética se ajusta a valores ultra-conservadores que favorecen a perspectivas religiosas (tipo Yunke) 
  • Sectaristas, no incluyentes,
  • Tiende a una política de acciones basada en patrones neoliberales
  • Favorece la educación diferenciada para clases privilegiadas, con acceso a puestos directivos, empleados de confianza y emprendedores,  diferente a los que serán empleados de segundo y tercer nivel, los trabajadores y obreros. Eso anquilosa la movilidad social y el crecimiento del mercado interno.
  • Consideran gobernar para una parte de la población muy reducida. Para aquellos con unos pocos privilegios clasemedieros y de un sector acomodado o francamente boyante, con la idea que es la gente que llevará a México al futuro modernizado de país desarrollado, y una vez ahí, comenzar una “derrama en cascada”.
  • La adjudicación de proyectos de gran calado se reparte entre empresas sin visión social y de socios afines al partido. Se trata de privatizar, aún los considerados bienes y recursos estratégicos. Como minerales, hidrocarburos, caminos y puentes, salud pública y seguridad.
  • No demostraron crecimiento interno cuando estuvieron en el poder
  • No tuvieron experiencia en política exterior ni en administración pública.
  • Nunca se han dado un “baño de pueblo” y  no se han acercado a la población marginada si no es para requerir su voto.

Pros:

  • Alto grado de educación y preparación técnica
  • Conocedores del primer mundo
  • Avance tecnológico a corto plazo
  • Posible creación razonable de fuentes de trabajo, si bien como empleadores

Sigamos ahora con

MORENA

Contras

  • Planteamiento de crecimiento extremadamente reducido basado en mercado interno y el ahorro en base a reducción de corruptelas, pagos excesivos en el aparato gubernamental y 
  • Poca claridad en demostrar la viabilidad de crear estructuras de gobierno que no estén ancladas en los entramados  y caminos aceitados de priistas. No existe un plan de trabajo en ese sentido
  • Percepción de caudillismo de su líder entre los no partidarios y de vasallaje acrítico entre sus seguidores
  • Percepción de falta de preparación ejecutiva y de anclaje a formas políticas del pasado. No han logrado convencer a las clases con privilegios ( y los que los tienen en muy reducida cantidad/calidad, las clases medias) de que el país se pondrá a nivel internacional en indicadores de educación, crecimiento de la economía, tecnológicos o de salud y seguridad
  • Para sectores importantes de la población su líder está muy desgastado como cara del cambio hacia el progreso
  • Su visión nacionalista le imprime un carácter alejado del concierto mundial y de los temas de progreso internacional
  • Está en deuda con sectores que, si bien han sido muy desprotegidos, han sido muy radicales, como sindicatos, maestros y campesinos.
  • La relación con el empresariado es inestable por el momento
  • Posee una masa de incondicionales que, debido a su posición de marginados, actúa sin juicio crítico, sin preparación y con revanchismo. (Aunque últimamente los seguidores de otros candidatos se están comportando de la misma manera al enfrentarlos, todo sea dicho)
  • Su líder da la impresión de que actuará con improvisación o con ocurrencias, sin plantear claramente que lo haría en base a asesores con experiencia

Pros:

  • Intenta que un mayor número de mexicanos se vea beneficiado con un cambio de actitud en doble vía
  • Sus seguidores quieren cambiar activamente al país. Ese motor no existe en la misma medida en los otros partidos. El empuje con el propelente de la esperanza en la mejora puede, bien llevado, ser importante en el arranque de nuevas formas de solucionar problemas
  • Sus líderes conocen prácticamente la problemática del día a día de un enorme número de comunidades en la república
  • Su plan de gobierno lleva varios años puliéndose y el gabinete propuesto no es ni de improvisados ni de políticos con pasado criticable.
  • El acercamiento con empresarios ha hecho que muchos de ellos no vean un peligro en sus activos ni en sus actividades. Su líder ya trabajó con ese sector en el gobierno de una ciudad que es en número de habitantes más grande que muchos países. Nada fácil

    ¿Qué tendrían que hacer estos partidos para gobernar para todos si ganan la presidencia?

