La fe

La fe es el autoengaño más complaciente.
Es interesado, cómodo (en términos de fin último, lo es aún en los mártires), no requiere de esfuerzo mental y solo se sostiene con sesgos de confirmación.
Deja a la duda en el cajón de los inservibles, y la considera un estorbo molesto.
Escoger creer es una cuestión práctica para la vida diaria. Como otros escogen tener confianza en quien estudia medicina o física sin estudiarla ellos. Es apagar el documental científico y “dedicarse a vivir”. No todos tienen vena filosófica ni tiempo. Bien por ellos mientras de ahí no pase.
Otra cosa son quienes viven de aumentar la culpa, la parafernalia de símbolos y cacharrería supersticiosa y el ritual. O los iconoclastas de diversos credos que han convertido un libro antiguo en objeto mágico poseedor de verdad y camino y le atribuyen poder profético. Un objeto al que nadie puede osar contradecir, criticar, o colocar junto con otros bien intencionados pero equívocos o caducos. Convenciendo a otros de que poseen esa verdad por revelación. Enemistando por segregación, por odio al diferente, tribalizando. De la misma catadura que quienes reniegan de la acumulación de conocimiento científico, apelando a una supuesta soberbia de quien se dedica a saber, a entender lo que llamamos realidad y a utilizarlo en beneficio de todos…incluidos quienes solo tienen fe.

Ingenuidad, credulidad, ciencia

Hace poco, leí un comentario en un “chat”:

¨… siempre que veo a una persona creyendo todo lo que le
dicen de la Ciencia y no pueden Probarla ellos mismos a
estas personas les llamo Ingenuos.”

Suponiendo que lo que quiso decir era “cuando veo a una
persona creyendo todo lo que le dicen de la ciencia y no
puede probarla él mismo, a esa persona le llamo ingenuo”.

Oración que indica una falta de comprensión total de los
términos utilizados y un desconocimiento de lo que
significa “ciencia”.

Veamos…

Ingenuidad. Indica ausencia o falta experiencia y de
malicia (entendida como penetración, sutileza, sagacidad),
una deficiente comprensión o inteligencia y la ausencia de
sofisticación; así como presencia de inocencia, sencillez,
pureza (entendida como falta de elementos externos de
conocimiento), candidez.

Credulidad. Facilidad de una persona para creer
ingenuamente en algo.

No puedes “creer” en la ciencia, o en lo que se deduce de
su aplicación.
Si confías y basas tus juicios en las deducciones que se
desprenden de su método, eres todo menos ingenuo.

La ciencia no lo sabe todo. Simplemente sabe infinitamente
más cosas (y las sabe con mayor confianza en su corrección)
que aquellos sistemas de obtención de conocimiento que no
se basan en la razón y la evidencia, como lo son el
pensamiento mágico, la intuición, el “sentido común” y la
creencia en autoridades, guías, gurús o maestros
“iluminados” (ni hablar de los que creen en lo que dice
alguien “famoso”).

“Las afirmaciones de la ciencia no son acerca de lo que es
cierto o lo que no lo es, sino declaraciones sobre aquello
que se conoce con diferentes grados de certeza.”
Richard Feynman

Pero para que puedas sacar provecho de la ciencia,
necesitas tener pensamiento crítico, escepticismo
científico y… cultura.
No se trata de “creer” lo que te dice un “paper”.

Dentro de la cultura necesaria está el conocimiento de la
lógica, la aceptación de los sesgos cognitivos y la
experiencia del pasado que nos indica que el pensamiento
mágico y la superstición se han equivocado constantemente y
para colmo ni lo aceptan ni lo componen.

Así que un ingenuo llamándole ingenuo a quien confía en las
deducciones basadas en ciencia, llama a risa loca.
Cuanto más si lo dice un crédulo, o alguien que no se toma
la molestia de leer cómo y por qué piensa así  quien él
llama ingenuo.

Me apena mucho no poder razonar con alguien que abandona el
juicio racional y funda su “conocimiento” en creencias y no
en evidencias contrastables y racionales y basa su
sapiencia en videitos elaborados en las rodillas.

Sé que la gente que “cree” a pié y juntillas algo, no está
abierta a enfrentarse con ideas que puedan romper su
espacio de confort. Es más fácil para ellos calificar de
ingenuos a los que piensan y razonan, y no “creen”. Por
ello me apena mucho su caso.

Me dan tristeza y mucha “ternurita”.

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burro… se pierde el agua y el jabón”