Lo que no ha explicado la homeopatía

La ilusión de la dilución

¿Por qué cuando se le pregunta a un homeópata que defina, en pocas palabras, el funcionamiento de la homeopatía, desvía constantemente el tema y lo lleva a demostraciones de eficacia de su disciplina que caen sí o sí en falacias de argumento? Inmediatamente apelan a la opinión de sus pacientes, a la aceptación de la homeopatía en otros países de primer orden, como Alemania y Francia, a que tienen 200 años “sin que nadie demuestre que no funciona” (cosa que por otro lado es mentira), a que existen universidades que preparan médicos homeópatas… sin decir o aceptar lo que postula la homeopatía.

Se puede explicar en palabras sencillas el funcionamiento de los medicamentos que la medicina científica ha desarrollado. Esto es así porque están basados en el conocimiento del cuadro de una enfermedad en particular. Qué la causa, qué síntomas se presentan, por qué se presentan y se sigue avanzando en aquellas muchas que no comprendemos del todo.

Por ejemplo, podemos explicar que unos antibióticos destruyen la membrana que rodea a la bacteria que causa la enfermedad y hacen que explote (como la penicilina). Que otros antibióticos interfieren con la síntesis de proteínas de los procesos vitales de la bacteria (macrólidos) o impiden la replicación de su material genético (quinolonas) y por tanto su proliferación.

Podemos explicar varios tipos de cáncer y cómo actúa cada procedimiento médico para detener y eliminar la propagación de células cancerígenas.
Podemos explicar en párrafos cortos o videos sencillos como actúa la quimioterapia para inhibir la propagación de células con cáncer.

Podemos explicar perfectamente como actúa un antihistamínico, qué cantidad de sustancia activa se requiere, qué mecanismos físicos, químicos y biológicos intervienen en su funcionamiento y qué resultados se pueden obtener, que efectos secundarios se esperan, quienes son propensos a ellos etc.

Lo que se comprende, y sobre todo, lo que es demostrable, se puede explicar en palabras sencillas. El principio de falsabilidad en la ciencia es precisamente la necesidad de elaborar una explicación que se pueda comprobar como correcta o equivocada, para poder experimentar sobre ese supuesto. Es el sine qua non de lo demostrable.

Algo así no ha pasado en la “medicina” homeopática… durante más de 200 años. No ha podido la homeopatía desarrollar un modelo de su funcionamiento, comprobable y que se ajuste a los descubrimientos científicos que gobiernan la práctica médica, esto es, que no contradiga aquellos principios que sabemos correctos en múltiples disciplinas, como la química, la física, la biología, la genética, la biología molecular, el estudio del funcionamiento de los órganos y tejidos corporales y muchas más.

Por ejemplo, no ha podido decir algo como :
una porción infinitesimal de materia (explicando por qué debe ser así) actúa en tal parte del organismo ( o de la célula, o del sistema nervioso) causando tal y tal reacciones (definiéndolas después y explicando su mecanismo físico/biológico ) que es contraria a la que la misma sustancia, en cantidades mayores, causaría a dicho organismo.
…y después, comprobarlo con experimentos controlados y replicables.

La pregunta que ningún homeópata responde cuando se le pregunta:
¿Cómo actúa la homeopatía en el cuerpo?, ¿Cómo una “memoria en agua”, por algún mecanismo físico que seguro deberían de saber, causa efectos opuestos a los que causaría aquella sustancia que recuerda?

Si eso, que es básico en una disciplina, no pueden lograrlo, no me extraña que jamás aparezcan en los medios descubrimientos, avances, nuevas técnicas, mejoras y curas en enfermedades (cualquiera que estas sean) basadas en los postulados de la “medicina homeopática”. Todo en ella son curas en enfermedades con remisiones debidas a que cumplen un ciclo o se curan solas o por las defensas naturales del enfermo y no necesitan tratamiento , o son remisiones espontáneas de tumores.

Jamás en los medios un hallazgo homeopático del nivel del descubrimiento del ADN, o de la vacuna contra el polio, o del trasplante de corazón, o de la penicilina, que haya salvado millones de vidas.
Ningún Premio Nobel derivado de la práctica de las supuestas enseñanzas de la homeopatía.

Una gran cantidad de usuarios de homeopatía creen que ésta es medicina porque sus padres la usaron, porque ven “farmacias homeopáticas” en las calles, porque ven frasquitos que parecen medicamentos y se venden como tales. Y una gran cantidad de ellos piensan que la homeopatía está basada en la herbolaria, en lo natural, en lo orgánico y que los productos homeopáticos contienen sustancias derivadas de hierbas o semillas.

Muchos usuarios se sorprenden cuando les explicas que los medicamentos homeopáticos no contienen nada (nada) de esas sustancias… ni de ninguna otra.

Cuando les explicas que la homeopatía se basa en la creencia antigua (muy cercana a la Mágia Simpática) de que “lo similar cura lo similar” (similia similibus curentur) y que de eso se concluye, por ejemplo, que para curar una quemada, hay que usar algo que queme, muchos comienzan a dudar de que eso sea la homeopatía. Y apenas comienza lo increíble.

Peor es cuando les explicas que, hace 200 años, cuando no se sabía ni de virus ni de bacterias, a un médico alemán llamado Hahnemann se le ocurrió (así, como epifanía) que en cantidades mínimas una sustancia podría causar un efecto contrario al que causa en cantidades mayores. Hahnemann creía que las causas subyacentes de las enfermedades eran fenómenos que llamó miasmas y que los remedios homeopáticos actuaban sobre ellos. Estos son preparados por diluciones sucesivas (esto es, con cantidades cada vez menores ) de la sustancia que se cree que puede curar, en alcohol o en agua destilada, y seguidas de un enérgico golpe a un cuerpo elástico (usualmente un libro encuadernado en cuero).

Usualmente la cantidad de diluciones continúa mucho más allá del punto donde ya no permanecen moléculas de la sustancia original. Los homeópatas creen (no se puede usar otra palabra) que después de las diluciones, el agua en la que fue diluida la sustancia “recuerda” a la sustancia y entonces toman esta agua y la colocan en pastillas de azúcar o de lactosa y las venden como medicamento.