Algunas de las cosas que planteo, por su misma esencia, son utopías y otras son viables en medida razonablemente convincente:

PRI

  • Un proceso espectacular de limpia interna, no de lavado de cara, sino de mano dura en temas como la impunidad, la corrupción, la transparencia y la eficiencia en las diferentes carteras. Para eso, deberían crear un organismo de revisión separado del gobierno y de los partidos, con observadores internacionales basados en los tratados que México ha firmado para ser considerado un país democrático.  Una Fiscalía absolutamente autónoma que persiga delitos, omisiones culposas y malos manejos
  • Ejercicio transparente del presupuesto anual, con “trazabilidad”
  • Colocar en puestos clave a expertos y a profesionales de la administración y evitar compadrazgos, clientelismo, y nepotismo.
  • Hacer una reforma educativa en términos de lo que se debe de enseñar a la población , no una reforma de administración de burócratas de la enseñanza.
  • Destinar una cantidad presupuestal para incentivar el mercado interno.
  • Crecer en la oferta de oportunidades de estudio, de maestrías y posgrados, y de desarrollo de la creatividad en negocios autosustentables, para que la juventud aproveche su potencial.
  • Cambiar la guerra frontal al narcotráfico, involucrando a la iniciativa privada para crear poblados autosuficientes que no tengan necesidad de dedicarse al narco o a giros negros. A la vez que se ataquen las finanzas de las mafias en temas como blanqueo, cohecho y red de financiamiento del mercado negro, en vez de atrapar a capos sustituibles, o a grupos de gente orillada por las circunstancias económicas a dedicarse al trasiego de droga y trata de personas.
  • No prometer incumplibles en temas hacendarios, de economía, de educación ni de ningún tema que a la larga decepcione a la ciudadanía y deprima el esfuerzo ciudadano para salir adelante

PAN

  • Enfocar a la administración pública como un servicio para la nación, no como una empresa sino como impartición de apoyo a la sociedad pero velando por sus intereses. no como la oportunidad de desarrollar grandes negocios que “modernizarán al país” pero actuando de manera insensible ante los verdaderos dueños del país
  • Desarrollar programas que demuestren claramente su interés por las comunidades y no por las empresas
  • Demostrar más sensibilidad por las minorías, y por las causas ético-morales que se salen de su marco ideológico ultraconservador
  • Favorecer la protección de los bienes y territorios mexicanos protegiendo instituciones que actúen en favor de la nación y no de particulares. 
  • Actuar inmediatamente en la educación y preparación cultural y técnica de todos los mexicanos, sin distinción de clase ni calidad de enseñanza, e incentivando que no abandonen los estudios ni aquellos que por sus condiciones económicas tengan que trabajar mientras estudian. Un México educado subiría el nivel socioeconómico por el simple hecho de conocer y actuar en base a pensamiento racional
  • Adjudicar proyectos de construcción y desarrollo de infraestructura, investigación y tecnología a quienes demuestren tener experiencia y capacidad, con el criterio de que los primeros en obtenerlos sean  empresas y emprendedores sin vínculos ni asociación directa o indirecta con los funcionarios de gobierno.
  • Mostrar un interés igual por la tecnocracia que por la cultura, las decisiones tomadas en base evidencias científicas y no en base a probables ganancias y apostar más por el humanismo, ya que se necesita un gobierno empático y sensible y no uno eficiente pero que favorece el peor de los capitalismos pragmáticos.
  • Permitir la movilidad social. No hay otra vía para el crecimiento. Aceptar de una vez por todas que México es un país mestizo, y que el mundo de los dirigentes y empresarios criollos es parte del pasado y ya imposible. Por número, por ética, por necesidad pragmática, debemos tener una ciudadanía educada, emprendedora, y orgullosa de crear tecnología, ciencia, y empresas y producir sintiendo que la responsabilidad y los bienes producidos son propios.
  • Evaluar con cordura y dejando de lado intereses mezquinos las propuestas de ley reformas y enmiendas constitucionales y administrativas que propongan grupos políticos y ciudadanos (por los cauces legales) que no sean del partido.

