Mantenerse a flote en un mar de desinformación

Del último número de la revista Skeptical Inquirer, traduzco este artículo que se me hace importante en estas fechas de fake news, pseudociencias y desinformación programada en redes sociales. Este artículo se suma a otros sobre pensamiento crítico racional y escepticismo científico que he colocado en este blog.

Diseño del logo Wendy Cook

FLOATER
Un salvavidas para Mantenerse a flote en un mar de desinformación

por Melanie Trecek-King

Nos estamos ahogando en información errónea y afirmaciones engañosas. Sálvate con este práctico kit de herramientas.

Mis objetivos como educador de ciencias son enseñar a los estudiantes las habilidades esenciales de la alfabetización científica y el pensamiento crítico. Ayudarlos a comprender el proceso de la ciencia y cómo sacar conclusiones razonables de la evidencia disponible puede empoderarlos para hacer que la evidencia disponible los capacite para tomar mejores decisiones y protegerlos de ser engañados o dañados.

Sin embargo, aunque los educadores están de acuerdo en que estas habilidades son importantes, la obstinada persistencia de creencias pseudocientíficas e irracionales demuestra que tenemos mucho margen de mejora. Para ayudar a abordar este problema, desarrollé un curso de ciencias de educación general (Trecek-King 2022) que, en lugar de enseñar ciencias como una colección de hechos para memorizar, enseña a los estudiantes cómo evaluar la evidencia de afirmaciones para determinar cómo sabemos algo y reconocer las características de la buena ciencia evaluando la mala ciencia, la pseudociencia y la negación de la ciencia.
En mi experiencia, la alfabetización científica y las habilidades de pensamiento crítico son difíciles de dominar. Por lo tanto, ayuda a proporcionar a los estudiantes un conjunto de herramientas estructurado para evaluar sistemáticamente las afirmaciones y permitir amplias oportunidades para practicar. En semestres anteriores, he tenido excelentes resultados con “A Field Guide to Critical Thinking” de James Lett (Lett 1990), en el que resumió el método científico con el acrónimo FILCHERS (Falsifiability, Logic, Comprehensiveness of Evidence, Honesty, Replicability, y Suficiencia de la evidencia).

Si bien FILCHERS ha servido bien a mis estudiantes, me encontré agregando reglas y actualizando ejemplos para ayudar a mis estudiantes a navegar el panorama actual de desinformación. El resultado es esta guía para evaluar afirmaciones, resumida por el acrónimo (con suerte memorable) FLOATER, que significa Falsabilidad [la capacidad de una teoría o hipótesis de ser sometida a potenciales pruebas que la contradigan. NT], Lógica, Objetividad, Explicaciones alternativas, Conclusiones tentativas, Evidencia y Replicabilidad.
Piense en FLOATER como un salvavidas. Al utilizar las siete reglas del conjunto de herramientas, podemos protegernos de ahogarnos en un mar de malas afirmaciones.
La base de FLOATER es el escepticismo. Si bien el escepticismo ha adquirido una variedad de connotaciones, desde el cinismo hasta el negacionismo, el escepticismo científico simplemente insiste en la evidencia antes de aceptar una afirmación y proporciona la fuerza de nuestra creencia a la fuerza y ​​​​la calidad de la evidencia.
Antes de usar esta guía, identifique claramente la afirmación que se ha hecho y defina cualquier término potencialmente ambiguo. Y recuerde, la persona que hace la afirmación tiene la carga de la prueba y debe proporcionar suficiente evidencia positiva para establecer la verdad del reclamo.

Regla 1: Falsabilidad

Debe ser posible pensar en pruebas que demuestren que la afirmación es falsa. Parece contradictorio, pero el primer paso para determinar si una afirmación es verdadera es determinar si puede demostrar que es incorrecta.
Las afirmaciones falsables pueden probarse como falsas con pruebas. Si una afirmación es falsa, la evidencia la refutará. Si es cierta, la evidencia no podrá desmentirlo. Las afirmaciones científicas deben ser falsables. De hecho, el proceso de la ciencia implica tratar de refutar afirmaciones falsables. Si la afirmación resiste los intentos de desaprobación, estamos más justificados para aceptarla tentativamente.
Las afirmaciones infalsables no pueden probarse como falsas con pruebas. Podrían ser ciertas, pero debido a que no hay forma de usar evidencia para probar el reclamo, cualquier “evidencia” que parezca respaldar el reclamo es inútil. Las afirmaciones infalsificables son esencialmente inmunes a la evidencia. Cuatro tipos de afirmaciones son infalsables:

• Afirmaciones subjetivas: Afirmaciones basadas en preferencias personales, opiniones, valores, ética, moral, sentimientos y juicios. Por ejemplo, puedo creer que los gatos son las mejores mascotas y que la atención médica es un derecho humano básico, pero ninguna de estas creencias es falsable sin importar cuántos hechos o pruebas use para demostrarlo.

• Afirmaciones sobrenaturales: Afirmaciones que invocan entidades como dioses y espíritus, energías y fuerzas vagas, y habilidades humanas mágicas como los poderes psíquicos. Por definición, lo sobrenatural está por encima y más allá de lo natural y observable y, por lo tanto, no es falsable. Esto no significa que estas afirmaciones sean necesariamente falsas (¡o verdaderas!), sino que no hay forma de recopilar evidencia para probarlas. Por ejemplo, la llamada “medicina energética”, como el reiki y la acupuntura, se basa en la afirmación de que las enfermedades son causadas por campos de energía desequilibrados que pueden ajustarse para restaurar la salud. Sin embargo, estos campos de energía no se pueden detectar y no corresponden a ninguna forma conocida de energía.
Sin embargo, hay casos en los que las afirmaciones sobrenaturales pueden ser falsables. Primero, si un psíquico afirma ser capaz de impactar el mundo natural de alguna manera, como mover/doblar objetos o leer la mente, podemos probar las habilidades del psíquico bajo condiciones controladas. Y segundo, se pueden probar las afirmaciones de eventos sobrenaturales que dejan evidencia física. Por ejemplo, los creacionistas de la tierra joven afirman que el Gran Cañón se formó durante el diluvio de Noé hace aproximadamente 4000 años. Una inundación global dejaría evidencia geológica, como características de erosión masiva y depósitos de sedimentos. Como era de esperar, la falta de tales pruebas refuta esta afirmación. Sin embargo, incluso si la evidencia apuntara a una inundación global hace solo unos pocos miles de años, aún no podríamos hacer falsable la afirmación de que un dios fue la causa.

• Reclamos vagos: Reclamos que son indefinidos, indefinidos o poco claros. Tu horóscopo de hoy dice: “Hoy es un buen día para soñar. Evita tomar decisiones importantes. La energía del día podría traer nuevas personas a tu vida”. Debido a que este horóscopo usa términos ambiguos y vagos, como sueño, importante y poder, no hace predicciones específicas y medibles. Más aún, debido a que está abierto a la interpretación, podrías convencerte de que coincide con lo que te sucedió durante el día, especialmente si pasaste el día buscando “evidencia”. Debido a restricciones legales, muchas afirmaciones de medicina alternativa son vagas a propósito. Por ejemplo, una botella de suplemento dice que “fortalece el sistema inmunológico” o un anuncio de quiropráctica afirma que “reduce la fatiga”. Si bien estas afirmaciones generales carecen esencialmente de sentido debido a su ambigüedad, los consumidores a menudo las malinterpretan y concluyen erróneamente que los productos son eficaces.

• Excusas ad hoc: Implican racionalizar y presentar excusas para descartar observaciones que podrían refutar la afirmación. Si bien los tres tipos de reclamos descritos hasta ahora son inherentemente • infalsable, a veces protegemos las creencias falsas encontrando formas de hacerlas infalsables. Hacemos esto poniendo excusas, moviendo los postes de la portería, descartando fuentes o negando evidencia, o proclamando que es nuestra “opinión”.
Por ejemplo, un psíquico puede descartar una lectura inexacta al proclamar que sus niveles de energía eran bajos, o un acupunturista puede excusar un tratamiento ineficaz al afirmar que las agujas no se colocaron correctamente a lo largo de los meridianos del paciente. Los teóricos de la conspiración son maestros en inmunizar sus creencias contra la falsabilidad al afirmar que se encubrió la evidencia de apoyo y se plantó evidencia contradictoria.
La regla de la falsabilidad esencialmente se reduce a esto: la evidencia importa. Y nunca asuma que una afirmación es cierta porque no se puede probar que es incorrecta.

Regla 2: Lógica

Los argumentos a favor de la afirmación deben ser lógicos. Los argumentos consisten en una conclusión o afirmación y una o más premisas que proporcionan evidencia o apoyo para la afirmación. En efecto, la conclusión es una creencia, y las premisas son las razones por las que mantenemos esa creencia. Muchos argumentos también contienen premisas ocultas o suposiciones no declaradas que se requieren para que la conclusión sea verdadera y, por lo tanto, deben identificarse al evaluar los argumentos.
Hay dos tipos de argumentos, que difieren en el nivel de apoyo que brindan a la conclusión.

Los argumentos deductivos proporcionan un apoyo concluyente para la conclusión. Los argumentos deductivos son válidos si la conclusión debe seguirse de las premisas, y son sólidos si el argumento es válido y las premisas son verdaderas. Para que la conclusión se considere verdadera, el argumento debe ser tanto válido como sólido. Por ejemplo: “Los gatos son mamíferos. Dmitri es un gato. Por lo tanto, Dmitri es un mamífero”. La conclusión tiene que seguirse de las premisas, y las premisas son verdaderas. Debido a que este argumento es tanto válido como sólido, debemos aceptar la conclusión.