Por increíble que parezca, los laboratorios de medicamentos homeopáticos continúan haciendo esas diluciones en agua de las sustancias que suponen que curan y tienen el descaro de colocar etiquetas que indican el número de diluciones que se hicieron para cada frasco. Por supuesto los exámenes que se hacen en laboratorio para analizar esos “medicamentos” no encuentran nada de la sustancia que dice la etiqueta.

Sobre cómo es que actúa esa sustancia si ya no está ahí ni una molécula de ella, o cómo actúa (suponiendo, sin conceder,que está) en el cuerpo, y qué mecanismos hacen que esa sustancia, que supuestamente tiene un efecto contrario al que se espera que produzca en el cuerpo del enfermo, suscitan una reacción en el organismo, a nivel de tejido, de sangre, de molécula o atómico.

De esa explicación nada… nunca.

Mysterium Cosmographicum, de Kepler

Johanes Kepler.  Matemático Astrónomo, Astrólogo, y Físico Óptico. (Anónimo, 1609).

 

Además de devoto cristiano protestante, Kepler era conocedor de las ideas de los platónicos y los pitagóricos…  y astrólogo. Para ellos (como para la iglesia) la perfección del diseño de la naturaleza era dogmática. Así llegó a la conclusión de que sólo los cinco sólidos platónicos tenían las propiedades necesarias para contener las órbitas de cada uno de los planetas. En su modelo situó al sol en el centro de las esferas planetarias y éstas se encontraban separadas entre si sucesivamente por un octaedro, un dodecaedro, un tetraedro y un hexaedro.

En su obra Mysterium Cosmographicum, escribe:

La Tierra es el patrón de todas las otras esferas.  Circunscribamos un dodecaedro en ella, y la esfera que lo rodea será la de Marte; circunscribamos un tetraedro en la esfera de Marte y la esfera que lo rodea será la de Júpiter, circunscribamos un cubo en la esfera de Júpiter, la esfera que lo rodea será la de Saturno.  Coloquemos ahora un icosaedro dentro de la esfera de la Tierra y entonces su esfera inscrita será la de Venus; coloquemos un octaedro dentro de la esfera de Venus y la esfera en que se inscribe será la de Mercurio.

Lámina desplegada en el libro Mysterium Cosmographicum,  con el famoso grabado explicando la concepción kepleriana del universo, basado en esferas concéntricas y los sólidos platónicos.
Mi interpretación del grabado de Kepler. (Clic para zoom).

Como todos sus esfuerzos por adecuar los resultados de sus cálculos a esa representación fueron fallidos, años después intento encontrar la estructura del universo por medio del estudio de la relación que guardan las armonías de la escala musical, regresando así a la idea pitagórica de la música de las esferas y de las relaciones místicas.

Tiempo después, con datos muy precisos sobre los movimientos planetarios recogidos por Tyco Brahe, trató de confirmar que los planetas se movían en esferas concéntricas describiendo órbitas circulares. Los datos de los movimientos que tenía a la mano comenzaron a contradecir sus espectativas, y tras años de estudios, logró vislumbrar el primer paso matemático a la comprensión del movimiento del sistema solar. Llegó a la conclusión de que sólo el movimiento elíptico explicaba los movimientos aparentemente extraños de los planetas cuando aparentaban regresar en su camino por el cielo. Estas órbitas se ajustaron también a la idea copernicana, ya aceptada por él, de que todos, incluida la tierra, giraban alrededor del sol.

Cuando promulgó su primera ley del movimiento planetario, las autoridades eclesiásticas se negaron a aceptar que la elipse y no la perfección de la circunferencia eran el camino imperfecto escogido por dios para el movimiento planetario. Sin embargo fue evidente que así se explicaba elegante y sencillamente lo que durante siglos de observación nadie pudo columbrar.

Las tres leyes de Kepler sobre el movimiento planetario:

  • Primera Ley de Kepler: Todos los planetas se mueven alrededor del Sol siguiendo órbitas elípticas. El Sol está en uno de los focos de la elipse.

Kepler descubre y explica que los planetas se mueven más lentamente mientras más alejados están el sol:

  • Segunda Ley de Kepler: Los planetas se mueven con velocidad areolar constante. Es decir, el vector posición r de cada planeta con respecto al Sol barre áreas iguales en tiempos iguales.
Representación gráfica de las leyes de Kepler. El Sol está situado en uno de los focos. En tiempos iguales, las áreas barridas por el planeta son iguales. Por lo tanto, el planeta se moverá más rápidamente cerca del Sol. (Wikipedia)

Se puede demostrar que el momento angular es constante lo que nos lleva a las siguientes conclusiones:

Las órbitas son planas y estables.

Se recorren siempre en el mismo sentido.

La fuerza que mueve los planetas es central.

  • Tercera Ley de Kepler: Se cumple que para todos los planetas, la razón entre el periodo de revolución al cuadrado y el semieje mayor de la elipse al cubo se mantiene constante.

Con estas leyes Kepler consiguió que los hechos científicos se antepusieran a sus deseos y prejuicios religiosos sobre la naturaleza del mundo. A partir de entonces Kepler se dedicó únicamente a observar los datos y a sacar conclusiones sin ideas preconcebidas.

Kepler desechó sus anteriores ideas, siendo heróicamente fiel a las evidencias, por encima de sus creencias, para convertirse en ejemplo de racionalidad científica.