MORENA

  • Demostrar que no gobernará un caudillo, sino un grupo de expertos en cada rubro, que no permitan la toma de decisiones viscerales o faltas de evaluación sistemática.
  • Gobernar sin revanchismo
  • En la toma de decisiones económicas y hacendarias, definir los planes a corto mediano y largo plazo de manera que no caucen pánico en inversionistas, empresarios, productores, sector agropecuario y  de recursos naturales
  • Generar mercado interno, pero no dejar de comerciar inteligentemente a nivel global.
  • No basar otra vez los ingresos nacionales en el petróleo.
  • No caer en favoritismos con grupos radicales, como algunos sindicatos, algunos maestros y algunos campesinos. Dar pasos firmes en la mejora de grupos minoritarios, sin crear monstruos internos que por manejos de líderes con intereses desvirtúen las demandas de trabajadores, para formar grupos de presión que impidan el avance del progreso.
  • Negociar con los legítimos intereses de seguidores de partidos, en lo que concierne a iniciativas de ley y reformas. Restablecer el consenso y el dialogo que cicatricen la irresponsable polarización que los manejadores de campaña crearon  con la estrategia del miedo.
  • Detener a toda costa los encontronazos en redes sociales entre grupos de incondicionales (que no tienen por qué tener la razón en todo) y grupos de seguidores de otros partidos (que no tienen por qué tener la razón en todo). Ambos grupos deben restañar las heridas,o,por lo menos tolerarse por el bien de la civilidad. La única forma inmediata de hacerlo es con una explicación del líder a sus seguidores. Detener ese enfrentamiento es por el bien del mismo partido, para que no sean percibidos como vasallos incondicionales.

El avance nacional es un problema complejo

No podemos esperar que el partido por el que votemos tenga las soluciones para todo, o que esté compuesto solo de gente capaz, intachable y con planes inmejorables, o pensar que el partido contrario esté equivocado en todo. Sin embargo así lo hace el ciudadano medio que decide que todo lo que no está a su favor está en su contra… y equivocado

Por supuesto que todos estamos ciegos ante nuestras propias contradicciones. Ningún grupo político tiene resueltos todos los puntos del complejísimo entramado llamado México. Nada es blanco y negro y es una mezcla amorfa de grises. Todos los partidos tienen puntos ciegos y uno que otro personaje impresentable.

Lo importante en los planteamientos de cada partido es crear, entre esa mezcla amorfa, cadenas de coherencia que funcionen para lograr mejoras sociales, científicas y de progreso. En todos esos rubros existen excedentes en el crisol que forma una visión de futuro. Se llama escoria. Y la escoria, en el crisol político, está formada de ideas, comportamientos, errores de juicio, sesgos de confirmación y vasallaje acrítico y personajes impresentables. Mientras más cantidad de material positivo, más fácil quitar la escoria del producto terminado, y más grande su tamaño e influencia en el progreso. Hay que tener en cuenta que nunca tendremos un material puro y siempre estaremos encontrando contradicciones, errores y posibles mejoras.  La política se debería comportar más cercana a los métodos de auto-corrección que tiene la ciencia. No sería difícil hacer eso si se tuviesen protocolos para quitar cada vez más escoria y comprobar que las decisiones son hechas en base a evidencias de efectividad y demuestran que fueron tomadas para beneficio de la mayoría sin afectar derechos de las minorías.

El avance que la humanidad ha tenido en ciencia y en tecnología ( y en sus muchos subproductos, como de ética  contemporánea y de mejor vivir en otros rubros sociales) se debe a la capacidad de rectificar en el error, a cambiar de opinión en base a pensamiento racional,  a comprender los propios sesgos cognitivos de quienes se dedican a investigarla, y a no comportarse como si fuera una ideología, una religión, o la verdad pura. Es simplemente una colección de conocimientos que hasta el momento nos parecen evidentemente correctos.

Al ser una actividad social, la política está contaminada por visiones, interpretaciones y opiniones muy diversas aún en el seno de partidos con estatutos y manifiestos claros en sus visiones de la mejora social y el progreso.
La dinámica que nos colocó en este punto de la vida política, con impresentables enquistándose en los huecos que les dejan todos los partidos (ninguno se escapa de esa escoria), hace que necesitemos  métodos para evitar que modifiquen lo bueno que cada partido posee.

Pero antes que nada, debemos analizar sin apego a prejuicios o cegueras por afinidad, por temor a ser criticado o por indolencia.

 

Impresiones en vísperas electorales.

Las siguientes reflexiones las hago desde una posición sin ninguna preferencia partidaria o de candidato. Son observaciones simples (no simplistas) que a la mayoría, desde sus particulares preferencias y su obvia distorsión prejuiciada (su sesgo de confirmación), suelen pasarle por alto. Desde hace tres sexenios soy un observador de las reacciones populares en las elecciones presidenciales y desde mi perspectiva, he tratado de no engancharme visceralmente con ningún candidato. En México, hablar claramente sobre los errores del candidato por el que se quiere votar es visto como traición, y lleva a la contradicción ética de perdonarle todos sus errores con tal de que no gane el contrario. No es mi caso, y sin preferencia ninguna (ya será en otro lugar donde explique mis “porqués”) mi juicio no le debe nada a nadie.