En el lenguaje cotidiano, la palabra válido generalmente significa verdadero. Sin embargo, en la argumentación, válido significa que la conclusión se sigue de las premisas, independientemente de si las premisas son verdaderas o no. El siguiente ejemplo es válido pero poco sólido: “Los gatos son árboles. Dmitri es un gato. Por lo tanto, Dmitri es un árbol”. La conclusión es válida porque se sigue de las premisas, pero la conclusión es incorrecta por una premisa falsa; los gatos no son árboles.

Los argumentos inductivos proporcionan un apoyo probable para la conclusión. A diferencia de los argumentos deductivos, en los que se garantiza una conclusión si el argumento es válido y sólido, los argumentos inductivos solo brindan diversos grados de respaldo para una conclusión. Los argumentos inductivos cuyas premisas son verdaderas y brindan un respaldo razonable se consideran fuertes, mientras que aquellos que no brindan un respaldo razonable para la conclusión son débiles. Por ejemplo: “Dmitri es un gato. Dmitri es naranja. Por lo tanto, todos los gatos son naranjas”. Incluso si las premisas son verdaderas (y lo son), un tamaño de muestra de uno no proporciona un apoyo razonable para generalizar a todos los gatos, lo que debilita este argumento.

Las falacias lógicas son fallas en el razonamiento que debilitan o invalidan un argumento. Si bien hay más falacias lógicas de las que se pueden cubrir en esta guía, algunas de las falacias más comunes incluyen:

• Ad hominem: Intentos de desacreditar un argumento atacando la fuente.

• Apelación a (falsa) autoridad: Afirma que algo es verdadero basado en la posición de una autoridad asumida.

• Apelar a las emociones: intentos de persuadir con emociones, como la ira, el miedo, la felicidad o la lástima en lugar de la razón o los hechos.

• Apelar a las masas: Afirma que una afirmación es verdadera porque muchas personas la creen.

• Apelación a la naturaleza: Argumenta que algo es bueno o mejor porque es natural.

• Apelar a la tradición: Argumenta que algo es bueno o verdadero porque existe desde hace mucho tiempo.

• Opción falsa: presenta solo dos opciones cuando es probable que existan muchas más.

• Generalización apresurada: Saca una conclusión amplia basada en un tamaño de muestra pequeño.

• Confundir correlación con causalidad: Supone que debido a que los eventos ocurrieron juntos, debe haber una conexión causal.

• Pista falsa: intentos de engañar o distraer haciendo referencia a información irrelevante.

• Causa única: Simplifica en exceso un problema complejo a una sola causa.

• Pendiente resbaladiza: sugiere que una acción desencadenará una secuencia de eventos que conducirá a un resultado extremo e indeseable.

• Hombre de paja: tergiversa (o caricaturiza) el argumento de alguien para que sea más fácil descartarlo
.
Considere el siguiente ejemplo: “Los alimentos transgénicos no son saludables porque no son naturales”. La conclusión es “Los alimentos transgénicos no son saludables” y la premisa declarada es “No son naturales”. Este argumento tiene una premisa oculta: “Las cosas que no son naturales no son saludables”, lo que compromete la apelación a la falacia natural. No podemos asumir que algo es saludable o no saludable en base a su supuesta naturalidad (¡el arsénico y el botulismo son naturales, pero tampoco son buenos para nosotros!) Al establecer explícitamente la premisa oculta y reconocer la falla en el razonamiento, vemos que debemos rechazar este argumento

Regla 3: Objetividad

La evidencia para una afirmación (un reclamo) debe evaluarse con honestidad.
Richard Feynman dijo célebremente: “El primer principio es que no debes engañarte a ti mismo, y eres la persona más fácil de engañar”.
La mayoría de nosotros pensamos que somos objetivos; son aquellos que no están de acuerdo con nosotros los que están sesgados, ¿verdad?
Desafortunadamente, cada uno de nosotros es propenso a tener un pensamiento erróneo que puede llevarnos a sacar conclusiones incorrectas. Si bien existen numerosas formas en que nos engañamos a nosotros mismos, tres de los errores más comunes son:

• Razonamiento motivado: Búsqueda emocionalmente sesgada de justificaciones que respalden lo que queremos que sea verdad.

• Sesgo de confirmación: Tendencia a buscar, favorecer y recordar información que confirme nuestras creencias.

• Efecto del exceso de confianza: Tendencia a sobrestimar nuestros conocimientos y/o habilidades.

La regla de la objetividad es probablemente la regla más desafiante de todas, porque la capacidad del cerebro humano para razonar solo se compara con su capacidad para engañarse a sí mismo. No nos proponemos engañarnos a nosotros mismos, por supuesto. Pero nuestras creencias son importantes para nosotros; se vuelven parte de lo que somos y nos unen a otros en nuestros grupos sociales. Entonces, cuando nos enfrentamos a evidencia que amenaza una creencia profundamente arraigada, especialmente una que es fundamental para nuestra identidad o visión del mundo, nos involucramos en un razonamiento motivado y un sesgo de confirmación para buscar evidencia que respalde la conclusión en la que queremos creer y descartar evidencia que no. Si estás buscando pruebas de que tienes razón, las encontrarás. Estarás equivocado, pero estarás seguro de que tienes razón.
En última instancia, la regla de la objetividad requiere que seamos honestos con nosotros mismos, razón por la cual es tan difícil. El problema es que estamos ciegos a nuestros propios prejuicios.
Los niños del cartel por violar la regla de la objetividad son la pseudociencia y la negación de la ciencia, las cuales parten de una conclusión deseada y trabajan hacia atrás, seleccionando evidencia para respaldar la creencia mientras ignoran o descartan la evidencia que no lo hace. Sin embargo, existen diferencias clave:

• La pseudociencia es una colección de creencias o prácticas que se presentan como científicas pero no lo son. Las creencias pseudocientíficas están motivadas por el deseo de creer que algo es verdad, especialmente si se ajusta a las creencias, el sentido de identidad o incluso las ilusiones existentes de un individuo. Debido a esto, el estándar de evidencia es muy bajo. Los ejemplos de pseudociencia incluyen varias formas de medicina alternativa, criptozoología, muchas creencias de la Nueva Era y lo paranormal.

• El negacionismo de la ciencia es la negativa a aceptar la ciencia bien establecida. La negación está motivada por el deseo de no creer en una conclusión científica, a menudo porque entra en conflicto con las creencias existentes, la identidad personal o los intereses creados. Como tal, el estándar de evidencia es imposiblemente alto. Los ejemplos incluyen negar el cambio climático causado por el hombre, la evolución, la seguridad y eficacia de las vacunas y la seguridad de los OMG.

En ambos casos, los creyentes están tan seguros de que tienen razón y su deseo de proteger sus preciadas creencias es tan fuerte que son incapaces de ver los errores en su forma de pensar.

Para evaluar objetivamente la evidencia de una afirmación, preste atención a su proceso de pensamiento. Mire toda la evidencia, incluso (especialmente) evidencia que contradice lo que quieres creer. Sin negación ni racionalización. Nada de escogencia o excusas ad hoc. Si la evidencia sugiere que debe cambiar de opinión, entonces eso es lo que debe hacer.
También ayuda a separar tu identidad de la creencia o la evidencia. Si la creencia es incorrecta se sentirá como un ataque personal.
Y no juegues en un equipo; ser el árbitro. Si defender tus creencias es más importante para ti que comprender la realidad, es probable que te engañes a ti mismo.

Regla 4: Explicaciones alternativas

Deben considerarse otras formas de explicar la observación. Es parte de la naturaleza humana apegarse a una sola explicación, a menudo porque proviene de alguien en quien confiamos o porque encaja con nuestras creencias existentes. Pero si el objetivo es conocer la explicación real, debemos tener en cuenta que podemos estar equivocados y considerar explicaciones alternativas.
Comienza con una lluvia de ideas sobre otras formas de explicar su observación. (¡Cuanto más, mejor!) Pregúntate: ¿Qué otra cosa podría ser la causa? ¿Puede haber más de una causa? ¿O podría ser una coincidencia? En definitiva, permite la creatividad. Luego intenta refutar cada una de las explicaciones evaluando la evidencia de manera integral y objetiva.

A continuación, determine cuál de las explicaciones restantes es la más probable. Una herramienta útil es la navaja de Occam, que establece que la explicación que requiere la menor cantidad de suposiciones nuevas tiene la mayor probabilidad de ser la correcta. Básicamente, identificar y evaluar los supuestos necesarios para que cada explicación sea correcta, teniendo en cuenta que la explicación que requiere la menor cantidad de suposiciones es la que tiene más probabilidades de ser correcta y que las afirmaciones extraordinarias requieren pruebas extraordinarias. Por ejemplo, una mañana se despierta y encuentra un vaso roto en el suelo. Naturalmente, ¡quieres saber cómo llegó allí! ¿Quizás fue un ladrón? ¿Podría haber sido un fantasma? ¿O tal vez fue el gato? Busca otras señales de que alguien estuvo en su casa, como una ventana rota o artículos faltantes; sin otra evidencia, la explicación del ladrón parece poco probable. La explicación de los fantasmas requiere una nueva suposición masiva para la cual actualmente no tenemos pruebas: la existencia de espíritus. Entonces, si bien es posible que un espectro estuviera en su casa durante la noche, un fantasma que rompe el vidrio parece incluso menos probable que la explicación del ladrón, porque requiere suposiciones adicionales no comprobadas para las cuales no hay evidencia extraordinaria. Finalmente, miras hacia arriba para ver a tu gato observándote limpiar fragmentos de vidrio del piso y recuerdas haberlo visto empujar objetos de mesas y mostradores. No tienes una prueba definitiva de que fue el gato, pero probablemente fue el gato.