Profundidades

La música, el arte de la acústica, te atrapa aún sin saber de dónde proviene; puedes gozarla a la vuelta de una esquina sin ver al músico que la provoca y sin entender como fue creada. Con la pintura, el arte de la óptica, debes estar frente a frente y sin embargo no requieres de una explicación, simplemente te emociona. Con el ajedrez, el arte de la lógica, las cosas ya no son tan fáciles. Para gozarlo estéticamente no basta presenciar una partida, necesitas saber sus rudimentos y hacer un esfuerzo por seguir la lógica de sus secuencias.
Por otro lado, extasiarte con cuestiones científicas es cosa de impresionarse con sus resultados. Algunos son de evidente pragmatismo, otros son de azoro ante la dificultad de haber colegido lo que se pensaba inalcanzable. La ciencia es el arte del conocimiento razonado.
Todas esas “ars” se gozan mejor si se comprende el enorme trabajo “detrás de cámaras” y el cúmulo de conocimientos coleccionados para elaborar uno de sus productos. Si alguien que las entiende logra explicar al neófito, en términos diáfanos, sus complejidades, sus “secretos”, los conocimientos que la hicieron posible, más gente será capaz de gozarlas con mayor intensidad. La crítica y la divulgación acercan al artista al usufructuario de su arte.
Cuando se compra una casa no basta con que nos guste su fachada o el barrio donde está.
Necesitamos saber qué tubería tiene, como están sus cimientos, qué materiales la conforman, qué espacios fueron aprovechados, si no tiene vicios ocultos… y recurrimos a los expertos.
O aprendemos lo necesario.
Tal es el caso de la música, la pintura, el ajedrez o la ciencia.
Gozo más un arcoiris ahora que sé lo que hay detrás de su fenómeno, la luz, la visión, la percepción, el electromagnetismo, etc. Y todo ello no le quitó un ápice al gozo que ya sentía al verlo sin saber todo ello. Simplemente gozo más profundamente.
JSB

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Sobre las opiniones de un premio Nobel

Ahora que tengo un poco de tiempo, me gustaría retomar el tema de la homeopatía con referencia a lo que opinó un amigo en un grupo de WhatsApp.
Pongo aquí el mensaje que colocó en la app:

“Bueno yo no soy homeópata, pero mi papá si y les quiero pasar comentarios de lo que el premio Nobel de medicina dice de la homeopatía… y que Yo soy testigo de la curación de muchísimos pacientes desahuciados , incluyendo un bebé prematuro con acta de defunción en medio de 4 doctores que se resistían a usar la homeopatía, pero cedieron al dar el caso por imposible. Si mi padre hoy con 78 años de edad sale a la fecha de ver pacientes a las 12 de la noche, y muchas veces hasta a las 4 am , y sus pacientes viajan de otros países para ser atendidos, y en cientos de años no deja de ser utilizada la homeopatía (siempre y cuando no sea un dr charlatan) es por que la gente se está curando. Y si estudian más a fondo descubren que todos los estudios que desacreditan la homeopatía tienen fallas metodológicas. En todos los casos les falta información clave del resultado de dichos pseudo estudios… sólo avanzan debido a intereses económicos, ya que siendo una medicina muy económica, no puede competir directamente… con gusto puedo ponerlos frente a un buen homeópata si tienen un anti homeópata suficientemente preparado para el tema… Saludos, y no estoy enojado, solo mejor informado por razones obvias…”

Y al final colocaba el artículo de un periódico que hablaba sobre las opiniones del virólogo francés laureado con el Nobel, Luc Montaigner, sobre un estudio (bastante anterior al articulo del periódico, lo leí hace unos 10 años) donde concluye que el agua en cierto ADN bacterial tiene memoria de electromagnetismo. He aquí el artículo:
http://www.elcorreodelsol.com/me-cuido-natural/el-premio-nobel-luc-montagnier-defiende-la-homeopatia

Dado que es un tema importante que del cual la gente común debería estar enterada de las diferentes posiciones, me atrevo a comentar sobre lo allí expresado. Dice una supuesta “Ley de la Asimetría de Brandolino” que “La cantidad de energía necesaria para refutar un argumento sin fundamento es de un orden de magnitud superior a la necesaria para crear dicho argumento”, por lo que pido paciencia para explicar mi opinión sobre los varios puntos que un párrafo tan pequeño obligó a extenderme, dada la complejidad de las ideas malencaminadas.

Para comenzar, me parece importante mencionar que los homeópatas suelen utilizar varias falacias de lógica argumental y fallos de razonamiento crítico. En el párrafo que nos comenta el autor del mensaje, hay varios y muy importantes. Es necesario primero mencionarlos y luego dar mi opinión con respecto a lo que dice Montagnier, el premio Nobel al que hace referencia, sobre sus investigaciones.

Primero. Falacia de autoridad o ad verecundiam,
(Nota: menciono los latinajos no para ser pedante, sino porque son conocidos yerros en la lógica agumental que es necesario saber de su existencia para de armar correctamente nuestras argumentaciones. Todos caemos constantemente en ellos. Son formas de no debatir puntualmente el argumento).
Creer que porque lo dice un premio Nobel es cierto lo que asevera es un error. Aún los premios Nobel se equivocan. Aún Einstein se equivocó varias veces. Al final coloco una liga para ver un artículo que habla sobre los patinazos que han dado los premiados con el Nobel. La ciencia no distingue entre titulados, premiados, connotados o legos. Se basa en evidencias y en estudios controlados falsables, que sea posible reproducir por cualquiera y que provengan de estudios revisados “por pares” (peer view) y publicados en medios de probada ética y aceptación por una comunidad de científicos sin otra motivación que el amor al conocimiento verificable o a la datación de hechos basados en evidencia. “La verdad es verdad dígala Agamenón o su porquero”. Dado que se sabe que los humanos (todos) somos proclives al error, a la mala interpretación (por sesgos cognitivos inevitables) y a posibles interpretaciones con interés manifiesto, el hombre invento la ciencia para no engañarse a si mismo. Ya hablaré del estudio en si, sin importar si fue premio Nobel o no. (por cierto, su premio fue por descubrir el virus del VIH, cosa que nada tiene que ver con la homeopatía. De hecho, la homeopatía considera que las enfermedades son causadas por miasmas,no por virus)

Segundo. Falacia ad populum. Es una falacia que implica responder a un argumento o a una afirmación refiriéndose a la supuesta opinión que de ello tiene la gente en general, en lugar de al argumento por sí mismo.
Este fallo argumental, suele reforzárse con anécdotas y opiniones personales a manera de testimonios. Que quede claro, las opiniones y las anécdotas (aún las vividas personalmente) no son prueba da nada. En el párrafo de mi amigo, se dice que los estudios que desacreditan la homeopatía tienen fallas metodológicas y a renglón seguido se opina que “la gente viaja de otros países” para tratarse con la homeopatía, como si eso fuera un argumento de mayor peso (y sin fallas metodológicas) que estudios publicados y que son motivo constante de reproducción en laboratorio y a la mano de cualquier interesado en repetirlos. Ya se mide con diferente vara. A lo que opina  “la gente” se le considera mejor argumento (!). La gente que opina que a ellos les funcionó la homeopatía, no sabe si fue  que debido a ella se curaron, ya que no hay manera de demostrar que lo hicieron por otro motivo. Lo siento, tampoco sirve para mucho decir que fueron varios los casos que se presenciaron en donde hasta “desahuciados” se curaron. Para eso son necesarios los estudios con variables controladas, a triple ciego y en cantidades de individuos que razonablemente lleven a colegir que los resultados son extrapolables a la población general.
Los poderosos Laboratorios Boiron, sacan el argumento falaz de “si la gente lo pide es porque se están curando”, evadiendo la explicación del como y el porqué.