Básicamente, el tema es explicarme por qué esta ocasión AMLO tiene oportunidad de ganar la silla.
Creo que hay un aspecto importante que se menciona muy poco cuando se habla de los candidatos a la presidencia de la República en estas elecciones.
Las que se conocen como “promesas de campaña” en los partidos que siempre han ganado, proponen los mismos tópicos de siempre y prácticamente con las mismas frases, y son dirigidas a la típica población socioeconómica que los mercadólogos llaman “A”, “B” y “B plus.” y un segmento de la “C”.  La mayor parte de los habitantes de la República no pertenecen a esos sectores.
Muy comunmente, en las “redes sociales” no toman en cuenta que López O. lleva más de 12 años haciendo campaña de pueblo en pueblo y conociendo como piensa la gente que vive en ellos. Gente de sectores socio-económicos diferentes, en su grandísima mayoría,  a los considerados como “target” por las campañas en medios.
López O. Sabe que es más importante el tema de tener para comer que el del precio de la gasolina, o quién es el secretario de hacienda o cuánto se van a gastar en obra pública.
A esa gente le habla en su mismo lenguaje. En el del día a día. En el de la preocupación inmediata. En el del problema inmediato de la comunidad a la que va.
Solamente un 6% de la población nacional es el que va a las universidades, que tiene un automóvil, que tiene una computadora, que tiene una casa propia en una gran ciudad.
Las visitas a poblados que hacen los otros candidatos son en base a un programa de marketing que sólo dura seis meses y sólo acude a sus asambleas gente invitada por los organizadores de campaña y no cubren el kilometraje que L.O. ha recorrido. Durante seis años cada partido en el poder ha perdido la oportunidad de acercarse a la población. Sólo se arriman al pueblo cuando necesitan de él. Ahora muchos se sorprenden de que L.O. tenga tantos seguidores. La gente de los sectores privilegiados no entiende cómo tiene un porcentaje tan alto de intención de voto. A ellos les han vendido que el tipo está loco, que no sabe expresarse, que regresará al país al pasado y que le quitará el dinero a los ricos para dárselo a los pobres. Que es un tipo que no trabaja (Sin darse cuenta de la cantidad de kilómetros que ha recorrido ese tipo durante varios años de comunidad en comunidad). Y se la han tragado toda. Sin reflexión. Sin mirar quién les vende la trola. Unos porque temen perder lo que tienen. Otros por inocente ignorancia de lo que es México y sus mayorías.
A ese mexicano que no tiene esos privilegios, y no estoy hablando del México bronco, no le importa lo que se hable en un debate con gente que ni conocen ni ha estado nunca en sus comunidades. No le importa si ganó o no una discusión un tipo hablando de temas que ni le importan. A ese nivel, el “debate” no tiene ninguna importancia.
A López Obrador tampoco le importa estar defendiéndose o explicando planes que ya explicó durante años a la gente que le interesa que vote por él. Acude al debate para que no se diga que no se presentó. Y tampoco está interesado en lo que opine ese 6% (a sus seguidores de ese sector ya los convenció) a ese que considera que no sabe debatir, que repite frasecitas, que no es digno de representarnos en el extranjero o que “va a convertir al país en una Venezuela”.
Tres promesas básicas de campaña (que no son violentas, ni se basan en golpes de estado ni hablan de socialismo ni lucha de clases) son suficientes para el 80% del país:
-Tendrás para comer
-Escucharemos tus problemas
-Haremos algo contra los corruptos que no se han fijado en ti