Regla 5: Conclusiones provisionales

En ciencia, cualquier conclusión puede cambiar en función de nueva evidencia. Un concepto erróneo popular sobre la ciencia es que da como resultado una prueba, pero las conclusiones científicas son siempre tentativas. Cada estudio es una parte de un panorama más amplio que se vuelve más claro a medida que se juntan las piezas. Sin embargo, debido a que siempre hay más que aprender (más piezas del rompecabezas aún por descubrir), la ciencia no proporciona una certeza absoluta; en cambio, la incertidumbre se reduce a medida que se acumula la evidencia. Siempre existe la posibilidad de que nos equivoquemos, por lo que debemos dejarnos abiertos a cambiar de opinión con nueva evidencia.
Algunas conclusiones científicas son significativamente más sólidas que otras. Las explicaciones que están respaldadas por una gran cantidad de evidencia se llaman teorías.
Debido a que la evidencia de muchas teorías es tan abrumadora y proviene de muchas líneas de investigación diferentes e independientes, es muy poco probable que se anulen, aunque pueden modificarse para dar cuenta de nueva evidencia.
Es importante destacar que esto no significa que el conocimiento científico no sea confiable. Todo lo contrario: la ciencia se basa en la humildad de los científicos y su disposición y capacidad para aprender. Si las ideas científicas fueran voluntad y capacidad de aprender. Si las ideas científicas estuvieran grabadas en piedra, el conocimiento no podría progresar.

Parte del pensamiento crítico es aprender a sentirse cómodo con la ambigüedad y la incertidumbre. La evidencia importa, y cuanto más y mejor sea nuestra evidencia, más justificados estaremos para aceptar una afirmación. Pero el conocimiento no es blanco o negro. Es un espectro con muchos tonos de gris. Debido a que nunca podemos estar 100 por ciento seguros, ¡no debemos tener demasiada confianza!
Por lo tanto, el objetivo de evaluar afirmaciones y explicaciones no es probar que sean ciertas. Refuta las que puedas, luego acepta tentativamente las que quedan en pie proporcionalmente a la evidencia disponible y ajusta tu confianza en consecuencia. Esté abierto a cambiar de opinión con nueva evidencia y considere que es posible que nunca lo sepa con certeza.

Regla 6: Evidencia

La evidencia para un reclamo debe ser confiable, completa y suficiente. La evidencia nos da razones para creer (o no creer) una afirmación. En general, cuanto más y mejores sean las pruebas, más justificados estamos para aceptar una afirmación. Esto requiere que evaluemos la calidad de la evidencia con base en las siguientes consideraciones:

La evidencia debe ser confiable
No todas las pruebas son iguales. Para determinar si la evidencia es confiable, debemos observar dos factores:

• Cómo se recolectó la evidencia.
Una de las principales razones por las que la ciencia es tan fiable es que utiliza un método sistemático para recopilar y evaluar pruebas.
Sin embargo, los estudios científicos varían en la calidad de la evidencia que proporcionan. Las anécdotas y los testimonios son los menos fiables y nunca se consideran suficientes para establecer la veracidad de una afirmación. Los estudios observacionales recopilan datos del mundo real y pueden proporcionar evidencia correlacional, mientras que los estudios controlados brindan evidencia causal. En la parte superior de la jerarquía de la evidencia se encuentran los metanálisis y las revisiones sistemáticas, ya que son una combinación de otros estudios y, por lo tanto, analizan el panorama general.

• La fuente de la información.
Las fuentes importan; las fuentes poco fiables no proporcionan pruebas fiables. En general, las fuentes más confiables son las revistas revisadas por pares, porque como su nombre indica, la información tenía que ser aprobada por otros expertos antes de ser publicada. Las organizaciones científicas de renombre y las instituciones gubernamentales también son muy confiables. La siguientes fuentes más confiables son medios periodísticos de alta calidad que tienen un historial de informes precisos. Sea escéptico con los sitios web o los canales de YouTube que se sabe que publican información de baja calidad y tenga mucho cuidado con el material sin fuente en las redes sociales. Además, los expertos son más confiables que los no expertos, porque tienen las calificaciones, los conocimientos previos y la experiencia necesarios para comprender el cuerpo de evidencia de su campo. Los expertos pueden estar equivocados, por supuesto, pero es mucho menos probable que lo estén que los no expertos. Si los expertos han llegado a un consenso, es el conocimiento más fiable.

La evidencia debe ser completa
Imagine que la evidencia de una afirmación es como un rompecabezas, en el que cada pieza del rompecabezas representa una pieza de evidencia. Si retrocedemos y observamos todo el rompecabezas, o el cuerpo de evidencia, podemos ver cómo encajan las piezas de evidencia y la imagen más amplia que crean.
Usted podría, ya sea accidentalmente o a propósito, elegir cualquier pieza del rompecabezas y perderse el panorama general. Por ejemplo, todo lo que está vivo necesita agua líquida. La persona típica puede vivir solo tres o cuatro días sin agua. De hecho, el agua es tan esencial para la vida que, cuando buscamos vida fuera de la Tierra, buscamos evidencia de agua. Pero, ¿y si te dijera que todos los asesinos en serie han admitido beber agua? O que es el principal ingrediente en muchos pesticidas tóxicos? ¿O que beber demasiada agua puede llevar a la muerte?
Al elegir selectivamente estos hechos (o piezas del rompecabezas), podemos terminar con una visión distorsionada e inexacta de la importancia del agua para la vida. Entonces, si queremos comprender mejor la verdadera naturaleza de la realidad, nos corresponde analizar toda la evidencia, incluida (¡especialmente!) la evidencia que no respalda la afirmación. Y tenga cuidado con aquellos que usan estudios individuales como evidencia; es posible que quieran dar legitimidad a su posición, pero en la ciencia no puedes escoger y elegir. Tienes que mirar toda la evidencia relevante. Si las líneas de evidencia independientes están de acuerdo, o lo que los científicos llaman consiliencia de evidencia, la conclusión se considera muy fuerte.

La evidencia debe ser suficiente
Para establecer la verdad de una afirmación, la prueba debe ser suficiente. Las afirmaciones hechas sin evidencia no dan razón para creer y pueden ser desestimadas. En general:

• Las afirmaciones extraordinarias requieren pruebas extraordinarias. Esencialmente, cuanto más inverosímil o inusual sea la afirmación, más evidencia se requiere para aceptarla.

• Las afirmaciones basadas en la autoridad nunca son suficientes.
La experiencia importa, por supuesto, pero deben proporcionar evidencia. “Porque yo lo digo”, nunca es suficiente.

• Las anécdotas nunca son suficientes.
Las historias personales pueden ser muy poderosas. Pero también pueden ser poco fiables. Las personas pueden percibir mal sus experiencias y, desafortunadamente, también pueden mentir.
Como ejemplo, supongamos que es propietario de una empresa y Jamie trabaja para usted. Es una excelente empleada, siempre puntual y siempre hace un gran trabajo. Un día, Jamie llega tarde al trabajo. Si Jamie te dice que su auto se descompuso, lo más probable es que le creas. No tiene motivos para no hacerlo, aunque si es realmente estricto, puede pedirle un recibo al conductor de la grúa o al mecánico.
Pero, ¿y si Jamie te dice que llega tarde porque fue secuestrada por extraterrestres? No sé ustedes, pero mi nivel de evidencia se disparó por las nubes. Esa es una afirmación extraordinaria, y ella tiene la carga de la prueba. Si ella te dice que uno de los extraterrestres la llevó a otra dimensión y la obligó a tener descendencia, pero luego invirtió el tiempo para traerla de vuelta sin cambios físicos… Nuevamente, solo hablando por mí mismo, voy a asumir que está mintiendo. o sugiérale que vea a un profesional.

Regla 7: Replicabilidad

Las pruebas de una afirmación deben poder repetirse. La replicabilidad (y sus términos relacionados) puede referirse a una variedad de definiciones, pero para los fines de esta guía significa la capacidad de llegar a una conclusión similar sin importar quién esté realizando la investigación o qué metodología utilice. La regla de la replicabilidad es fundamental para la naturaleza de autocorrección de la ciencia, porque ayuda a protegerse contra la coincidencia, el error o el fraude.

