A un día de la entrada de los militares rusos al territorio del Donbass, la información es confusa, contradictoria y por ello alarmante.
Según unos medios los rusos invadieron Ucrania y están bombardeando Kiev y según otros, Rusia envió fuerzas para desarmar a grupos paramilitares pro-nazis en territorios separatistas del Donbass para proteger a la población ruso-parlante asediada por racistas.
Trato de poner en claro mi percepción sobre el tema.
Durante meses los medios de comunicación norteamericanos, como NYT y Bloomberg, han estado insistiendo en que Rusia invadirá Ucrania, y en muchas ocasiones han dado información confusa o francamente equivocada a través de sus reportajes.
Desde el punto de vista ruso las cosas no son como se promueven en los medios occidentales. Para ellos el principal problema es que la OTAN intenta agregar a Ucrania entre sus miembros cosa que según las negociaciones que se habían tenido con la misma OTAN tenían en cuenta una cierta distancia de seguridad entre Rusia y las bases de militares de esa organización internacional. Pero ese no es el único problema.
Después de la caída de la URSS, Ucrania se define como república independiente en 1991. Sin embargo ciertos territorios quedaron en disputa. En esos territorios hay una mayoría ruso parlante cuya población ha sido sistemáticamente agredida por un grupo de nacionalistas ucranianos anti rusos. En esa región las escaladas militares y bombardeos de un llamado ejército nacionalista no ha dudado en actuar siguiendo paradigmas nazis.
Con estos antecedentes Rusia alega que la injerencia norteamericana no ha permitido llegar a una negociación pacífica sobre ambos puntos, por un lado el crecimiento de la OTAN y su consiguiente riesgo a la soberanía rusa, puesto que habría bases militares muy cercanas desde donde se pudieran lanzar misiles en contra de sus intereses y por el otro la defensa de los pueblos pro rusos en la región del Donbass.
De ahí se desprende que como primer movimiento estratégico Rusia reconoce a dos incipientes repúblicas de la zona en disputa.
Una vez reconocidas, Rusia firma convenios de ayuda mutua por lo que “legalmente” pueden entrar a esa zona a detener a los grupos nacionalistas nazis pro-nazis y anti rusos.
A través de sus medios de comunicación hacia occidente, entre ellos Rusia Today, los rusos explican que su intención no es entrar al interior de Ucrania ni llegar aquí es que no quieren entrar en combate contra los ejércitos ucranianos sino contra los paramilitares nacionalistas y que los ataque se han concentrado sólo en las infraestructuras militares que pueden frenar esa escalada en la zona. Han dicho también que los civiles están seguros y que los soldados ucranianos tienen un corredor de seguridad por el cual pueden deponer las armas y regresar a los territorios fuera de la zona de disputa. Los soldados ucranianos en algunos casos han hecho lo consecuente y han depuesto las armas y salido de la zona en disputa. Según Rusia ellos evitan enfrentamiento con uniformados ucranianos y tienen órdenes directas de proteger a la población civil, su intención, dicen, es desmilitarizar pero no a Ucrania sino a los ejércitos para-militares nacionalistas pro-nazis.
Por otra parte el interés de Estados Unidos en la promoción de guerra en Ucrania puede tener motivos combinados económicos y políticos. Debido a la baja popularidad del presidente Biden (36% a escasos meses de su llegada) su gobierno actúa bajo las premisas del “librito”, la creación de un enemigo común y un deber de actuar en la defensa de la democracia universal. Resultado, promoción de una guerra fuera de su territorio, o bombardear a un peligro inminente, o invadir para imponer la democracia.
Pero también la economía se vería beneficiada para ciertos grupos de poder que son dueños de industrias fabricantes de armamento.
Está claro, también, que Estados Unidos ha impulsado la estrategia de expansión de la OTAN cada vez más cerca de los territorios rusos.
Los medios americanos durante varios meses han cultivado una atmósfera de animadversión hacia la estrategia rusa de movilización de fuerzas hacia puntos que consideran que geopolíticamente son peligrosos para su seguridad fronteriza.
New York Times, Bloomberg y Washington Post han estado bombardeando con artículos, un día sí y otro también, y no sólo en territorio americano sino en Europa y otras latitudes, con artículos azuzando para que exista un conflicto entre Rusia y Ucrania a la que ellos gustosamente apoyarían con armamento.
Durante todos los conflictos armados que se han registrado en la historia, las partes en conflicto han tenido narrativas que justifican sus estrategias y que son promovidas por medios informativos a manera de propaganda. Y es un hecho que parte de la estrategia militar pasa por la desinformación y confusión en los medios para obtener ventajas y justificaciones.
Los medios son dueños y señores locales de las narrativas que convienen al poder.
El poder puede ser político o económico. Aquí en México se nota perfectamente como los capitales tienen una narrativa en medios convencionales muy distinta a la que existe en redes sociales que son independientes.
Para formarse un criterio sobre el tema habrá que tomar con pinzas lo dicho por los medios de cada parte en conflicto.
Por ej. una conocida periodista rusa que lleva parte de las comunicaciones en español y que explicó durante meses la posición rusa, pone en su Telegram:
“Creo, de verdad, que durante muchos años han querido resolverlo todo a través de los acuerdos de Minsk. Está claro que algo así no se decide de un día para el otro, pero parece que ha habido ciertos puntos de inflexión en todo este proceso que hemos observado a lo largo de meses: 1) cuando quedó claro que nadie tenía voluntad real de cumplir los acuerdos de Minsk ni hablar seriamente sobre las garantías de seguridad que solicitó Moscú 2) cuando Zelenski insinuó en su discurso en Munich que Ucrania revisaría su renuncia a las armas nucleares. ”
(Acuerdos de Minsk: https://es.wikipedia.org/wiki/Protocolo_de_Minsk )
Si las cosas están críticas para Estados Unidos, no dudarán en promover otra guerra, eso sí, lejos de su frontera.
Un día después de la decisión rusa de actuar en territorios del Donbass, esto es, los territorios incluidos en este término jurídico incluyen la mayor parte de la península de Crimea, concretamente la República Autónoma de Crimea y la ciudad de Sebastopol, así como también los territorios al este y al sur de las provincias de Donetsk y de Lugansk, mismas que son ahora reconocidas por Rusia como repúblicas independientes, la OTAN ha dicho que no se meterán a la zona del conflicto. Biden por su parte sólo ha impuesto sanciones sin decantarse por actuar militarmente lo mismo que todos sus aliados comenzando por Inglaterra. No hay que perder de vista que Rusia es el principal proveedor de gas y de otras energías en Europa. A la UE no le conviene que crezca el polvorín y lo mejor sería que después de escaramuzas tipo manotazo sobre la mesa que dio Rusia, se lleguen a acuerdos o negociaciones en donde ambas partes tendrán que ceder.
Mientras tanto la popularidad de Biden y los negocios de industria armamentista habrán sacado raja.
Esperemos que los inevitables locos de siempre no desaten una guerra que a nadie en esa zona europea conviene.
Adendum a las 12:30 :
Dado que la información que mayoritariamente llega a nuestro país desde medios internacionales es la estadounidene, dejo aquí una liga al punto de vista ruso en voz de una de sus periodistas que considero más atinada y sin las tergiversaciones que también ocurren en Rusia Today. Vale la pena revisar los videos que cita y que explican como ha ido subiendo la temperatura en ese tema. Un imperdible de los que no se encuentran en español en estos momentos:
https://www.youtube.com/watch?v=KK_zbHZBbAY