No me parece populismo.
Simplemente veo que eso no lo prometen los otros tres. Ni lo han hecho en los lugares adecuados.
Si alguien del pueblo siente que uno de los suyos tiene oportunidad de cambiar algo y se identifican con él, no importan los discursos ni las promesas ni es necesario que se les diga que ya no tendrán que trabajar. Sólo es necesario decirles que tendrán un trabajo digno y que se intentará cubrir sus necesidades. Con sus palabras.
Ante los ojos de la “gente educada” L. O. es un ignorante.
Ante los ojos del pueblo es un hermano que hará algo por ellos y que tiene oportunidad de hacerlo. Ante unos pocos es un mamarracho, ante muchísimos más es una posibilidad de cambio.
López Obrador, cuando está en los medios a los que tiene acceso la gente de los sectores privilegiados, no trata de explicar su visión, simplemente navega de muertito, sin importarle ser tomado como ignorante. Sabe que el voto que necesita no está en ese sector.
Recientemente las redes sociales a las que tienen acceso los sectores de privilegio han soltado una andanada de mensajes no a favor de sus candidatos sino en contra de L. O. El nerviosismo es patente, pero es debido a que no se dan cuenta de que a los seguidores de L. O. no les importan los temas típicos de los noticieros de televisión o de los asesores de campaña, que usan un marketing para un sector incorrecto.
Los partidos que han ganado la presidencia son ciegos a los problemas de miles de pueblos de la República Mexicana durante sus mandatos y en las campañas confían más en sus asesores de marketing.
¿Se puede equivocar López obrador cuando gobierne? Seguramente. Como se han equivocado todos los presidentes que hemos tenido.
Sin embargo su margen de maniobra no es el de un reyezuelo. No tiene un ejército como lo tenía Chávez para hacer y deshacer imponiendo un socialismo trasnochado.
No tiene una visión de socialista setentero, por más que le quieren colgar la etiqueta.
Ni siquiera es evidente que López O. sea de izquierda. La izquierda en México es una porquería sin capacidad de ponerse de acuerdo. Y lo que promete L. O. es más parecido a una social democracia de centro. Aunque tiene pifias enormes.
¿Que Morena tiene en sus líneas a gente radical? Seguramente. Pero no creo que tengan ni número ni posibilidades reales de convertir al partido ni remotamente en trostkistas, leninistas o maoistas.
¿Que se sumó al partido gente nefasta? Cierto, muchos de ellos tienen cola que les pisen y no se debe disfrazar con un simple “también en los otros partidos abundan”, pero es que un partido no lo maneja una sola persona sino un grupo de intereses que muchas veces se contraponen, y es un microcosmos donde hay bueno y malo. Y eso es así en todos los partidos.
¿Será suficiente el chabacano optimismo lopezobradorista para detener corruptelas y echar a andar a un país dolido, avergonzado y deprimido?
Las ganas de que eso suceda no son las de una redacción de “visión misión”. Son los anhelos de muchos que sienten que esto puede cambiar. Ese motor no lo tiene actualmente ningún otro partido.
La imagen que tiene el sentir popular: Se creyó que cambiaría todo cuando Fox tuvo en sus manos la posibilidad de hacerlo. Y no quiso y no supo cortarle la cabeza al dinosaurio. Se montó en sus estructuras y su no hacer le abrió la puerta a las mafias del narcotráfico y la corruptela impune.
Después tuvo la oportunidad Calderón (haiga sido como haiga sido) y su megalomanía y su afán de demostrar que podía hacer algo,  convirtieron al país en un lóbrego escenario en el que una guerra absurda y mal planteada oscureció el ánimo de los mexicanos. No solo no cambió nada, sino que el autoritarismo devolvió la ya superada idea del presidencialismo a ultranza y se dió un paso atrás en democracia. No solo no convenció el cambio, sino que hizo que el dinosaurio reviviera. Él hizo perder al PAN la presidencia. El presente mandato es de todos conocido. En términos de avance social, de salud, tecnológico o económico, el PRI está haciendo imposible su reelección.
Por lo anterior, el ciudadano común está ante la espada y la pared.
En mi opinión, es una discusión desesperada entre quienes están hartos del sistema, y quienes tienen miedo de salir perdiendo en el cambio. Cada vez son más los que sienten que ya no pierden nada.
Quienes apoyan a PRI o PAN, no ven (o no quieren ver) que estamos como estamos por esos dos partidos, y prefieren malo por conocido. Quienes apoyan a AMLO no ven que las estructuras institucionales como están armadas, no funcionan para que un cambio rápido suceda y los políticos que cobijan en sus filas son en muchos casos residuos dolidos de otros partidos. La gente está entre apoyar un cambio venga lo que venga, o tragarse lo de “nos vamos a volver Venezuela” y “prefiero saber que me roban, pero si empeora la cosa, que sea de a poquito”.
Una bazofia por donde se le vea.
En las propuestas de planes de gobierno no hay ideas de gran calado para el país, no hay visión de futuro, no hay negociaciones. Con la actual estrategia del miedo, no habrá presidente que gobierne para la mayoría. La gente de los sectores privilegiados (y esos privilegios son básicos, en México ser “clasemediero” es un privilegio) piensa que quienes están en el poder no quieren ceder nada, y quienes quieren llegar al poder quieren cambiarlo todo. A eso ha llevado la política del miedo. Restañar heridas al finalizar las elecciones costará tiempo y no dará margen para negociar entre facciones. Se bloqueará, una vez más, cualquier intento de iniciativa.
Ya ni hablar del fantasma del fraude, con sus múltiples caretas de carnaval. Muy en lo profundo, todos piensan que las elecciones no son lo transparentes que debieran, y que muchas manos mueven esa cuna. A falta de datos confiables se prefiere no hablar de ello, unos porque sienten que “esta vez sí será imposible un fraude” otros porque “es conspiranóico dudar de la contabilidad electoral” expresando más un deseo que una convicción. Lo cierto es que nadie suelta el poder tan fácil en este país.
Lo más obvio es pensar que se llega a acuerdos cupulares entre los manidos “poderes fácticos” que son los que ponen en juego sus intereses estratégicos. y quienes por el momento, en el poder, mueven más hilos, prebendas y amenazas. La pregunta es
¿Ésta vez L. O. tiene poder suficiente para negociar en esa mesa? En otras palabras, ¿el descontento popular es ahora tan grande como para que un “mesías” pacífico tenga argumentos para ser tomado en cuenta a la hora de poner al “rey por un día”? En otras ocasiones no lo vieron necesario.
Los industriales pueden aceptar que sea presidente si se les asegura que no saldrán afectados. ¿Los otros poderes fácticos tendrán tanta flexibilidad?