El objetivo de la ciencia es comprender la naturaleza, y la naturaleza es consistente; por lo tanto, los resultados experimentales también deberían serlo. Pero también es cierto que la ciencia es un esfuerzo humano y que los humanos son imperfectos. Esto puede conducir a fraude o error. Por ejemplo, en 1998, Andrew Wakefield publicó un estudio que afirmaba haber encontrado un vínculo entre la MMR (sarampión, paperas, rubéola) y el autismo. Después de que científicos de todo el mundo intentaron sin éxito replicar los hallazgos de Wakefield, con algunos estudios que involucraron a millones de niños, se descubrió que Wakefield había falsificado sus datos como parte de un plan para sacar provecho de una nueva vacuna. La imposibilidad de replicar el estudio de Wakefield destaca la importancia de no depender de ningún estudio único.
Por el contrario, podemos tener mucha más confianza en los resultados que se replican con éxito de forma independiente con múltiples estudios. Y podemos confiar más en las conclusiones que están respaldadas por múltiples líneas de evidencia independientes, especialmente aquellas de campos completamente diferentes de la ciencia. Por ejemplo, debido a que la evidencia para la teoría de la evolución proviene de muchas líneas diversas, incluidas similitudes anatómicas, vías de desarrollo compartidas, estructuras vestigiales, adaptaciones imperfectas, similitudes de ADN y proteínas, biogeografía, fósiles, etc., los científicos tienen una gran confianza en aceptar que todos los seres vivos comparten un ancestro común.

Conclusión

El uso de las siete reglas de FLOATER para evaluar reclamos puede ayudarnos a tomar mejores decisiones y protegernos de ser engañados (o incluso dañados) por reclamos falsos o engañosos. Evaluar reclamos de esta manera probablemente requerirá práctica. Pero no te desanimes; ¡vale la pena!
Agradecimientos
Este trabajo no hubiera sido posible sin el Dr. James Lett. Su artículo original “Una guía de campo para el pensamiento crítico” ha sido un recurso invaluable para educadores como yo durante décadas, y agradezco mucho su apoyo y sugerencias mientras escribía esta actualización. También me gustaría extender mi más profunda gratitud a Matthew R. Rowe, Marcus Gillespie y John Cook por su apoyo, comentarios y orientación.

Melanie Trecek-King

Melanie Trecek-King es profesora asociada de biología en Massasoit Community College en Massachusetts. Escribió “Enseñar habilidades, no hechos” en la edición de enero/febrero de 2022 de Skeptical Inquirer. Su sitio web es www.ThinkingisPower.com

Referencias
Lett, James. 1990. Guía de campo para el pensamiento crítico. Skeptical Inquirer 14 (2): 153-160.
Trecek King, Melanie. 2022. Enseña habilidades, no hechos.
Skeptical Inquirer 46 (1): 39-42.

 

25 libros de divulgación científica que devoré

Buena parte de mi tiempo como lector la he dedicado a libros que no son novelas, poemas, arte o literatura. Vamos, que en términos old fashion, no son “de humanidades”.
En ese apartado en el que coexisten libros sobre pensamiento racional, “la tercera vía” (un estado contemporáneo entre temas de humanidades combinados con temas de ciencia dura), tratados sobre temas específicos de mi interés, como astronomía, metatemas (modelos de comprensión desde fuera del sistema -si esto es posible-), inteligencia artificial, ajedrez, como no, música y cultura contemporánea, me parece importante mencionar en este “post” aquellos libros que considero que me ayudaron a tener una clara idea de donde nos encontramos como humanidad en lo que respecta a comprender lo que llamamos “realidad”.
Considero que la lectura de cualquiera de ellos es una ventana enorme a las capacidades del hombre para analizar su entorno de manera honesta, sabiendo que puede equivocar el camino, y que ha colocado metodologías para saber cuando se ha salido del camino. Feynman dijo que “la ciencia es lo que inventaron los humanos para no engañarse a si mismos”.
La lectura combinada de estos 25 libros (todos ellos de lectura deleitable, emocionante y motivadora) seguramente hará de cualquiera un hombre más capaz de comprender que no sabemos nada aún, y que el camino no reside en el abandono cómodo ante “lo que opinen los demás” o “está escrito que es de tal forma”, sino que con el interés de entender, surgen siempre nuevos conocimientos que nos acercan cada vez más a entendernos a nosotros mismos y a eso que por no tener más palabras, llamamos nuestro entorno existencial.
Por supuesto que no soy quién para decir que estos son los mejores, pero después de haber comparado muchos otros en el camino, llegué a la conclusión de que son necesarios para no caer en los callejones sin salida de las seudociencias, las charlatanerías, las filosofías trasnochadas o los espiritualismos bien intencionados pero pésimamente mal fundamentados.
Podría escribir una reseña de cada uno de ellos, pero sería agregar ruido innecesario a trabajos tan bien hechos. escojan cualquiera de ellos. No se arrepentirán…

 

 

 

 

Bertrand Russell
ABC de la Relatividad

 

 

 

 

 

Isaac Asimov
El Universo

 

 

 

 

 

Javier Castro
¿En que espacio vivimos?

Alberto C. de la Torre
Física cuántica para filo-sofos

 

 

 

 

Robert Oerter
La teoría de casi todo      


Leon Lederman
La partícula divina

Isaac Asimov
Introducción a la ciencia
Stephen Hawking
Historia del tiempo

Stephen Hawking
El universo en una cáscara de nuez

I

saac Asimov
Grandes ideas de la Ciencia

Harry Stine
El Hombre en las
fronteras del espacio

Douglas R. Hofstadter
Gödel, Escher Bach

 

Julieta Fierro
Las estrellas

Michael Guilen
Cinco ecuaciones que cambiaron el mundo

Douglas R. Hofstadter
Yo soy un extraño bucle

Jorge Flores Valdés
La gran ilusión
Las ondas gravitacionales

Michael White
Stephen Hawking
Una vida para
la ciencia

Allan Lightman
Sueños de Einstein

Robert Penrose
La mente nueva del emperador

Roger Penrose
El camino a la realidad

Russell, Stoenger y Coyne
Física, Filósofía y Teología

Bryan Cox
Why does E=MC2?

Dava Sobel
Un cielo pluscuan-
perfecto

José Altshuler
A propósito de Galileo

Clifford Pickover
Archimedes to Hawking

PostScriptum:
El listado anterior, desde luego no es exhaustivo. Baste decir que no incluí los libros de Carl Sagan, por considerar que son a los que todo el mundo se acerca cuando de divulgación del conocimiento científico se trata.
No obstante, recapacitando, pensé que no puedo dejar de mencionarlos para que, en el caso de que no los conozcan, puedan conseguirlos por nombre. He aquí los que son imperdibles de Sagan:
Los dragones del Edén: especulaciones sobre la evolución de la inteligencia humana (1977)
El cerebro de Broca: reflexiones sobre el apasionante mundo de la ciencia (1979)
Cosmos (1980)
Sombras de antepasados olvidados (con Ann Druyan) (1993)
El mundo y sus demonios: la ciencia como una luz en la oscuridad – Una defensa del método científico y del escepticismo frente a la superstición y la pseudociencia – (1995)
Miles de millones: pensamientos de vida y muerte en la antesala del milenio (1999)

Vacunas y escepticismo

¿Somos conejillos de indias de los laboratorios farmacéuticos?

La diferencia entre el escepticismo científico (o racional) y el negacionismo está en que el escepticismo define su postura ante la evidencia científica y el negacionismo simplemente no cree en ella.
El verdadero meollo en el tema de la vacuna es que se plantea como asunto de opinión personal, y es un asunto de seguridad social.
En México no es obligatorio vacunarse.
Eso no quiere decir que quien no se vacune tiene o tendrá todas las prerrogativas de la gente vacunada.
Inscribirse a un club, por ej. si este tiene en sus estatutos que solo pueden ser miembros si están vacunados. Así puede ser que no se le permita la entrada a ciertos establecimientos o a trabajar en ciertas empresas. Y eso es porque también los vacunados tienen el derecho de sentirse protegidos.
Esto de ninguna manera es algo nuevo. Por ejemplo, no se puede inscribir un niño a la escuela primaria si no presenta su cartilla de vacunación (no hablo de la vacuna covid19). Hay países a los que no se permite la entrada si no tienes ciertas vacunas. Y eso era desde antes del covid19. Se tiene el derecho a no vacunarse, pero también se pierden ciertas prerrogativas. Francia, por ejemplo, no permite la entrada a bares o restoranes si no se presenta un certificado oficial de vacunación. Francia quiere proteger a todos sus ciudadanos. No obligarlos.
Por otro lado, como dije, el quid del asunto es que esto, en plena pandemia, es un tema de protección global, no sujeto a opiniones personales sino a reglamentos por el bien común. Así es como se toman decisiones durante guerras, durante eventos catastróficos o durante pandemias.
Así que cada vez es menos el espacio de libre decisión en lo que respecta a un comportamiento moral y ciudadano.
Sin embargo, en México se respeta la decisión entre vacunarse y no… por el momento, y en espera de que la situación no se torne aún más peligrosa.

Y dadas las consideraciones del peligro de la pandemia, y de las posibilidades de mutaciones del virus si no se detiene antes, y tomando en consideración las estadísticas actuales del comportamiento en salud de millones de vacunados que no presentan daños o efectos graves estadísticamente considerables, y que no hay pista alguna de que en un futuro se presente un daño en los vacunados (por ej. basados en años de pruebas de utilización de vehículos de ARN y de ADN modificados y que está demostrado que no puede entrar a los núcleos de las células y modificar el ADN) y a que las secuelas de gente que sufrió Covid19 son mucho mayores que las que se esperan con la vacuna a largo plazo, se decidió actuar de manera responsable en la autorización por emergencia de la utilización de las vacunas. Los peligros que causa el Covid a la población mundial son mayores que los estadísticamente bajos que pudieran (énfasis en pudieran) causar las vacunas a largo plazo. Cosa que día con día se ve más claro.