Tercero. Falacia post hoc ergo propter hoc, que es una expresión latina que significa «si sucede después de esto, entonces, es a consecuencia de esto».
Es también llamada correlación coincidente o causalidad falsa. Es un tipo de falacia que afirma o asume que si un acontecimiento sucede después de otro, el segundo es consecuencia del primero.. En este caso, está mezclada con la falacia ad antiquitatem (también llamada apelación a la tradición) que consiste en afirmar que si algo se ha venido haciendo o creyendo desde antiguo, entonces es que está bien o es verdadero o está bien.
En este caso, cuando se dice que “en cientos de años no ha dejado de ser utilizada” se llega a la falsa conclusión de que por ese motivo debe ser cierto que cura. Es como si, por el contrario, la medicina moderna se defendiera diciendo que debe de ser cierta, porque es más actual. Las verdadera causas por las que funcionan o no la medicina y la homeopatía, están en su modelo teórico, en su sustancia activa.
Pero es que la homeopatía no solo está mal en su idea (no ha demostrado que sea hecho) de que lo similar cura lo similar, usando dosis pequeñas (tan pequeñas que son inexistentes, por lo que se apegaron a la idea de que el agua tiene memoria, y de ahí la mención al artículo sobre las opiniones de Luc Montagnier), está también equivocada en la misma concepción de la enfermedad, de la biología, del conocimiento de la química, de la física y de la cantidad enorme de enfermedades que surgen por causas diferentes y no son atribuibles a sustancias, por lo que no se pueden curar por “algo similar”.

Cuarto. La deducción equivocada de que los estudios que se hacen “para desacreditar” a la homeopatía (en realidad se hacen para saber si funciona o no), llegan a conclusiones equivocadas debido a cuestiones económicas,  “ya que siendo una medicina muy económica, no puede competir directamente” es falsa.
Este razonamiento gratuito (y además acusando a la ciencia de hacer justamente lo que hacen los laboratorios de “medicamentos” homeópatas, que gastan millonadas en lobbys de gobiernos y universidades europeas) es incorrecto por varios motivos.
La “medicina” homeópata es carísima, si nos ponemos a pensar que es el azúcar más caro del planeta. Que los laboratorios que la producen no pagan estudios de investigación ni proponen avances teóricos en su “conocimiento” de técnicas y procedimientos, ni de causa de enfermedades, ni de química orgánica, ni de virus, bacterias o genética. Gastos que sí hacen los laboratorios que fabrican medicamentos basados en los conocimientos y avances de la medicina actual. Si algo saben de medicina y funcionamiento del cuerpo los homeópatas, es debido a los avances de la verdadera medicina.

Quinto. Me quiero referir con respeto en este quinto sinsentido. Cuando opina que su papá “de 78 años sale a las 12 de la noche a una consulta” habla muy bien de la encomiable disposición y profesionalismo de su señor padre, pero no es indicativo de que tenga razón en su juicio sobre lo que aprendió desde joven. No es argumento para decir que la homeopatía funciona. Lo mismo se desvelaban y se dejaban la vida todos aquellos que cuidaban a los enfermos basados en sangrías con sanguijuelas o en mercurio para la sífilis. Ellos también creían fervientemente en esos métodos, y sus pacientes viajaban kilómetros para ser atenidos por ellos. Más de uno mejoró creyendo que lo hacía con sus procedimientos… pero estaban equivocados. Por cierto, el hecho mismo de lo salvaje de esas prácticas llevó a Hanemann a buscar otras ideas, desfortunadamente no había conocimientos suficientes para dar con el clavo.

Sexto. Cuando dice que los estudios que “desacreditan a la homeopatía tienen fallas metodológicas”, no creo que se refiera a aquellos efectuados por especialistas en protocolos de investigación, en laboratorios y clínicas profesionales, hechos por instituciones de credibilidad intachable, con grupos de control y hechos con participantes a “doble y triple ciego”, para evitar falsos positivos o manejo interesado de resultados y que después son enviados a terceros para que sean revisados. Insisto, estos estudios son hechos para ver si funciona, y en que grado, no para demostrar que no lo hace. La ciencia no tiene un resultado previo ni busca confirmar una idea previa. Y después, se hacen los llamados meta-estudios, que son un estudio de varios estudios debidamente sopesados como consistentes. El último, la séptima revisión Cochrane  ―pocos expertos contradirían la opinión generalizada de que las revisiones Cochrane constituyen los análisis independientes más concienzudos y esmerados del haber científico y cuya credibilidad no se compara a quienes hacen estudios partiendo del supuesto de que la homeopatía funciona, y cayendo, por supuesto, en el sesgo de confirmación ― volvió a llegar a conclusiones parecidas a los anteriores. La homeopatía no funciona como medicina.
Existe una norma básica al momento de exigir pruebas: La carga de la prueba (quien está obligado a probar algo) reside en quien hace una aseveración que va contra lo establecido. Y mientras más extraordinaria sea la aseveración, mayor lo definitivo de la demostración. La aseveración de que el agua cura, debe ser probada más allá de la duda razonable.
Lo que sí es evidente es que los “medicamentos” homeopáticos no hacen pruebas de eficiencia de curación, como los múltiples y carísimos que están obligados a hacer los medicamentos reales. Lo homeopáticos se conforman con indicar que “son seguros” (claro, no tienen problema con eso, son lactosa y azúcar,sin principio activo), no que curan.