JSB

Asustando con el petate del muerto

En las tan manidas “redes sociales” aparecen, con motivo de las próximas elecciones presidenciales en México, “memes”, chistes, videos de broma, fotografías y caricaturas que intentan convencer (o crear miedo sobre algún candidato). Todos los partidos se han decantado por una guerra sucia, con tal de reducir el número de votantes de su oposición. Las denostaciones, fotografías o videos “incriminatorios”, las noticias de negociaciones corruptas o los testigos de lo malo que es tal o cual candidato son la orden del día.

Ningún partido se salva, y todos se lanzan al lodazal de las descalificaciones, sus expertos en marketing de redes sociales se encargan de esparcir borregos, bulos y chistoretes malintencionados .

De entre los muchos tópicos que se utilizan, por ejemplo, para espantar con el petate del muerto a quienes aún dudan si apoyar o no a Morena, está el tema de decir que su próximo candidato es un comunista que le quitará la propiedad privada a los ricos y repartirá bienes a los pobres sin que estos trabajen. Lo comparan con Chávez, Evo Morales o Castro, y anuncian que en caso de que gane, estaremos rápidamente como Venezuela. Hay videos que tratan de equiparar a los gobiernos totalitarios con el socialismo, con el comunismo , creyendo que el moderno socialismo está aferrado a ideas marxistas, que no tiene capacidad de avanzar científicamente o que no existe la libertad en su seno.
El totalitarismo no requiere de una ideología de izquierda. Hay totalitarismos basados en la teocracia, o en el sentimiento de superioridad de raza, que coincidentemente, son de ultraderecha, y que solo permiten el avance “libre” a aquellos nacidos con características definidas por ellos mismos.
Cualquiera que sea la preferencia ideológica del lector, debería enterarse correctamente de la propuesta contraria. Y no por medio de youtubers (ni por este blog), sino contrastando ideas, escuchando, opinando y proponiendo, con gente que sea intelectualmente honesta y racionalmente claros.

Lo más sensato sería investigar qué es lo que propone este candidato, y su partido… pero nadie lo hace… Todos prefieren que alguien les diga qué opinar. Una frase cómoda que aprenderse para sacarla en un café o una cantina o una comida familiar donde está el cuñado.
Nadie revisa si existe un plan nacional viable, realista, sostenible e inteligente del partido (de este o de cualquier partido). Todo en las redes versa sobre los candidatos. Un triste caudillismo que debimos dejar atrás hace dos siglos.

En este artículo, no hablaré del plan que tiene Morena, ya le toca a ellos hacerlo verdaderamente público, aunque sé que existe y cualquiera lo puede leer. Tampoco del plan de los otros partidos con posibilidades en la contienda , de los cuales se habla mucho menos, con la coartada de que “estamos en pre-campaña”.
Solo tocaré uno de los muchos temas empleados para denostar a uno de los partidos, aunque todos usan esas malas artes, porque me parece importante mostrar cuán equivocados (con o sin dolo) están aquellos que creen que alguno de los candidatos quiere volver a México un país “comunista”. Me interesa elevar el pensamiento crítico. Que cada cual vote por su mejor opción… pero razonadamente.