Voy a tratar de explicar eso de “la vacuna es experimental”.
De entrada, la palabra experimental es tomada por los “antivax” (sin ánimo de etiquetarlos peyorativamente con ese término) como algo malo. No lo es. Pero vamos por partes…
Para que una vacuna pueda gozar del status de autorizada, sin que sea por causa de emergencia, debe ser inoculada y observada durante períodos largos de tiempo en grupos multitudinarios de individuos. Esto es, que se necesita vacunar a enormes cantidades de gente puesto que solo haciendo eso se podrá observar su comportamiento en el tiempo y en campo real.
Así, todas las vacunas “autorizadas” por los institutos de salud de los gobiernos internacionales y que han cubierto sus fases de investigación, con la famosa etapa 3, han vacunado cientos de miles de individuos antes de obtener esa definición. Así ha sido el caso de la de influenza, o la del sarampión en sus modalidades modernas y así tuvo que ser inoculada la del polio. En decenas de miles y hasta centenares de miles.
Usar de manera despectiva el término “experimental” para tratar de connotar que es algo que es peligroso como si fuera una moneda en el aire, con resultado proco predecible o alta probabilidad de fallo es perverso, en unos casos y en otros ignorante. Pero ser ignorante no es cuestión de inteligencia, es cuestión de haber sido mal informado dolosamente o haber malentendido el concepto.
En el caso de las vacunas contra el Covid19, pasaron correctamente las primeras fases de investigación, que eran para probar su seguridad (con suficientes datos para confiar en que no tenían efectos peligrosos) y después su eficacia, su poder ante el virus.
Durante esta etapa la cantidad de estudios con grupos de control fueron aumentando en tamaño, hasta estar seguros de que eran eficaces. La tercera fase era sencillamente pasar a la inoculación de grandes grupos en campo. Dada la peligrosidad de la enfermedad y tomando en cuenta su calificativo de Pandemia, se decidió aplicarla a nivel global, por motivos de emergencia. Pero los controles para que no se convierta en una catástrofe fueron debidamente evaluados. De hecho los estudios previos indicaban una muy baja probabilidad de que se convirtiera en una tragedia. Por ejemplo, los protocolos de vigilancia toman en cuenta cualquier evento que sugiera mínimamente un caso de peligro causado por la vacuna y, aún sin pruebas de que esto es así, se detiene inmediatamente la inoculación, para comprobar que el problema es la vacuna. Así sucedió al inicio de la inoculación global con el famoso caso de las trombosis en algunos pacientes adultos mayores. La vacuna Astra Zeneca dejó de usarse hasta que estudios demostraron que no había evidencia de que la vacuna fuera la causante de esas muertes, y después se volviera a utilizar, y por cuestiones de seguridad, con vigilancia especial en adultos mayores.
Por otro lado, nada hay que indique un desarrollo anómalo en el organismo de los vacunados y que devenga a la larga en una salud comprometida. Nada.

Una vertiente de uso de la palabra “experimental” se centra en que algunos creen que la vacuna modificará nuestro ADN. Esto es un malentendido. El vehículo que se utiliza como “mensajero” da instrucciones para que el organismo “aprenda” a generar anticuepos específicos para ciertas proteínas que tiene el virus, ADN o ARN modificados para ser mensajeros no tiene capacidad de modificar nada del ADN. Quienes usan la palabra “experimental” para denotar que se está probando para ver si no hay efectos secundarios que modifiquen genéticamente el ADN de los inoculados, creen que usar esos vehículos tienen esos poderes. No es así. Se han estudiado por años esos vehículos y se conoce muy bien su comportamiento con las células del cuerpo humano. No poseen capacidad de entrar al núcleo de nuestras células (donde se encuentra nuestro ADN) por lo que es imposible que lo modifiquen. Lo que llevan son instrucciones básicas que despiertan un comportamiento que naturalmente puede usar nuestras células. Simplemente activan una respuesta de defensa natural que genera anticuerpos para una proteína específica que tiene el coronavirus, y que si no fuera por esa instrucción, nuestras células no lo generarían. Nada de modificaciones, solo despierta una alerta.
Ningún ADN (o ARN) puede modificar nuestro ADN simplemente inyectándolo en la sangre (o comiéndolo) y juntándolo con nuestras células. Comemos cantidades ingentes de ADN diariamente en verduras, por ej. y no cambiamos por eso. De hecho es una de las concepciones erróneas que tienen quienes se oponen a los alimentos transgénicos. Creen que el ADN de alimentos modificados genéticamente puede cambiar a nuestro organismo. Desafortunadamente falta mucha educación científica a nivel mundial.

Tres ligas con más información

https://quillette.com/2021/08/14/vexed-by-the-un-vaxxed/

https://twitter.com/rafaelsirera/status/1339825339086868480?s=20
y
https://theconversation.com/vacunas-de-arnm-un-mensaje-de-esperanza-152632

El espectro de opinión sobre la realidad nacional.

Por motivos profesionales, me ha tocado estar presente en varias ocasiones donde se definen estrategias cupulares para la creación de campañas, estrategias de comunicación y lineamentos para contenidos para medios con el fin de influir en la opinión de la sociedad en temas políticos. En muchas de estas reuniones se han seguido métodos similares al lanzamiento de una marca o producto/servicio. A partir del lanzamiento de la campaña o de los comunicados que se determinan en esas reuniones, se desencadena una secuencia de acciones que surgen secuencialmente en diferentes estratos y grupos sociales, debido a la manera en que los individuos interactúan, en como interpretan los comunicados, a su preparación cultural y sus circunstancias sociales y a la mayor o menor medida en que esos comunicados tienen éxito desde el punto de vista mediático y de tratamiento profesional.

A través de esa experiencia propia he armado un diagrama como modelo de trabajo en el que relaciono el encadenamiento de la opinión generada a partir de esas estrategias cupulares.

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En el diagrama aparece a la derecha mi personal enfoque sobre esas estrategias, semejante a los profesionales que se dedican a estudiar esos comportamientos o a quienes simplemente nos gusta, desde el lado del escepticismo racional, observar como se modifica la opinión de las masas en diferentes temas socio-políticos.

Es muy interesante constatar las diversas formas de apropiación del mensaje de campaña (o comunicado) y de cómo permea de manera lineal al principio y después permea, en forma de retroalimentación por repetición, en los diferentes grupos de receptores/emisores que se involucran en etapas subsiguientes de reforzamiento. Etapas en las que el mensaje va perdiendo su verticalidad para convertirse en una opinión más o menos homogénea, pero por razones ajenas al juicio crítico, a la verificación de datos o al análisis de opiniones diferentes a las del comunicado.

Basado en ese conocimiento, he revisado durante dos años los contenidos de los principales “líderes de opinión” y emisores de contenidos, en medios tradicionales y redes sociales, contrastando la opinión profesional de lados opuestos en el espectro de la percepción de la realidad nacional, checando su veracidad, sus fuentes, sus intereses comerciales, sus patrones o sus ideologías y su ética. A partir de esas revisiones, he generado otro diagrama que también es hipótesis de trabajo, sobre el espectro de opinión en emisores de contenidos sobre realidad nacional.

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Ha sido realizado a manera de búsqueda personal y he sido estricto en mi ideal de honestidad intelectual.  Puesto que la tarea de analizar  no la emprenden aquellos que generan esos contenidos, sino estudiosos particulares o profesionales, la comprensión de la realidad nacional cada vez depende más de que la gente pueda armar un criterio razonablemente confiable y realista sobre lo que aparece en medios tradicionales y redes sociales.

Los emisores de contenido son afectados por cuestiones políticas (campañas, obtención de poder), económicas (obtención de contratos, privilegios fiscales, “plumas a sueldo” etc.) y mercadotécnicas (negocio de la venta de noticias y clicbaits para comercializar anuncios).

El diagrama es un ejercicio que no busca sino exponer de forma tangible la complejidad de lo que genera el maremagnum de la opinión pública.
Está basado en la opinión general sobre la percepción de la realidad nacional, pero se puede hacer un diagrama similar para cada uno de los grandes temas nacionales. En cuanto a los tratamientos de particularidades sobre temas mediáticos, aquellas notas que son las que les gustan a los medios tradicionales para “ejemplificar” o enardecer a la opinión (el escandalito semanal, la foto comprometedora o el video editado) son solo incitadores para la respuesta visceral. No vale la pena quedarse en ellas sino tratar de captar el contexto general y los motivos por los que esos temas clicbait son generados o utilizados por diversos emisores.

Por otro lado, el diagrama presenta circunstancias importantes. Una que es inmediatamente entristecedor es la falta de periodismo comprometido con la veracidad, (el concepto de que la verdad es algo relativo es un pretexto para no ser objetivo, y es el inicio de la generación de la fake news, esto es, la idea de que “mi interpretación es tan válida como la tuya”) ninguno de los emisores de contenido sobrepasa la medianía de confiabilidad debido a sus sesgos, filias y fobias, que se dejan ver, sí o sí en todo lo que publican.

Otro detalle que se trasluce es que en su mayoría los medios tradicionales son lo que menos se elevan en ese ideal por lo objetivo, y se decantan por lo mediático, lo sensacionalista, lo emotivo. La columna de opinión priva sobre el reportaje honesto.