Ahora, pasemos al artículo sobre Luc Montagnier

Tres cosas evidentes en el artículo de periódico que se mostró:
-Dice Montagnier que el agua en moléculas de ADN tiene una carga electromagnética obtenida anteriormente a su interacción con él, no que el agua en general actúe así con otras moléculas, de eso se cuida Luc de no extender el fenómeno que dice haber descubierto.

-Que quienes lo interpretan desde el punto de vista homeopático son los homeópatas,no él.

-Que él le da el beneficio de la duda a la homeopatía basado (otra vez la burra al trigo) en que mucha gente muchos años la ha usado, y que algo ha de tener, olvidando que es un científico y que no puede llegar a conclusiones así de supinas.

Desde que Luc publicó su estudio en 2009, muchos científicos pusieron en duda sus conclusiones. Él lo minimiza diciendo que las ideas nuevas son rechazadas sistemáticamente, olvidando que para que sea creíble su hallazgo, otros (cualquiera) pueden llegar al mismo resultado, claro está, con exámenes controlados. No importa que cientos de gentes digan que está mal, simplemente si las evidencias son concluyentes, sería creíble. Por el momento no lo es.
Pongo unas reflexiones que en 2009 surgieron en los medios científicos:

“Si bien no afecta necesariamente la validez del estudio, sus detalles de publicación plantean algunas preocupaciones. No fue publicado en una revista establecida y respetada. Apareció en el primer volumen, el segundo número de una nueva revista, Interdisciplinary Sciences-Computational Life Sciences. El artículo no está escrito en el formato científico habitual: carece de secciones separadas para Métodos, Resultados, etc. Hay numerosos errores tipográficos y de lenguaje que deberían haber sido detectados por cualquier corrector de pruebas, incluso si los “revisores pares” (peer review) los omitieron. El editor en jefe está en Shanghai, y cuatro de los otros editores están en varias ciudades chinas, mientras que los otros dos tienen sede en los Estados Unidos pero tienen nombres en chino. Montagnier está en el consejo editorial. Dice que es revisado por pares (peer review), pero la velocidad del proceso es [por lo menos] preocupante: el artículo de Montagnier fue recibido el 3 de enero de 2009, revisado el 5 de enero de 2009 y aceptado el 6 de enero de 2009.”   (!)
Seguidamente, la misma autora de esa reflexión, explica las inconsistencias que llevaron a las conclusiones de Montagnier. (ver enlace al final de estos comentarios).

Aún más, el hallazgo que dice haber realizado Montagnier con su investigación es contrario a lo que postula la incipiente y mal armada “teoría” o modelo con el que los homeópatas tratan de explicar el funcionamiento de su entelequia. He aquí tres motivos…

  1. Por filtración, pudieron determinar el tamaño de partícula de los componentes que se asociaron con resultados positivos. Hubo partículas de ADN presentes, en contraste con altas diluciones homeopáticas donde no quedan moléculas de la sustancia original.
  2. La homeopatía postula los efectos en la mayoría de las diluciones, con efectos crecientes a medida que las diluciones se hacen mayores. En este estudio, no hubo efectos a bajas diluciones. Hubo una serie de efectos positivos a altas diluciones, pero el tamaño del efecto no aumentó progresivamente a medida que la dilución aumentaba. En las diluciones más altas, el efecto desapareció.
  3. Hablan de estructuras de agua y formaciones de polímeros, pero reconocen que estas asociaciones parecen ser de muy corta duración. En este estudio, encontraron que los efectos duraron varias horas, a veces hasta 48 horas, pero no más. Los remedios homeopáticos no se administran horas después de su preparación. Supuestamente permanecen efectivos por largos períodos. La mayoría de los homeópatas dicen que los remedios homeopáticos no requieren fechas de vencimiento y se mantendrán vigentes indefinidamente siempre que se almacenen adecuadamente.

Pero es que aún cuando Montaigner tuviera razón en su descubrimiento, esto no es ninguna razón que explique que la homeopatía funcione (!) Eso es brincarse olímpicamente las trancas. Aún suponiendo (sin conceder) que el agua tuviera esa memoria, la homeopatía no ha exlicado con un modelo teórico (siquiera) como es que “cura”. Tampoco ha explicado como es que el agua pierde su memoria, o como se sabe que se parte de un agua sin otras memorias, al hacer un “medicamento”. Sencillamente no se puede distinguir físicamente una agua con memoria de una sustancia de una sin memoria o con memoria de varias sustancias. ¿Cómo escoge un laboratorio el agua “sin pecados memoriosos”?

De todos modos, los hallazgos in vitro por sí mismos no pueden validar la homeopatía, incluso si pudieran demostrar que el agua puede recordar qué moléculas se diluyeron. Todavía tendrían que demostrar que tal memoria se tradujo en efectos terapéuticos específicos sobre la fisiología humana. La homeopatía es un sistema de tratamiento clínico que solo puede validarse mediante ensayos clínicos in vivo. Los homeópatas que creen que el estudio de Montagnier apoya la homeopatía solo están demostrando su enorme capacidad de autoengaño.

Pero por supuesto no soy yo quien lo dice. Los aspectos técnico-científicos los pueden leer en este artículo que salió cuando Luc Montagnier publicó su investigación:

The Montagnier “Homeopathy” Study

sobre los patinazos de los Nobel:
https://medtempus.com/archives/los-patinazos-de-los-nobel-de-ciencia-i/
y
https://medtempus.com/archives/los-patinazos-de-los-nobel-de-ciencia-ii/

Un reciente artículo sobre homeopatía dando más luz sobre lo aquí mencionado.
https://elpais.com/elpais/2018/03/06/eps/1520330139_815845.html?id_externo_rsoc=TW_CC

Dejo unas preguntitas referidas al avance de la homeopatía, en 200 años, tecnológico, de conceptualización del método de curación, de resultados espectaculares o de estudios y descubrimientos en síntomas, en causas de enfermedades, en microbioogía, etc. (como sin duda los ha tenido la medicina):

Cuando se inventó la homeopatía ¿se conocían las bacterias y los virus?
¿Cambió en algo la homeopatía después de enterarse de esto?
¿Tuvo que ver con su descubrimiento?
Nada

¿Conocían que la gripe es causada por virus que cambian con el tiempo y hay infinidad de cepas potenciales?
¿Cambió en algo la homeopatía después de enterarse de esto?
¿Tuvo que ver con su descubrimiento?
Nada