Los actuales partidos políticos mexicanos de izquierda, no son comunistas ni socialistas en el sentido que tenían las palabras cuando existía la Unión Soviética ni el del trasnochado concepto setentero que le dan dictadores militares como Chávez y Maduro. Aunque debo aceptar que todavía medran (en número muy reducido, pero muy provocador) “troskos”, maoístas, leninistas y porros, que hacen mucho ruido y no ayudan a la comprensión contemporánea que internacionalmente se tiene del socialismo (sin contar a EUA, en cuyo suelo se teme aún la palabreja socialismo y se queman con el jocoque,  macartismo puro y duro sobreviviente de las cenizas del mezosoico).

Es descorazonador que la palabra socialismo acalambre a muchos. Debería ser una palabra que nos uniera socialmente. El socialismo actual no tiene intención de acabar con el capitalismo de forma inmediata, ni revolucionaria, ni definitiva. El socialismo viable, se denomina a sí mismo Socialismo Democrático, y es parte del pensamiento culto contemporáneo sin tener los vicios de los estados totalitarios de antes y de ahora.

Me parece muy buena la explicación que da el periodista mexicano/español Mauricio José Schwarz en un sitio público de preguntas y respuestas online:

¿Qué es el Socialismo Democrático?

Veo que ha recibido algunas respuestas profundamente arraigadas en la teoría y la creencia. Lo cual es bueno. Pero no tiene nada que ver con la forma en que realmente funciona el socialismo democrático cuando se implementa. Por “real” me refiero a una visión política que de hecho ha estado en el gobierno en varios países y que tiene un efecto directo en la política cuando está en oposición. No solo la teoría, que podría ser variada e incluso contradictoria, sino la práctica del socialismo democrático.

El socialismo democrático como pensamiento y acción está incorporado en la Internacional Socialista , una organización mundial de más de 150 partidos socialdemócratas, socialistas y obreros que está activa desde 1951. Si bien se basa en ideas previas sobre el socialismo, es bastante diferente de la “socialdemocracia” que Lenin afirmó que defendió, o que Stalin odiaba. No debe confundirse con el dogma de ningún movimiento anterior como tal.

Sus principios básicos se describen aquí: http://www.socialistinternational.org/about.cfm .

Básicamente, el socialismo democrático cree en la democracia representativa como la forma de gobierno menos imperfecta.

Con respecto a la economía, rechaza tanto las ideas extremas del capitalismo laissez-faire (o mercado libre, como el neoliberal) por el cual las fuerzas económicas deberían estar desprovistas de control social (la mitología de la “mano del mercado”), y el plan central, el monopolio estatal de la economía propuesto por los comunistas. Los socialistas democráticos creen en un mercado que aprovecha las virtudes de la innovación y la competencia, pero regulado para que todos los involucrados en la economía estén protegidos por buenas leyes (leyes laborales, leyes de competencia, leyes ambientales, leyes de consumidores, leyes antimonopolio, antisoborno, etc.)

En lugar de luchar por un mundo sin riquezas ofensivas, lucha por un mundo libre de pobreza ofensiva. Esto explica por qué los países con estructuras socialistas democráticas fuertes, como los países escandinavos, disfrutan de libertad de empresa y un mercado razonablemente libre.

El socialismo democrático plantea una estructura fiscal progresiva que redistribuye la riqueza a través de impuestos más altos para quienes se benefician más de la estructura social (individuos ricos y corporaciones) para establecer igualdad de oportunidades para todos a través de servicios tales como salud pública universal gratuita y educación (desde principios infancia a través de la Universidad), un sistema público de pensiones, una red de apoyo para aquellos que se quedan cortos en la carrera (garantizando comida, ropa, refugio y dignidad para todos).

El socialismo democrático también postula que algunas actividades económicas son demasiado sensibles para ser de propiedad privada, por lo que promueve una economía mixta donde los servicios básicos (servicios públicos, transporte público, energía) son de propiedad estatal o de propiedad conjunta con capital privado, pero garantizan que no se ejercerá abuso sobre la población general. Impide que los Martin Shkrelis del mundo puedan convertirse en depredadores de los menos afortunados. La economía de Noruega, por ejemplo, tiene sus raíces en la industria petrolera estatal.

El socialismo democrático defiende las libertades y los derechos para todos, y se opone a cualquier forma de discriminación por cualquier razón imaginable. También cree en el conocimiento científico como la base más confiable para tomar decisiones políticas.

El socialismo democrático ha moldeado el estado de bienestar en Europa, Canadá, Nueva Zelanda y muchas instituciones sociales en todo el mundo. Muchos partidos socialistas han estado en el poder y han promovido cambios que sobreviven a su mandato, y que los partidos de derecha ni siquiera se atreven a cambiar. En junio de 2017, 49 miembros de la Internacional Socialista estaban en el poder en todos los continentes.