Es curioso que aún con lo desprestigiado de algunos, la gente sigue confiando en sus opiniones. Mucho tiene que ver que han sido por años los únicos que detentaban el poder de lo que se podía escribir o trasmitir y casi siempre a favor del poder en  “la silla” y que ahora se ha convertido en una “quinta columna” de facto. Las opiniones de periodistas independientes en redes sociales y de la tv digital, con su capacidad de dar voz a través de retroalimentación a los receptores del mensaje son ahora un incipiente pero alentador contrapeso a las tergiversaciones, manipulaciones u omisiones de la prensa comercial, pero algunos tienen el lastre de la poca objetividad que, combinada con un malentendido afán de balancear las emisiones de los medios tradicionales, se inclinan por defender a ultranza la visión que a su juicio acabará con el mal manejo de la información y pavimentará el camino hacia la eliminación de la corrupción, pero al hacerlo caen muchas veces en la omisión o el embellecimiento de errores o malos manejos. En su descargo hay que mencionar que en su gran mayoría no han caído tan bajo como para emitir fake news o fabricado casos para demostrar culpabilidad de quienes han actuado de forma deshonesta en medios e instituciones, públicas y privadas. Es hasta cierto punto comprensible, pero no justificante que actúen de esa manera después de años de estar sin voz, y en muchos casos censurados o reprimidos y no quieren que vuelva un sistema de falsa bonanza, solo para los favoritos del sistema.
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En mi gráfica no aparecen todos los actores, es solo una muestra con varios de los más relevantes. No he colocado, por ejemplo, al buque insignia de las emisoras de contenido del gobierno, la Conferencia Matutina, que en palabras de López Obrador es su modo de contrarrestar, explicar o derrumbar los argumentos de muchas de las notas de sus adversarios políticos y de tratar de sembrar “la agenda” temática para informar, sin recurrir a medios tradicionales, lo que plantea en su programa de “transformación y anticorrupción”. No la coloqué porque buena parte de la opinión que generan los emisores de contenidos que aparecen en el diagrama se dedican a comentar precisamente esa “agenda temática” que genera mucho de la percepción de la realidad nacional (además de las evidentes publicaciones de escándalos, manifiestos, y golpeteo político a los que están acostumbrados la mayor parte de comentaristas). Pero también porque será buen ejercicio que el lector coloque a la conferencia matutina en un sitio dentro de la gráfica.

La gráfica no intenta cuantificar la cantidad de influencia que tienen los emisores que aparecen, aunque es evidente que por la infraestructura de los medios tradicionales y el poder económico que las soporta desde las cúpulas de las que hablo en el diagrama anterior, la propagación de contenidos por esos medios es enorme.

La estrategia del gobierno de no apoyarse con los medios tradicionales (por lo menos no con la cantidad pesupuestal que dedicaban anteriores regimenes), auque aún sigue gastando en algunos, dió como resulado que varios de estos medios que antaño tenían derecho de picaporte y eran invitados para comentar sobre los “logros gubernamentales” o los posicionamientos para control de daños,sufrieran una baja importante de ingresos. De tal forma que algunos, como El Universal hayan tenido que apostar por la generación de contenidos sensacionalistas (aunque ya antes de eso eran claros oponentes al obradorismo) y otros, como el Reforma hayan recrudecido sus mordientes críticas al régimen.

Sería conveniente que, en el mejor espíritu del ejercicio, cada quien hiciera su propia investigación, con suficientes muestras y durante un tiempo razonable para formarse de propia mano un criterio propio. Sobra decir que es insoslayable un enfoque de honestidad intelectual e intentar quitarse sesgos y no incurrir en falacias de lógica. Solo funciona si no nos engañamos a nosotros mismos. Para estar medianamente informados sobre la realidad nacional es más necesario que nunca cotejar, comparar y escuchar posiciones antagónicas en cada uno de los temas nacionales. Quedarnos con nuestro medio de siempre y estar escuchando opiniones solo de los amigos que piensan como uno tiene un desagradable efecto de distorsión de la realidad que tarde o temprano generará sorpresas desagradables o frustraciones porque la realidad no se pliega a lo esperado.

Para remate, sería bueno probar donde colocarnos a nosotros mismos en ambas gráficas.

Pesimismo vs. Realismo

En un artículo aparecido en HumanProgress, Marian L. Tupy escribe sobre la percepción psicológica del pesimismo.
Me permito traducir su artículo porque me parece escencial en estos tiempos de bombardeo de fakenews y de desestabilización social por bulos y noticias sensacionalistas. El artículo de marras se puede encontrar en inglés enhttps://humanprogress.org/article.php?p=2605
y esta es mi traducción:

Es importante reconocer nuestras predisposiciones pesimistas para que podamos sobreponernos a ellas.

En una crisis el Pesimismo es natural pero el Realismo es crucial

Con el “encierro” por el COVID-19 sobre nosotros, la ansiedad y la depresión están en aumento. Sería irresponsable minimizar los riesgos que representa el coronavirus para la salud y la economía de Estados Unidos. Pero el pesimismo excesivo tampoco interesa a nadie. Los problemas y sus supuestas soluciones deben evaluarse fría y desapasionadamente. Los hechos, la lógica, la razón y la ciencia, no las emociones, deben guiarnos en este momento de problemas.

Desafortunadamente, algunos de nuestros impulsos más básicos evolucionaron en un momento en que el mundo era muy diferente al nuestro. “Nuestros cráneos modernos albergan una mente de la edad de piedra”, señalan Leda Cosmides y John Tooby de la Universidad de California en Santa Bárbara. La mente puede ser decididamente dañina al ayudarnos a abordar los problemas actuales, incluidos los de ansiedad y depresión.

¿Qué tipo de “hábitos de la mente” hemos desarrollado durante los cientos de milenios que pasamos viviendo en un mundo que era más inhóspito que el nuestro? Primero, hemos evolucionado para priorizar las malas noticias. “Los organismos que tratan las amenazas como más urgentes que las oportunidades”, escribió el eminente psicólogo de la Universidad de Princeton Daniel Kahneman en su libro de 2011 Thinking, Fast and Slow , “tienen una mejor oportunidad de sobrevivir y reproducirse”. Ese es un impulso muy poderoso que puede engañar incluso a los observadores más desapasionados y racionales.

Como Mark Trussler y Stuart Soroka de la Universidad McGill en Canadá encontraron en su artículo de 2014 ” Demanda del consumidor de noticias cínicas y negativas”, incluso cuando las personas expresamente dicen que están interesadas más en buenas noticias, los experimentos de seguimiento de los ojos muestran que en realidad están mucho más interesado en malas noticias.”Independientemente de lo que digan los participantes”, concluyen los autores del estudio, las personas “exhiben una preferencia por el contenido de noticias negativas”.

Así, cuando lea las noticias, asegúrese de que además de leer sobre el último recuento de muertes COVID-19, también aliméntese con los últimos avances tecnológicos, médicos y científicos que pondrán fin a la pandemia.

En segundo lugar, como señaló el psicólogo Steven Pinker de la Universidad de Harvard en su libro “Enlightenment Now: The Case for Reason, Science, Humanism and Progress” de 2018 , la naturaleza de la cognición y la naturaleza de las noticias interactúan de maneras que nos hacen pensar que el mundo es peor de lo que realmente es. Después de todo, las noticias tratan sobre cosas que suceden. Las cosas que no sucedieron no se informan. Como él señala, “nunca vemos a un periodista que le diga a la cámara: ‘Aquí estamos, transmitiendo en vivo desde un país donde no ha estallado una guerra'”. Los periódicos y otros medios, en otras palabras, tienden a centrarse en lo negativo. Como dice el viejo adagio periodístico: “Si lleva sangre, te jala”.

Recuerde que además de los horrores de COVID-19, todavía hay muchas cosas buenas en el mundo. Sí, incluso en medio de una pandemia, las personas se enamoran, dan a luz bebés sanos y ayudan a los extraños a sobrevivir.

En tercer lugar, los medios rara vez proporcionan un análisis “comparado con…” o ponen eventos terribles en su¨”propio” contexto. El coronavirus es mortal, pero no es la peste bubónica, que tenía una tasa de mortalidad del 50 por ciento, o la peste septicémica, que tenía una tasa de mortalidad del 100 por ciento. Afortunadamente para el bienestar a largo plazo de nuestra especie, hemos despertado ante el peligro mortal que representan las enfermedades transmisibles por un virus mucho más leve. Con suerte, los gobiernos y el sector privado desplegarán recursos humanos y financieros para garantizar que la próxima vez estemos listos. Se cambiarán las leyes y se racionalizarán las regulaciones para garantizar que seamos más diligentes, es decir, más rápidos, para responder a futuras emergencias.

Cuarto, la llegada de las redes sociales hace que las malas noticias sean inmediatas y más íntimas. Hasta hace relativamente poco, la mayoría de la gente sabía muy poco acerca de las innumerables guerras, plagas, hambrunas y catástrofes naturales que ocurren en partes distantes del mundo. En 1759, el filósofo escocés Adam Smith escribió en su Teoría de los sentimientos morales :

“El desastre más frívolo que podría ocurrir [a un hombre] podrá ocasionar una perturbación más real. Si estuviera por perder su dedo meñique mañana, no dormiría esta noche; pero, si nunca la vio, roncará con la más profunda seguridad sobre la ruina de cien millones de sus hermanos, y la destrucción de esa inmensa multitud parece claramente un objeto menos interesante para él que su miserable desgracia”.

Sin embargo, como estamos descubriendo rápidamente, Internet en general y las redes sociales en particular también nos permiten trabajar, manteniendo la distancia social. Nos permite aprender sobre el sufrimiento de los demás, incluidos los que están en lugares distantes, y acudir en su ayuda.