¿Se sabía que el cáncer es en realidad muchas enfermedades diversas con múltiples causas y síntomas?
¿Cambió en algo la homeopatía después de enterarse de esto?
¿Tuvo que ver con su descubrimiento?
Nada

¿Conocía algo del DNA y su aporte genético en ciertas enfermedades?
¿Cambió en algo la homeopatía después de enterarse de esto?
Nada

¿Se sabía de la epigenética?
¿Cambió en algo la homeopatía después de enterarse de esto?
¿Tuvo que ver con su descubrimiento?
Nada

y así ad nauseam…

 

 

 

 

 

44 Respuestas a creyentes en la “Medicina Alternativa”

Recientemente me enteré de que cierta facción del partido Morena (entiéndase que esta entrada no tiene visos políticos, ni me interesa hablar a favor o en contra de su candidato a la presidencia de México), hizo declaraciones apuntando a la peregrina idea de insertar el término “Medicina Alternativa” en la Ley General de Salud.
Twiteado por la cuenta “Tus Diputados Morena”.

Nuestro Diputado Roberto Cañedo Jiménez propuso insertar el término “medicina alternativa y complementaria” en la Ley General de Salud.

Semejante tontera que exhibe claramente la falta de asesoría científica del diputado, y tristemente refleja la idea que ha permeado en la población de que la “medicina alternativa” funciona.

Las razones que se aducen para la mentada inserción, son la falta de recursos para una medicina científica.

Cuba ya apostó en el pasado a esa práctica de usar en la isla a la homeopatía y a la acupuntura por razones de pobreza. Prefieren calmar al pueblo dando atole con el dedo. Simplemente no funciona.

México no está en las condiciones económicas como para actuar de esa manera. Se puede y se debe apoyar a la medicina científica dejando de lado las supersticiones y los paternalismos engañosos. A la larga, además de un retraso cultural, el remedio saldrá más caro aún.

Una ola de twiters denostando la medicina tradicional (científica) y endiosando a la herbolaria, la medicina natural, la homeopatía y “la sabiduría milenaria” surgieron inmediatamente como comentarios después de la nota.

Hace tiempo traduje una pieza de divulgación de la Dra. Harriet Hall hablando de los argumentos falaces que se suelen utilizar para denostar a la medicina científica. Ella responde sencillamente y con verdad a cuanta chorrada (aún si son dudas de buena fe no dejan de ser equívocos, malinterpretaciones o mentiras) se les ocurre para defender que la MA (medicina alternativa) funciona.

Valdría la pena difundir este artículo de la Hall para mitigar en algo la perniciosa idea del diputado, que va en contra de la razón, la lógica, el bien común y la ciencia en México.
He aquí el PDF eneste vínculo:

44_Respuestas_a_Creyentes_en_la_Medicina_Alternativa

o haciendo clic en esta foto

Del rigor en la ciencia y la virtualidad de la realidad

Hay un cuento corto de Borges que es una referencia al intento de la ciencia por abarcarlo todo y con precisión. Habla de un mapa escala 1:1, que resultó ser tan imposible como inmanejable. Se trata de “Del rigor en la ciencia“:

En aquel Imperio, el Arte de la Cartografía logró tal perfección que el mapa de una sola provincia ocupaba toda una ciudad, y el mapa del Imperio, toda una provincia. Con el tiempo, estos mapas desmesurados no satisficieron y los Colegios de Cartógrafos levantaron un mapa del Imperio, que tenía el tamaño del Imperio y coincidía puntualmente con él.
Menos adictas al estudio de la Cartografía, las generaciones siguientes entendieron que ese dilatado mapa era inútil y no sin impiedad lo entregaron a las inclemencias del sol y los inviernos. En los desiertos del Oeste perduran despedazadas ruinas del mapa, habitadas por animales y por mendigos; en todo el país no hay otra reliquia de las disciplinas geográficas.

Suárez Miranda, Viajes de Varones Prudentes, Libro Cuarto, Cap. XLV, Lérida, 1658.

No se cuantos, como yo, han percibido que la realidad se ha escondido en los pliegues de la virtualidad, y que la poética imaginación de Borges no pudo prever (¡Borges, ese abismo de imaginación y sentidos!)  el advenimiento de google maps, que en combinación con una pantalla táctil, que es lo mismo que una ventanilla por la que vemos una sección de un plano que cubre la totalidad de la esfera terrestre, podemos hacer que se desplace en cualquier dirección, haciendo que el mapa entero, como un suelo virtual,  “gire” bajo nuestra vista con  su centro fijo en el centro de la tierra,  paralelamente al suelo que pisamos… kilómetros y kilómetros… a cualquier escala.

Bajo esa ventanilla, con la facilidad de una caricia, se hace pasar por la vista cada punto del planeta, cada rincón, cada ribera, cada retorcida forma de isla. Sin que el mapa pese ni un gramo, sin que se atore por ningún borde. Toda la sábana enorme del mapa rodeando la tierra toda, se mueve dúctil sobre el mantel de mi mesa. Asomado ante ese aleph geográfico, puedo tocar un símbolo y un nuevo mapa enorme se superpone, mostrando ahora nombres de sitios interesantes, o el tráfico de tal calle. Y puedo superponer más mapas con más y más informes. Capas y capas de datos según el tema. Hospitales, restaurantes, estaciones de tren, clubes de pescadores, ateos o esotéricos.

Me resulta increíble la facilidad con que damos por sentado que eso es algo normal.

Sobre la enseñanza de las matemáticas

Antigua tabla de multiplicar http://bit.ly/2xS7Q4I

Una entrevista que le hacen a Wolfram , donde opina que mucho de lo que se enseña en matemáticas en las escuelas es inútil, me hizo escribir estas líneas. Ya era tiempo de que alguien considerado como conocedor del tema, dijera algo que inercialmente era evitado.

Vale la pena leerlo antes.

https://elpais.com/economia/2017/10/30/actualidad/1509378342_617037.amp.html

Yo perdí mucho tiempo aprendiendo a usar cuadernillos llenos de logaritmos o cómo convertir mecánicamente un negativo en un positivo al otro lado de una ecuación. Todo ello quitándome tiempo para comprender de dónde venían esos conceptos.