Hasta aquí la expliación de Schwarz.

Debo decir que este post mio no tiene intención de defender tal o cual postura política o partido. Los temas para denostar a cualquiera de los candidatos son muy variados. Lo que intento es animar a que se eleve el nivel de los argumentos que se deben de emplear en una democracia educada, y la utilización del pensamiento crítico para evaluar las posturas de los diferentes partidos que quieren gobernar al país.

El tongo de las elecciones consiste en obligar a la gente a votar por un hombre, no por un modo inteligente de gobierno que tenga posibilidades de triunfo.

El presidencialismo, tratado así, es como elegir a un rey todopoderoso, guapo, inteligente con buenas respuestas y educado. La definición perfecta de un embaucador,  para colocarlo como títere a que aguante los pastelazos de la gente durante un sexenio.

Tomemos como ejemplo el caso de los futuros “debates” entre los candidatos, que muchos esperan como si fuera allí donde nos enteraremos de golpe y porrazo como manejará un país entero un hombre de carne y hueso como tú o como yo, y al que mágicamente le colgamos súperpoderes y nos creemos que será quien tome las decisiones importantes del país.

Lo de los debates es un circo innecesario. Es totalmente absurdo que por un pleito verbal mal armado y de formato anquilosado se pueda decidir alguien solo porque “fulano habla mejor” o “tendría más presencia internacional” o “tomaría mejores decisiones bajo presión”.

Lo que se debe de hacer, para votar con conocimiento, es que se coloquen los planes de gobierno de los diferentes grupos contendientes para gobernar, en un sitio público desde donde se respondan preguntas, tanto de la ciudadanía como de expertos, en diferentes temas y de manera profusa. Sin gastos inútiles de campaña y con toda la calma intelectual que merece el tema del rumbo de un país.

Que mal que se copien modos gringos de show mediático en algo tan importante como los planes de un gobierno.

En 15 minutos de exposición y respondiendo ataques ad hominem. Eso es un debate telelevisado: la búsqueda de la segregación hormonal, no el convencimiento por medio de la razón.

Solo aclarar que quien habla bien y responde rápido no demuestra que está en lo correcto, o que es inteligente o que es buena persona. Todo es para influir en la víscera del populacho.

La demagogia es un lastre viejo.

Recuerdo las respuestas de J.L. Borges a un conocido periodista:

Neustadt: ¿Qué es un hombre inteligente?

Borges: Realmente, no sé. Muchas veces cuando uno dice que tal o cual persona es inteligente se refiere más a que es ocurrente, que tiene algo que decir de un tema inmediatamente. Esa persona puede no ser inteligente. La inteligencia puede ser lenta.

Neustadt: ¿Usted es inteligente?

Borges: Si me dan algunos años para pensar, soy inteligente. Si me hacen preguntas como las suyas, inmediatas, soy más bien estúpido.

Si nos quedamos en el chistorete, en el insulto gratuito -“eres un corrupto priista”, “eres un mocho vendepatrias”, “eres un chairo comelonches”- , que son los que inmediatamente surgen en cualquier plática que se da fuera de la comodidad de su burbuja de opinión, en donde cada grupo se auto-convence de tener la razón, sin ser capaces de evaluar lo propuesto por el grupo opuesto, nos ahogaremos en el quinto círculo dantezco.
Mientras en las campañas no se ponga al candidato como simple representante de un grupo de notables que gobernará con un plan transparente y consensuado, seguiremos en el jueguito de decir “mi gallo es mejor que el tuyo”.
Mientras en vez de hablar de grupos que lleguen al gobierno amparados por formas viables de mejora, solo se hable de candidatos y sus miserias, y se sigan enlodando, el tongo electoral teatrificado va sobre ruedas según lo planeado.

Poner nerviosos a aquellos que de forma automática no votarán por Morena, haciéndoles creer que el demonio hará que el país se derrumbe y generar polarización innecesaria, solo hace que la división entre opiniones no favorezca futuras negociaciones interpartidarias en el gobierno que gane la elección, haciendo que cualquier grupo en el poder sea odiado por la mitad (o más) de la población. Gane quien gane.

Seguir enviando memes idiotas en las redes contribuye al descenso de nivel racional del pensamiento promedio nacional. Pero al parecer, eso es lo que conviene en una elección. Para eso la gente va muy bien. Por eso les dejo esta rola del Serrat: