La Grosse Fuge op 133 en Si bemol, de Ludwig Van Beethoven

Ludwig van Beethoven conducting with baton – by Katzaroff . German composer 17 December 1770- 26 March 1827

Beethoven no solo fue “el último de los clásicos y el primero de los románticos” sino que vislumbró como ningún otro la música como sería entendida uno o dos siglos más adelante.
De su Grosse Fuge, cuando se le mencionó que había causado el rechazo general, Ludwig respondió «No importa, no la compuse para ellos, sino para el futuro».
Por su estructura rítmica y su complejidad melódica, la 133 es una pieza que pudo ser compuesta por músicos considerados modernos, como Shostakovich, Bela Bartok o ya en términos más modernos, por músicos de Heavy Metal.  En la época de Beethoven la intrincada pero inteligente labor contrapuntística,  que mezclando cuatro voces, era acentuada por un cambio de ritmos,  en su conjunto sonoro dejaba perplejos al público de ese entonces, que opinaban que era como tratar de entender chino.
La pieza al principio formaba parte de una suite con varios movimientos, pero la fuga era totalmente diferente a las otras partes de la obra. Fue un acierto haberla separado como una pieza sola, aconsejado por su editor.  La Grosse Fuge es una obra que se sostiene por si sola y tiene el calado de las grandes composiciones de la historia, aunque sus coetáneos no estuvieran preparados para comprenderla.

Karl Holz, el confidente de los últimos años de Beethoven y violinista del cuarteto que estrenó la obra, le dio a Beethoven la noticia de que la audiencia entusiasmada había pedido “encores” de dos movimientos medios. Beethoven, enfurecido, gruñó: “¿Y por qué no pidieron como encore la fuga? ¡Solo esa debería haberse repetido! ¡Asnos! ¡Ganado!”

Ya en el siglo xx los genios musicales, compositores e interpretes opinaban maravillas de la obra:

“Ahora, a los 80 años, he encontrado una nueva alegría en Beethoven. La Gran Fuga, por ejemplo, ahora me parece el milagro más perfecto en la música … También es la pieza musical más absolutamente contemporánea que conozco, y contemporánea para siempre. … Apenas marcada de nacimiento en su época, la Gran Fuga es, solo en ritmo, más sutil que cualquier música de mi propio siglo … Me encanta más allá de todo “.
– Igor Stravinsky

“Para mí, la Grosse Fuge no solo es la obra más grandiosa que jamás haya escrito Beethoven, sino también la pieza más asombrosa de la literatura musical”.
– Glenn Gould-

Como una buena parte de la música culta, se necesita escuchar la pieza varias veces para ir entendiendo sus diálogos internos, sus diferentes voces y caracteres expresivos y sobre todo su talentosísima forma de combinar sonidos, tiempos y emociones en un continuo dinámico.
He seleccionado algunas interpretaciones que muestran su riqueza creativa y su profunda solidez intelectual, en diferentes arreglos y modos de comprenderla.

Espero que esta muestra de diversos modos de expresarla les permita entenderla y gozarla en su totalidad.

En su versión para cuarteto de cuerdas.
Beethoven: Große Fuge // MEREL QUARTET

Interpretado por The Alexander String Quartet, acompañado de una partitura gráfica animada por el musicólogo y experto en sistemas Stephen Malinowski .
Una forma agradable para ir comprendiendo la complejidad de la obra.

Una explicación de cómo resolvió la animación se puede encontrar aquí:
http://www.musanim.com/GrosseFuge/GrosseFugeViewersGuide.pdf

Una impactante versión para orquesta sinfónica, con la famosa orquesta Philharmonia. 1956 dirigida por Otto Klemperer:

Una deliciosa rendición en arreglo para piano a cuatro manos por el duo Kota

En mi opinión, hablando de música de contrapunto, La Grosse Fuge beethoveniana, junto con el Ricercar a 6 voces, de Johan Sebastian Bach, son las dos obras más importantes del arte de la fuga. (https://www.youtube.com/watch?v=KYouXtuk0T8)
Sobre esa obra bachiana hablaremos después.