De nada sirve aprender el protocolo para resolver una fórmula compleja algebráica, si no se comprende como fue que se llegó a sintetizar esa fórmula y para qué sirve.

Nadie utilizaría ahora las tablillas para multiplicar en números romanos que se han encontrado en los monasterios. Nadie perdería ya un semestre aprendiendo a utilizar una regla de cálculo, y mira que con las reglas de cálculo se llegó a la Luna. Aprender la forma como hicieron las cosas antes, no es aprender para qué son esas cosas ni como se llegó a pensar en ellas. En otras palabras, no es aprender matemáticas, es aprender mecanizadamente (con métodos anticuados, y de manera penosa y desgastante) la forma de resolver algunos problemas de algunos matemáticos.

Todo el ritual del cálculo es, para muchos profesores, más importante que la concepción del porqué del pensamiento matemático. Se premia a los alumnos que consiguen brillar en la rapidez del manejo del protocolo, no a aquellos que comprenden para que es el protocolo pero son lerdos en su utilización. Éstos últimos suelen ser más inteligentes y no están perdiendo el tiempo en desarrollar habilidades de escribano y no de conceptualista.

Me basta recordar las profundas capacidades de un Einstein niño, un poco lento en esos menesteres y que ya cuando necesitó de la ayuda del cálculo, recurrió a quienes podían hacerlo, incluída su primera mujer.

De la misma manera en que la computación ha librado al artista gráfico de la utilización de escuadras, reglas paralelas, tira-líneas de tinta, regletas para escribir o tipografías transferibles, cuya utilización requería de un considerable tiempo de aprendizaje, las máquinas han librado a los matemáticos de la ritualística del cálculo y la pérdida del tiempo en aprender métodos que ya no son prácticos, para pasar a la comprensión del pensamiento matemático.

Se suele confundir el virtuosismo de quienes manejan la parafernalia instrumental y de procesos en las artes y en las matemáticas con el talento del verdadero artista o el pensador matemático, cuyo arte no requiere del manejo acucioso de instrumentos o menesteres sino de comprensión profunda. 

No se trata de negar las ventajas de poseer (o disfrutar) conocimientos o habilidades. A nivel de preparatoria o universitario es ineludible estar medianamente versado, pero es más importante saber que el pensamiento matemático va más allá del guarismo.

Es un hecho que aún teniendo algunos humanos esas dotes de cálculo, los ordenadores son capaces de “inventar” mejores algoritmos que los más capaces matemáticos. 

En las grandes concepciones matemáticas así como en las grandes concepciones artísticas, los detalles con pequeños errores no son importantes, y pueden después ser corregidos. Lo majestuoso es haber columbrado un nuevo modo de ver el mundo.

Feynman es importante en el desarrollo de la mecánica cuántica en partículas elementales no por sus dotes en la resolución de problemas algebraicos ni de facilidad de cálculo (que seguramente tenía), sino porque desarrolló una nueva forma de conceptualizar un problema.

Si Miguel Angel hubiera tenido un martillo neumático, lo hubiera utilizado. Si Debussy hubiera tenido un sintetizador, lo hubiera usado. De la misma manera que un actual astrofísico confía más en los cálculos de un ordenador con datos de un telescopio automatizado que en las tablas de Tycho Brahe o de Kepler. Y lo esencial en todos esos ejemplos es que lo importante es comprender qué se está haciendo y para qué. El cómo es la academia.

De nada sirve tener una técnica impecable en un piano si no se comprende la música. O una técnica perfecta con el pincel, si no se sabe que pintar ni que decir o como emocionar con ello.

Una buena pintura académica casi es arte. Un buen resolvedor de formulas de tercer grado o un versado en cálculo infinitesimal casi es un matemático.

Libros de culto como “Bach, Gödel, Bach, Escher” de Hofstadter y “El camino a la realidad” de Penrose, son importantes no por su   enseñanza de las matemáticas a nivel de metodología y mnemotecnia (no es otra cosa el álgebra), sino porque explican puntualmente como se piensa matemáticamente para tener idea de como es “la realidad” (por supuesto, la matemática no se circunscribe únicamente a la realidad, sino al pensamiento abstracto). Si mencionan fórmulas (Penrose) o procesos aritméticos (Hofstadter) es para explicar modos de conocimiento. Ambos libros se pueden leer sin tener habilidades de calculista o de conocedor de liturgia aritmética, y ambos son un mar de conceptos deliciosos que nos dan una visión adecuada para pensar más allá de lo banal cotidiano. 

Estoy seguro que textos con esas características (adecuados a nivel de primaria y secundaria), así como nuevos métodos interactivos harían que el amor por la matemática surja con brillo contemporáneo y nuevas generaciones de pensadores revolucionarios harían este mundo más habitable.

Y más comprensible a nivel abstracto.

Detectan Ondas Gravitacionales acompañadas de emisiones de luz

Siguen asombrando las noticias cosmológicas.
Choque de Estrellas de neutrones que generó Ondas Gravitacionales recientes y fue observado también por telescopios en luz visible y en otros espectros.

12 horas después de detectadas las ondas gravitacionales, varios observatorios habían identificado la fuente del evento dentro de la galaxia NGC 4993, que se muestra en esta imagen del Telescopio Espacial Hubble, y éste localizó una llamarada estelar asociada llamada kilonova (caja). Recuadro: Hubble observó que el “kilonova”, una ráfaga de rayos gamma como una ráfaga raramente vista, se desvaneció en el transcurso de seis días. Créditos: NASA y ESA

Los científicos del Observatorio de Ondas gravitatorias del Inteferómetro Laser (LIGO) de la National Science Foundation detectaron ondas gravitacionales (apodadas GW170817) provenientes de un par de estrellas de neutrones que se fusionan en la galaxia NGC 4993, ubicada a unos 130 millones de años luz de la Tierra en la constelación Hydra.
La fusión de estrellas de neutrones está ligada a la subsecuente explosión de rayos gamma, alentando a los astrónomos a buscar las secuelas de la explosión.

Poco después, la ráfaga luminosa fue detectada como parte de un análisis de seguimiento por parte del satélite INTEGRAL de la Agencia Espacial Europea (Agencia Espacial Europea).