Quinto, el cerebro humano también tiende a sobrestimar el peligro debido a lo que los psicólogos llaman “la heurística de disponibilidad” o un proceso de estimación de la probabilidad de un evento en función de la facilidad con la que vienen a la mente las instancias relevantes. Desafortunadamente, la memoria humana recuerda eventos por razones distintas a su tasa de recurrencia. Cuando aparece un evento porque es traumático, el cerebro humano sobreestimará la probabilidad de que se repita.

En este momento, decenas de miles de personas están luchando por sus vidas con la ayuda de ventiladores. Otros han perdido esa pelea. Si bien ese resultado es trágico, no asuma de inmediato que ese es el destino que le espera. Para mantener a raya la depresión y la ansiedad, piense en las decenas de miles de personas que se están recuperando.

Sexto, como descubrieron los psicólogos Roy Baumeister de la Universidad de Queensland y Ellen Bratslavsky del Cuyahoga Community College, “lo malo es más fuerte que lo bueno”. Considera cuánto más feliz se puede sentir si lo imagina. Entonces considere: ¿cuánto más abatido se puede sentir si lo imagina? La respuesta a la última pregunta es: infinitamente. La investigación muestra que las personas temen las pérdidas más de lo que se deleitan en las ganancias; insistir en los contratiempos más de lo que disfrutan los éxitos; Resienten las críticas más de lo que se sienten alentados por los elogios.

Trate de no detenerse en los peores escenarios de COVID-19 y recuerde siempre que, estadísticamente hablando, la mayoría de las personas tienen una buena oportunidad de superar la pandemia sin mostrar síntomas menores de la enfermedad.

Séptimo, las cosas buenas y malas tienden a suceder en diferentes líneas de tiempo. Cosas malas, como el estallido de una pandemia, pueden suceder rápidamente. Las cosas buenas, como los avances que la humanidad ha hecho en la lucha contra el VIH / SIDA, tienden a suceder de manera incremental y durante un largo período de tiempo. Como Kevin Kelly dela revista Wired dijo, “Desde la Ilustración y la invención de la Ciencia, ‘hemos conseguido crear un poquito más de lo que hemos destruido cada año’. Pero esa pequeña diferencia positiva compone durante décadas lo que podríamos llamar civilización … [El progreso] es una acción de “auto-tapado” que se ve solo en retrospectiva “.

Con ese fin, recuerde que nuestra especie ha erradicado o casi erradicado la viruela, el cólera, la fiebre tifoidea, el sarampión, la poliomielitis y la tosferina. Hemos avanzado mucho en nuestra lucha contra la malaria y el VIH / SIDA. Y la velocidad de nuestros éxitos está aumentando. La primera evidencia creíble de viruela proviene de la India en 1500 a. C. La enfermedad fue erradicada en 1980. Eso es 3mil quinientosl años de sufrimiento. En 1980, comenzamos a aprender sobre el VIH / SIDA. Para 1995, teníamos la primera generación de medicamentos que mantenían con vida a las personas infectadas. Son 15 años de sufrimiento. La epidemia de ébola se extendió entre 2014 y 2016. La primera vacuna contra el ébola fue aprobada en los Estados Unidos en diciembre de 2019. Eso es cinco años de sufrimiento. En diciembre pasado, el coronavirus no tenía nombre. Hoy en día, se están realizando ensayos en humanos para la vacuna contra el coronavirus en todo el mundo.

Octavo, los humanos también padecen una peculiaridad psicológica conocida con nombres como “punto de inflexión”, extrapolación de pesimismo o la ilusión del final de la historia. Como observó el ex columnista financiero del Wall Street Journal Morgan Housel, incluso las personas que son conscientes del progreso que la humanidad ha hecho en el pasado, “subestiman nuestra capacidad de cambiar en el futuro”. “Si usted subestima nuestra capacidad de adaptación a situaciones insostenibles”, ha apuntado, “que encontrará todo tipo de cosas que en la actualidad se ven mal y pueden ser extrapoladas a desastroso. Extrapolar los aumentos de inscritos a educación universitaria y será prohibitivamente caro en 10 años. Extrapolar los déficits gubernamentales ye que estaremos en bancarrota en 30 años. Extrapolar una recesión y que estaremos quebrados después de poco tiempo. Todos estos podrían ser motivos de pesimismo si no se asume ningún cambio o adaptación en el futuro. Lo cual es una locura, dada nuestra larga historia de cambio y adaptación”. De hecho los humanos han cambiado y se han adaptado en el pasado y lo haremos y prosperaremos una vez más.

Finalmente, mantenga su ánimo en alto. Los humanos, a diferencia de otros miembros del reino animal, son seres inteligentes que tienen la capacidad única de innovar para salir de problemas apremiantes. Hemos desarrollado formas sofisticadas de cooperación que aumentan nuestras posibilidades no solo de sobrevivir, sino de prosperar. En otras palabras, existen motivos racionales para el optimismo sobre el futuro. Y si bien es cierto que, como a los corredores financieros les gusta decir, el rendimiento pasado no es una guía para el rendimiento futuro, tenga en cuenta las palabras del historiador y estadista británico Thomas Babington Macaulay, quien escribió en 1830:

“ En todas las épocas, todos saben que hasta su propio tiempo, se han producido mejoras progresivas; nadie parece contar con ninguna mejora en la próxima generación. No podemos probar absolutamente que están equivocados quienes dicen que la sociedad ha llegado a un punto de inflexión, que hemos visto ya nuestros mejores días. Pero así lo dijeron todos los que vinieron antes que nosotros y con la misma razón aparente. … ¿Dónde está escrito que con solo mejoras detrás de nosotros, no debemos esperar nada más que deterioro ante nosotros?”

A medida que avanza el encierro por COVID-19, recuerde todas las diferentes formas en que su mente puede estar jugando con trucos. Reconocer que usted es un miembro de una especie que siempre en la búsqueda de peligro y que su predisposición hacia lo negativo proporciona un mercado para los proveedores de malas noticias. El sesgo de negatividad está profundamente arraigado en nuestros cerebros. No se puede sacudir de nosotros. Lo mejor que podemos hacer es darnos cuenta de que estamos sufriendo por ello.

Marian L. Tupy es analista senior de políticas en el Centro para la Libertad y la Prosperidad Global del Instituto Cato, y editora de HumanProgress.org.

 

Lo que no ha explicado la homeopatía

La ilusión de la dilución

¿Por qué cuando se le pregunta a un homeópata que defina, en pocas palabras, el funcionamiento de la homeopatía, desvía constantemente el tema y lo lleva a demostraciones de eficacia de su disciplina que caen sí o sí en falacias de argumento? Inmediatamente apelan a la opinión de sus pacientes, a la aceptación de la homeopatía en otros países de primer orden, como Alemania y Francia, a que tienen 200 años “sin que nadie demuestre que no funciona” (cosa que por otro lado es mentira), a que existen universidades que preparan médicos homeópatas… sin decir o aceptar lo que postula la homeopatía.

Se puede explicar en palabras sencillas el funcionamiento de los medicamentos que la medicina científica ha desarrollado. Esto es así porque están basados en el conocimiento del cuadro de una enfermedad en particular. Qué la causa, qué síntomas se presentan, por qué se presentan y se sigue avanzando en aquellas muchas que no comprendemos del todo.

Por ejemplo, podemos explicar que unos antibióticos destruyen la membrana que rodea a la bacteria que causa la enfermedad y hacen que explote (como la penicilina). Que otros antibióticos interfieren con la síntesis de proteínas de los procesos vitales de la bacteria (macrólidos) o impiden la replicación de su material genético (quinolonas) y por tanto su proliferación.

Podemos explicar varios tipos de cáncer y cómo actúa cada procedimiento médico para detener y eliminar la propagación de células cancerígenas.
Podemos explicar en párrafos cortos o videos sencillos como actúa la quimioterapia para inhibir la propagación de células con cáncer.

Podemos explicar perfectamente como actúa un antihistamínico, qué cantidad de sustancia activa se requiere, qué mecanismos físicos, químicos y biológicos intervienen en su funcionamiento y qué resultados se pueden obtener, que efectos secundarios se esperan, quienes son propensos a ellos etc.

Lo que se comprende, y sobre todo, lo que es demostrable, se puede explicar en palabras sencillas. El principio de falsabilidad en la ciencia es precisamente la necesidad de elaborar una explicación que se pueda comprobar como correcta o equivocada, para poder experimentar sobre ese supuesto. Es el sine qua non de lo demostrable.

Algo así no ha pasado en la “medicina” homeopática… durante más de 200 años. No ha podido la homeopatía desarrollar un modelo de su funcionamiento, comprobable y que se ajuste a los descubrimientos científicos que gobiernan la práctica médica, esto es, que no contradiga aquellos principios que sabemos correctos en múltiples disciplinas, como la química, la física, la biología, la genética, la biología molecular, el estudio del funcionamiento de los órganos y tejidos corporales y muchas más.

Por ejemplo, no ha podido decir algo como :
una porción infinitesimal de materia (explicando por qué debe ser así) actúa en tal parte del organismo ( o de la célula, o del sistema nervioso) causando tal y tal reacciones (definiéndolas después y explicando su mecanismo físico/biológico ) que es contraria a la que la misma sustancia, en cantidades mayores, causaría a dicho organismo.
…y después, comprobarlo con experimentos controlados y replicables.