Post Script 1
Me parece, en la intención de toda la pieza, que el Concerto Grosso No. 1 pour cordes et piano obligato,  de Ernest Bloch, es hermano de sangre, sobre todo su Preludio (1) y su Fuga (4).
https://youtu.be/0IX46ph9qok

Post Script 2
Para evidenciar aún más el carácter contemporáneo de la fuga beethoveniana, coloco dos versiones para instrumentos de rock (2 guitarras, teclados y bajo, todos en sonido electrónico) Una de ellas muestra una visualización de las cuatro voces de la fuga y la segunda, con mejor calidad de sonido, agrega una batería.
Copio lo que explicó el autor de estas versiones:
Boilerplate: estas pistas fueron creadas para mi propio uso para comprender mejor las obras clásicas de Beethoven. Como guitarrista eléctrico, “escucho” la guitarra y la batería mejor que el violín, por lo que me ayudaron a seguir los diferentes giros melódicos y armónicos que Beethoven utilizó en sus composiciones francamente todavía revolucionarias. Las síncopas extrañas y los dobles pasos y trinos incómodos en el violín suenan aún más emocionantes en la lengua vernácula musical de hoy en mi humilde opinión, y cuando agregas la batería doblando las melodías del bajo, se acerca bastante a la fusión / metal técnico, aunque el metal más complejo que jamás hayas escuchado. . Por supuesto, estos se generan a partir de secuencias “MIDI” y fuentes de sonido activadas (muestras), por lo que es necesario un pequeño acto de fe auditivo. Diviértete y no No espero encontrar a Furtwangler o Barenboim aquí … más como Zappa o King Crimson … ¿tal vez algunos Doors? Merzbow? El uso de este material está permitido siempre que se atribuya crédito.”

Con visualización gráfica de las voces:

Con batería:

Profundidades

La música, el arte de la acústica, te atrapa aún sin saber de dónde proviene; puedes gozarla a la vuelta de una esquina sin ver al músico que la provoca y sin entender como fue creada. Con la pintura, el arte de la óptica, debes estar frente a frente y sin embargo no requieres de una explicación, simplemente te emociona. Con el ajedrez, el arte de la lógica, las cosas ya no son tan fáciles. Para gozarlo estéticamente no basta presenciar una partida, necesitas saber sus rudimentos y hacer un esfuerzo por seguir la lógica de sus secuencias.
Por otro lado, extasiarte con cuestiones científicas es cosa de impresionarse con sus resultados. Algunos son de evidente pragmatismo, otros son de azoro ante la dificultad de haber colegido lo que se pensaba inalcanzable. La ciencia es el arte del conocimiento razonado.
Todas esas “ars” se gozan mejor si se comprende el enorme trabajo “detrás de cámaras” y el cúmulo de conocimientos coleccionados para elaborar uno de sus productos. Si alguien que las entiende logra explicar al neófito, en términos diáfanos, sus complejidades, sus “secretos”, los conocimientos que la hicieron posible, más gente será capaz de gozarlas con mayor intensidad. La crítica y la divulgación acercan al artista al usufructuario de su arte.
Cuando se compra una casa no basta con que nos guste su fachada o el barrio donde está.
Necesitamos saber qué tubería tiene, como están sus cimientos, qué materiales la conforman, qué espacios fueron aprovechados, si no tiene vicios ocultos… y recurrimos a los expertos.
O aprendemos lo necesario.
Tal es el caso de la música, la pintura, el ajedrez o la ciencia.
Gozo más un arcoiris ahora que sé lo que hay detrás de su fenómeno, la luz, la visión, la percepción, el electromagnetismo, etc. Y todo ello no le quitó un ápice al gozo que ya sentía al verlo sin saber todo ello. Simplemente gozo más profundamente.
JSB

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Música junto con el arte visual, parte de mi cerebro no racional.

Existe un paralelismo claro para mi entre el arte visual, la música, las matemáticas, el ajedrez  y la poesía. Cada vez que dedico tiempo a cualquiera de esas áreas de consciencia, las demás se ven influenciadas, hinchadas, interconectadas, expandidas. Sin palabras, las “ideas” que surgen en cualquiera de las otras áreas cuando dejo de pensar en una de ellas que me haya atrapado un buen rato, se comportan más dúctilmente. Por ejemplo, después de escuchar música, en una partida de ajedrez se me pueden presentar motivos, ritmos, andamiajes mentales, estructuras de variantes que, sin que lo pueda verbalizar, enriquecen los planes o las combinaciones. Es una especie de atmósfera que simbólica e inadvertidamente me genera una escenografía invisible, hecha de sensaciones, que me emocionan (tranquilamente) y me posibilitan crear ideas con cierto sabor similar al de la música que acabo de escuchar… Cuando diseño es algo similar, y no sucede de forma esporádica, me pasa constantemente.

Tengo cerca de 90 gigabytes de música en uno de mis discos duros. Son una especie de personalidad (incompleta) de mi sensibilidad acústica. Les comparto la lista de álbumes y sus contenidos en un “pdf” de 85 páginas. Una especie de biblioteca musical. Me gustaría que quien me conoce escuchara algo de lo que me emociona…

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