Por primera vez, han detectado la luz ligada a un evento de onda gravitacional, gracias a dos estrellas de neutrones
Las misiones Swift, Hubble, Chandra y Spitzer de la NASA, junto con decenas de observatorios terrestres, incluida la encuesta Pan-STARRS , financiada por la NASA , y capturaron más tarde el desteñido desvanecimiento de los residuos en expansión de la explosión.

Las primeras ondas gravitacionales detectadas en 2015 fueron causadas por la colisión de dos agujeros negros, por lo que no se esperaba una secuela con características luminosas detectables. Esta vez, las ondas fueron causadas por estrellas de neutrones (los residuos materiales de estrellas masivas que en el pasado habían sido supernovas).

El telescopio Hubble también captó el cambio de brillo en el punto exacto donde se detectaron las ondas gravitacionales de la colisión.

 

Nota de la NASA:
https://www.nasa.gov/press-release/nasa-missions-catch-first-light-from-a-gravitational-wave-event

Una de las noticias cosmológicas más importantes de la década

Los científicos producen evidencia indirecta de filamentos y capas gaseosas conocidos como Whims que unen grupos de galaxias en la red cósmica.

El medio inter galáctico cálido o el capricho deberían aparecer como un contorno oscuro en el fondo cósmico de microondas, dicen los científicos. Arriba, un mapa de la radiación reliquia del Big Bang, compuesto por datos recolectados por el satélite Planck.

Hice un resumen traducido de las últimas noticias cosmológicas:

La materia oscura es uno de los problemas más desconcertantes de la cosmología: parece que falta hasta el 90% de la materia ordinaria en el universo. El enigma surgió primero de las mediciones de la radiación que dejó el Big Bang, lo que permitió a los científicos calcular cuánta materia hay en el universo y qué forma toma. Se demostró que aproximadamente el 5% de la masa en el universo se presenta en forma de materia ordinaria (galaxias, estrellas, polvo espacial,hidrógeno, etc.) y el resto se explica por la materia oscura y la energía oscura. Continuar leyendo “Una de las noticias cosmológicas más importantes de la década”

El universo en el bolsillo

Redshift 7, software de astronomía

Tengo una “aplicación” en mi celular y en mi computadora que me permite ver la posición de los astros en el cielo diurno o nocturno.

No solo eso, me permite ver en que posición estarán cualquier fecha que se me ocurra y calcula con precisión el momento de cualquier puesta de sol, cualquier amanecer o eclipse.

Sus virtudes no se quedan ahí, ya que me permite colocar mi punto de vista en cualquier parte de la tierra, así, puedo observar como se verá la luna el 19 de septiembre de 2617 DC o de 300 AC. desde cualquier montaña, valle o mar que haya existido o que llegaran a existir en esas fechas y puedo comparar sus posiciones.

Más sorprendente aún, es que, gracias a que sus cálculos son tridimensionales. Puedo colocar el punto de vista en cualquier punto del sistema solar y ver también todos los amaneceres, atardeceres, eclipses, ocultaciones, alineamientos etc. desde cualquier planeta o luna. Desde cualquier estrella puedo ver como se verá nuestro sol y puedo colocar un punto cualquiera en el espacio, si conozco sus coordenadas, así, puedo ver como se percibe la tierra desde la sonda Cassini o desde la Estación Espacial Internacional o desde cualquier satélite que el hombre haya lanzado.

Pero no es solo un programa que finja todo eso, no. Es un programa basado en un modelo preciso del universo conocido y que se comprueba día a día cada vez que amanece, cada vez que un avión vuela a algún punto terrestre basado en sus cálculos o un padre encuentra a su hijo en el lugar preciso que le marca su teléfono. Puedo escudriñar el cielo nocturno y coincidirá sin problema mi telescopio con cualquier punto que marque el programa. Y puedo colocar lentes para ver cielo profundo y coincidirán todas las nebulosas, galaxias, glóbulos estelares o nubes de polvo cósmico que me marque el aparatito. Está basado en un modelo armado con datos muy precisos y que funciona todos los días sin error y cuya exactitud permite visualizar en tercera dimensión el espacio que nos rodea y el entorno en el que nos movemos.

Si yo veo en mi telescopio a Saturno, la inclinación que se día presentan sus anillos, la posición de sus lunas, la sombra que genera el sol sobre el planeta y las estrellas y constelaciones que están atrás, coincide perfecta y pasmosamente con la aplicación. Cualquier día…por siglos…

Viéndolo desde el punto de vista de los logros humanos, tener un programa así en mi bolsa de la camisa es un hito de igual o mayor magnitud que la composición de la novena sinfonía beethoveniana o la construcción de una catedral. Quizás más impresionante.

Y eso me lleva a subrayar que todo el planteamiento actual de ese modelo tridimensional se funda en una amalgama de conocimientos que interactúan con margen error del orden de varios ceros después del punto.
Pensemos en estas fórmulas universales del comportamiento de la materia

El Universo en lenguaje científico

Todas ellas son una cúspide en nuestra concepción de la realidad, pero lo más importante es que ninguna de ellas contradice a las demás. Con ellas hemos formado lo que conocemos como “Modelo Standard” de la realidad, y es una aproximación (con algunas contradicciones en algunos puntos conceptuales finos,que no afectan su practicidad ni corrección en lo general,que son debidos al poco tiempo que hemos experimentado con los últimos datos confiables que hemos conseguido) impactantemente certera de como funciona “el mundo”, entendido como realidad material universal.

Me gustaría ver un software que funcione con la precisión del que estoy hablando, y que parta de la premisa errónea de que la tierra es plana y que los planetas son “estrellas errantes”, porque más que el programa que estoy comentando, me impresiona que a estas alturas del siglo xxi, y entre gente que ha pasado por la educación media, exista quien se le haga lógico pensar que es cierta esa teoría de campesinos incultos de hace 3 mil años “porque es mejor eso que el mito de que la tierra tiene cinco movimientos” (traslación, rotación, precesión, nutación y bamboleo). La existencia de estos ignaros urbanos es algo que en 60 años no había pensado como posible. Un foco rojo que indica lo bajo que ha caído el nivel cultural del país y que me embarga de tristeza.