La pregunta que ningún homeópata responde cuando se le pregunta:
¿Cómo actúa la homeopatía en el cuerpo?, ¿Cómo una “memoria en agua”, por algún mecanismo físico que seguro deberían de saber, causa efectos opuestos a los que causaría aquella sustancia que recuerda?

Si eso, que es básico en una disciplina, no pueden lograrlo, no me extraña que jamás aparezcan en los medios descubrimientos, avances, nuevas técnicas, mejoras y curas en enfermedades (cualquiera que estas sean) basadas en los postulados de la “medicina homeopática”. Todo en ella son curas en enfermedades con remisiones debidas a que cumplen un ciclo o se curan solas o por las defensas naturales del enfermo y no necesitan tratamiento , o son remisiones espontáneas de tumores.

Jamás en los medios un hallazgo homeopático del nivel del descubrimiento del ADN, o de la vacuna contra el polio, o del trasplante de corazón, o de la penicilina, que haya salvado millones de vidas.
Ningún Premio Nobel derivado de la práctica de las supuestas enseñanzas de la homeopatía.

Una gran cantidad de usuarios de homeopatía creen que ésta es medicina porque sus padres la usaron, porque ven “farmacias homeopáticas” en las calles, porque ven frasquitos que parecen medicamentos y se venden como tales. Y una gran cantidad de ellos piensan que la homeopatía está basada en la herbolaria, en lo natural, en lo orgánico y que los productos homeopáticos contienen sustancias derivadas de hierbas o semillas.

Muchos usuarios se sorprenden cuando les explicas que los medicamentos homeopáticos no contienen nada (nada) de esas sustancias… ni de ninguna otra.

Cuando les explicas que la homeopatía se basa en la creencia antigua (muy cercana a la Mágia Simpática) de que “lo similar cura lo similar” (similia similibus curentur) y que de eso se concluye, por ejemplo, que para curar una quemada, hay que usar algo que queme, muchos comienzan a dudar de que eso sea la homeopatía. Y apenas comienza lo increíble.

Peor es cuando les explicas que, hace 200 años, cuando no se sabía ni de virus ni de bacterias, a un médico alemán llamado Hahnemann se le ocurrió (así, como epifanía) que en cantidades mínimas una sustancia podría causar un efecto contrario al que causa en cantidades mayores. Hahnemann creía que las causas subyacentes de las enfermedades eran fenómenos que llamó miasmas y que los remedios homeopáticos actuaban sobre ellos. Estos son preparados por diluciones sucesivas (esto es, con cantidades cada vez menores ) de la sustancia que se cree que puede curar, en alcohol o en agua destilada, y seguidas de un enérgico golpe a un cuerpo elástico (usualmente un libro encuadernado en cuero).

Usualmente la cantidad de diluciones continúa mucho más allá del punto donde ya no permanecen moléculas de la sustancia original. Los homeópatas creen (no se puede usar otra palabra) que después de las diluciones, el agua en la que fue diluida la sustancia “recuerda” a la sustancia y entonces toman esta agua y la colocan en pastillas de azúcar o de lactosa y las venden como medicamento.

Por increíble que parezca, los laboratorios de medicamentos homeopáticos continúan haciendo esas diluciones en agua de las sustancias que suponen que curan y tienen el descaro de colocar etiquetas que indican el número de diluciones que se hicieron para cada frasco. Por supuesto los exámenes que se hacen en laboratorio para analizar esos “medicamentos” no encuentran nada de la sustancia que dice la etiqueta.

Sobre cómo es que actúa esa sustancia si ya no está ahí ni una molécula de ella, o cómo actúa (suponiendo, sin conceder,que está) en el cuerpo, y qué mecanismos hacen que esa sustancia, que supuestamente tiene un efecto contrario al que se espera que produzca en el cuerpo del enfermo, suscitan una reacción en el organismo, a nivel de tejido, de sangre, de molécula o atómico.

De esa explicación nada… nunca.

El sentido común y sus fallos

¿Por que no debemos confiar en lo que “intuitivamente” consideramos que está correcto?, por ej. en las medicinas “alternativas” o en las explicaciones “lógicas” de “ideas conspiracionistas”
Encontrar respuestas fáciles a problemas complejos no lleva a buenos resultados…
Los seres humanos tenemos una capacidad natural para hallar patrones en la naturaleza. Con esos patrones tomamos decisiones que en el caso de la supervivencia, deben ser casi inmediatas sin mucho juicio de por medio. Es una parte de lo que llamamos intuición, y de la que ha dependido nuestra persistencia evolutiva. Sin embargo, desde que desarrollamos un repositorio de conocimientos comprobados, técnicas de cálculo y experimentación que llamamos cultura, no dependemos totalmente de la generación de esos patrones que se han demostrado erróneos en muchísimos casos o sobre-simplificadores, por decir lo menos. Para una primera etapa de mantenerse vivos, actuar con esos patrones de reconocimiento es suficiente (en la mayoría de los casos) porque se han pulido por millones de años. Pero resulta que para el nivel de reconocimiento que nuestra realidad contemporánea nos demanda, ese modo de actuar en base a patrones e ideas simples no es suficiente, sino que, además de todo es peligroso. Hablo más de ese tópico aquí:

Pensar fuera de la caja

Falsos testimonios y falta de criterio en redes


Whatsapp, Facebook y en menor medida Tweeter, están pantanosamente inundadas de memes, reenvíos, cadenas y opiniones que la inmensa mayoría de usuarios propaga:

– Noticias del tipo “que mal estamos”
– “Que mal gobierno saliente/entrante”
– Memes de buen rollismo “positivo” con “filosofía” edulcorante. En otras palabras, creen que pensar positivamente cura enfermedades, evita accidentes y evade en general las leyes de la física.
– Mentiras sobre salud disfrazadas de ciencia o “sabiduría popular”
– Perogrulladas con tono de libraco de auto-ayuda “firmadas” (atribuidas erróneamente) por un autor famoso
– Amarillismo sobre fenómenos “astronómicos” que abusa de la falta de pensamiento crítico

En general, el copiar/pegar/”compartir” sin el menor esfuerzo por comprobar la veracidad, la fuente correcta, la intención subyacente o la calidad de la “información”.
Calificar en base a sesgos cognitivos, a creencias, a emociones y costumbres ancladas en prejuicios.
“Compartir” (propagar) sin emitir juicio u opinión personal, sino solo lanzar la piedra y esconder la mano.
Pegar algo en el muro FB o en un grupo de Wathsapp es para muchos presumir como si ellos hubieran escrito eso. Creen que obtienen fama por ser los primeros de su entorno en dar la noticia, contar el chiste o alarmar.
Pero nunca escriben algo propio.
Nunca emiten opinión.
Nunca explican que comparten algo que hará mejor el día o la vida a sus conocidos porque ellos se tomaron la molestia de investigar que es cierto lo que ponen….ni intentan demostrarlo. Se convierten en vehículos zombies de ideas alarmantes, peligrosas o francamente mentirosas. Y lo peor es que “creen” fervientemente que dicen algo correcto.
Tener buenas intenciones no lo convierte a uno en buena gente.
Abundan (son los más) los ignorantes bienintencionados que propagan conceptos que nos atrasan como sociedad. Echan al traste como si nada, el trabajo racional, científico, basado en años de estudiar un tema y nos sumergen en un nuevo oscurantismo digital torpe, chabacano, inmediato, dando explicaciones simples a problemáticas complejas en las que el “sentido común” ya no funciona.
Desparraman placebos que palian por breves momentos los síntomas de malestares crónicos, políticos, de salud, del desánimo emocional de nuestras grandes urbes. Pero nunca resuelven las causas. Nunca diagnostican en base a evidencias. Nunca proponen nada cuando se quejan.
No está mal contagiar ánimo, alegría, o convidar una buena foto a mis conocidos. Contar uno que otro chiste o presumir unas vacaciones o un a un hijo que se gradúa. Por eso son redes sociales. Pero invito a no pegar nada en sus muros que nos sumerja en la paranoia, el conspiracionismo o los miedos irracionales. Aprendamos a tener criterio propio y no rebotar las ideas (buenas o malas) de los demás sin pasarlas por el tamiz del juicio crítico y el pensamiento racional

La fe

La fe es el autoengaño más complaciente.
Es interesado, cómodo (en términos de fin último, lo es aún en los mártires), no requiere de esfuerzo mental y solo se sostiene con sesgos de confirmación.
Deja a la duda en el cajón de los inservibles, y la considera un estorbo molesto.
Escoger creer es una cuestión práctica para la vida diaria. Como otros escogen tener confianza en quien estudia medicina o física sin estudiarla ellos. Es apagar el documental científico y “dedicarse a vivir”. No todos tienen vena filosófica ni tiempo. Bien por ellos mientras de ahí no pase.
Otra cosa son quienes viven de aumentar la culpa, la parafernalia de símbolos y cacharrería supersticiosa y el ritual. O los iconoclastas de diversos credos que han convertido un libro antiguo en objeto mágico poseedor de verdad y camino y le atribuyen poder profético. Un objeto al que nadie puede osar contradecir, criticar, o colocar junto con otros bien intencionados pero equívocos o caducos. Convenciendo a otros de que poseen esa verdad por revelación. Enemistando por segregación, por odio al diferente, tribalizando. De la misma catadura que quienes reniegan de la acumulación de conocimiento científico, apelando a una supuesta soberbia de quien se dedica a saber, a entender lo que llamamos realidad y a utilizarlo en beneficio de todos…incluidos quienes solo tienen fe.